Márquez llega líder al ecuador

El bicampeón de MotoGP compensa con madurez los desequilibrios de su Honda Lorenzo y Rossi están siendo más irregulares pese a tener motos más competitivas

Marc Márquez, Jorge Lorenzo y Valentino Rossi, en acción en el circuito de Las Américas en Austin.
Marc Márquez, Jorge Lorenzo y Valentino Rossi, en acción en el circuito de Las Américas en Austin.

TODO lo imprevisible genera expectación y emociones. Partiendo de esa base, llegaremos a la conclusión de que el motociclismo debe mucho de su magnetismo al poderoso factor sorpresa. Quién iba a decirle a Marc Márquez que llegaría líder al ecuador del Mundial de Motociclismo. Pero así es, mal que les pese a Lorenzo y Rossi, sus inmediatos rivales en la lucha por el título, que a priori tenían unos cálculos muy distintos.

Basta con mirar el retrovisor, para descubrir que las expectativas del Campeonato han dado un giro inesperado. Durante la pretemporada, la Honda de Márquez hizo saltar las alarmas por una aparente falta de competitividad, bajando la 'cotización' en las casas de apuestas. No muchos le daban como favorito, ante la superioridad manifiesta de los pilotos de Yamaha, con monturas más adaptadas inicialmente a los cambios de centralita electrónica única y nuevos neumáticos Michelin. Pero lo cierto es que Marc Márquez ha roto todos los pronósticos y manda en la clasificación de cara a la novena carrera del año que este domingo se disputa en Alemania.

Marc tiene 24 puntos de ventaja (casi un gran premio de diferencia) sobre su inmediato rival, Lorenzo, y de 42 con Rossi, que es tercero, elevándose ya a 59 la abultada distancia que posee con el cuarto clasificado, su compañero Dani Pedrosa. Es decir, Márquez ha hecho malos los peores augurios y, sobre todo, está sacando 'petróleo' a una moto que, en honor a la verdad, sigue siendo un potro salvaje al que sólo él es capaz de domar. Lo más sorprendente es que su habitual pilotaje y estrategias agresivas (al filo de la navaja), han evolucionado hacia tácticas más calculadas o 'racionales', que le otorgan una gran regularidad. De hecho, ha puntuado en todos los grandes premios disputados, con dos victorias, y sólo se ha bajado del podio en una sola carrera. Como muestra, un dato inequívoco: en lo que va de año, ya ha sumado 56 puntos más que en 2015. Es decir, Marc Márquez ha madurado sobremanera y pone el resto que le falta a su Honda, especialmente lastrada en velocidad punta o en paso por curva, que antaño eran su gran baza.

En el caso del campeón en título, Jorge Lorenzo no ha puntuado en dos de las nueve carreras celebradas hasta ahora y está evidenciando que ser el número 1 resulta siempre una pesada carga. A ello hay que unir el prematuro anuncio hecho en Jerez de que 2016 será su última temporada con Yamaha, algo que tal vez esté descentrándolo más de lo que imaginaba. Por su cabeza quizá esté rondando la duda de si serán o no competitivas las Ducati que pilotará en 2017, a razón de 12 millones de euros por año. Y por si esto fuera poco, también tiene la siempre difícil papeleta de lidiar con su 'compañero' Rossi, con el que ni se cruza palabra. Eso sí, el potencial de Lorenzo está fuera de toda duda y no existe otro más capacitado que él para pelear por el título con Marc Márquez, al que ha ya ganado en tres ocasiones este año, mientras que el de Cervera sólo cuenta con dos victorias, pero mayor regularidad que el mallorquín.

Con estos antecedentes, Márquez llega este domingo al circuito de Sachsenring llevando la sartén por el mango y, lo que es más importante, con las estadísticas muy a su favor, pues lleva imbatido en este trazado germano desde que hace tres temporadas dio el salto a MotoGP. Aquí se cruza el ecuador del Campeonato y se da paso a unas semanas de vacaciones, por lo que las victorias tienen un valor muy especial en esta revirada pista alemana con tobogán incluido. De hecho, se da la curiosa circunstancia de que el piloto que sale líder del Mundial tras esta carrera de Sachsenring, acaba ganando el título a final de temporada. Así venía ocurriendo durante 17 años ininterrumpidos, hasta que el pasado 2015 se rompió la norma con Rossi y Lorenzo, pues ya sabemos cómo terminaron ambos aquel Mundial en Valencia…

Aunque sólo sea por esa peculiaridad estadística, la victoria en esta prueba resulta muy determinante, pues siempre ha ejercido una poderosa influencia psicológica entre los aspirantes a campeón del mundo. Entre esos elegidos, no podemos descartar al propio Rossi que este año se está mostrando muy combativo, incluso en entrenamientos, algo inusual en él. Pero tiene en su contra tres carreras sin haber puntuado y, si aún sueña con lograr su añorado décimo título mundial, debe emular al pentacampeón Doohan, que superó idéntica situación en 1998. Con estos alicientes, ese trío de Márquez, Lorenzo y Rossi, junto a Pedrosa, las Ducati y la Suzuki de Viñales animando el ambiente, este domingo la victoria tendrá un valor especial en Sachsenring. Después, vacaciones cortas a las que seguirán otras nueve carreras con traca final en Valencia. Todo un mundo, no hay nada hecho. Hagan sus cálculos, sin olvidar lo imprevisible…

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.

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