Diario de las artes
La fiesta del galerismo
Operación salida
El vuelo de la aerolínea Vueling que debía conectar ayer Jerez con Barcelona se quedó en tierra debido a un fallo mecánico de la aeronave que debía realizar dicha ruta. Cerca de 200 pasajeros según los usuarios del vuelo y unos 120 según fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) se vieron afectados por dicha cancelación, si bien dicho anuncio -que fue uno de los aspectos que más enfadaron a los pasajeros- se concretó nada menos que ocho horas después de la hora programada de salida.
Todo comenzó a las 11,35 horas, cuando el avión que debía realizar dicha ruta Jerez-Barcelona, un Airbus 320, no aterrizaba a tiempo en 'La Parra'. Una vez que lo hizo, los pasajeros fueron llamados a la sala de embarque para superar todos los trámites previos al viaje (tales como la inspección de las bolsas de mano, el registro de pasajeros y el control de billetes). Los pasajeros empezaron a inquietarse cuando al retraso acumulado por la tardía llegada del vuelo Barcelona-Jerez se unía la tardanza en embarcar. Fue entonces cuando los pasajeros conocieron que el avión tenía un fallo técnico y que necesitaba de una pieza para su reparación, la cual debería ser traída al aeropuerto de Jerez en el vuelo vespertino de la compañía.
Poco después de las tres de la tarde los clientes del vuelo de Vueling recibieron un vale de 6 euros por pasajeros para que pudieran comprarse un bocadillo y una bebida en la cafetería de la zona de embarque. Este refrigerio volvió a ser dispensado apenas tres horas más tarde, a las seis, cuando aún había esperanzas de que los pasajeros pudieran llegar a su destino aunque fuera con demasiadas horas de retraso. Fue poco después cuando se les comunicó que el vuelo se quedaba en Jerez, que no iba a despegar rumbo a Barcelona. Las siete de la tarde ya habían quedado atrás y cada cual comenzó a buscar la forma de enlazar con sus destino.
Según los pasajeros con los que contactó este medio, el 80% del pasaje era nacional, con un 20% de turistas de países de Centroeuropa que hacían escala en el aeropuerto barcelonés de El Prat para retornar a sus destinos. Vueling ofertó las siguientes posibilidades a los pasajeros: de un lado, trasladarse ayer por la tarde hasta Málaga, desde donde se les embarcaría con rumbo a Barcelona; hacer noche en Jerez para así poder volar mañana de nuevo rumbo a Barcelona o a Madrid en vuelos que enlazan con la Ciudad Condal y la capital española, o ser trasladados anoche a Sevilla para embarcar a primera hora de hoy rumbo a sus destinos.
Un hecho especialmente destacable es que el fallo técnico que impidió despegar al aparato se produjo en plena 'Operación Salida', en un fin de semana en el que el aeropuerto de Jerez operará nada menos que 175 vuelos., el 60% de los cuales se 'movería' entre el viernes, el domingo y el lunes. Ayer, con datos concretos, se contabilizaron en el aeropuerto de Jerez 33 vuelos. Hoy habrá incluso más tráfico con 38 vuelos programados.
Como suele ser habitual, las protestas de los pasajeros fueron enormes al igual que las colas que se organizaron para reclamar ante los mostradores de la compañía, los cuales fueron atendidos por dos empleados de Vueling que apenas dieron abasto al inmenso volumen de trabajo que se les vino encima. "Para colmo -comentaban los pasajeros- los pobres se quedan sin trabajo a partir de septiembre (se suspenden dichos vuelos a Barcelona) y fíjate cómo están aquí limpiando la imagen de la compañía".
Un hecho especialmente destacable es que hasta que el vuelo no fue oficialmente declarado "cancelado" los usuarios no pudieron reclamar de forma oficial los perjuicios que les ocasionó dicha cancelación, tales como gastos de hoteles o taxis. Otro dato a tener en cuenta es que entre los afectados se encontraban numerosas familias con niños pequeños, muchas de las cuales retornaban a Barcelona tras haber pasado sus vacaciones en la provincia. También fueron habituales los casos de jerezanos que retornaban a la capital catalana tras agotar sus días libres debiéndose incorporar tal día como hoy a sus puestos de trabajo.
Los pasajeros criticaron ampliamente que a la hora de comer -un momento clave pues fue a las tres de la tarde cuando se hizo oficial que un fallo técnico impedía "de momento volar al avión"- la oficina de Aena en el aeropuerto cerrara, lo que impidió a los usuarios informarse y reclamar sus derechos.
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