El microscopio
Una nota que da la nota
Tribuna libre
EL verdadero sentido de la Navidad nos lo dio Jesucristo con el mayor testimonio de Amor que un ser humano puede dar, al sacrificar su propia vida para la salvación de toda la Humanidad. En recuerdo de este testimonio, la Navidad debe ser un tiempo en el que deberíamos expresar el amor de unos con los otros, como Él nos amó, a través de una convivencia basada en la igualdad, en la que nadie se considera superior a nadie, en donde a nadie le falte lo necesario para vivir con dignidad, porque el que tiene más comparte con el que no tiene para vivir dignamente, de forma gratuita, es decir sin esperar nada a cambio.
El sentido de Navidad es el mismo sentido que el que Madre Coraje propone para transformar nuestra injusta sociedad, a través de una convivencia entre los seres humanos, basada en el Amor Responsable, es decir, a través de la igualdad, la solidaridad y la gratuidad pero viviendo ese espíritu todos los días del año.
Desearíamos que se perdiera el sentido materialista de la Navidad actual en donde nos hemos olvidado del verdadero sentido original de la Navidad y lo hemos sustituido por un desmesurado consumismo de derroche de dinero, olvidándonos de los que no pueden vivir dignamente.
Desearíamos que prevaleciera el espíritu de Paz de la Navidad para que se acabaran las guerras en el mundo y terminara la violencia entre las personas por culpa de las diferencias en las forma de pensar, o por ser de diferente raza, género, cultura o de distinto país…
Nos gustaría que no se perdiera el espíritu de Navidad en nuestras familias como consecuencia de educar a nuestros hijos en la abundancia de regalos materiales y de caprichos, con lo que pierde el sentido del valor de las cosas y la capacidad de sacrificio para conseguirlas, en vez de educarles, a través de nuestro propio ejemplo, en los principios del Amor Responsable, pues nuestro hijos imitan más que obedecen.
Desearíamos que al menos en Navidad se prodigaran más en los medios de comunicación social los magníficos testimonios de Amor Responsable que existen en nuestra Sociedad, en vez de intoxicarnos con personajes corruptos y con personas que no son en absoluto modelos de conducta para la sociedad justificando este proceder, exclusivamente, por la razón de ganar más dinero.
Nos gustaría que por lo menos en Navidad olvidáramos los rencores del pasado y prevaleciera siempre el perdón y la reconciliación, para conseguir una convivencia navideña llena de felicidad y de paz entre todos los seres humanos.
¡Feliz Navidad!
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