Dos presos jerezanos en huelga de hambre
Uno, ingresado en Puerto III, reclama la revisión de su caso; el otro, desde Tetuán, pide que se agilicen los traslados a España
No es por capricho, sino por desesperación. Jesús Díaz y Sergio Paradas son dos presos jerezanos
que por motivos muy distintos han decidido ponerse en huelga de hambre como último recurso de quienes, al estar privados de su libertad, no tienen otro medio de hacerse oír.
Jesús Díaz, de 27 años de edad, cumple hoy su cuarto día en huelga en Puerto III, donde ingresó el pasado 9 de julio para cumplir una condena de 11 años, siete meses y seis días por agresión sexual, malos tratos y vejaciones a su ex pareja, delitos que niega haber cometido. El joven recluso jerezano, muy disconforme con la labor de su abogada defensora, asegura que no hay prueba alguna en su contra, salvo el testimonio de su ex pareja y su madre, por lo que solicita que se revise su caso al entender que en el juicio se vulneró su presunción de inocencia.
Sergio Paradas, también jerezano de 35 años de edad, está en su segunda semana de huelga de hambre, protesta que emprendió la semana pasada desde la cárcel de Tetuán junto a otros diez reclusos a raíz del polémico indulto concedido por el rey de Marruecos a 48 españoles. Paradas, al que según su pareja, Karen Gutiérrez, empiezan a flaquearle las fuerzas tras haber perdido ya seis kilos, se ha erigido en portavoz del colectivo, que reclama al Gobierno de Rajoy que se aclaren los derechos de los presos españoles en cárceles de Marruecos y que se agilicen sus traslados.
El preso jerezano ingresado desde hace dos años en Tetuán cumple condena de siete años por tráfico de estupefacientes, pena que está dispuesto a cumplir íntegramente, pero "en condiciones dignas", que a su juicio no se cumplen en Marruecos, donde los españoles pasan las horas muertas postrados en la cama al no tener derecho, por ejemplo, de asistir a los cursos y talleres que se imparten a los reclusos marroquíes para facilitar su reinserción.
Si la distancia es un handicap para los familiares de Paradas, que se quejan de la falta de interés de las autoridades españolas, de los que no tienen noticias desde el inicio de la huelga, la soledad es el principal obstáculo de Díaz, cuyos allegados, entre ellos su madre, Luisa Fernández, han emprendido una campaña de recogida de firmas puerta a puerta con la que han reunido hasta la fecha del orden de 300 apoyos. Los familiares y la actual pareja de Jesús Díaz, que han desplegado varias pancartas y pegado carteles por la ciudad proclamando su inocencia, han iniciado los trámites para recabar más apoyos.
A diferencia de Paradas, Jesús Díaz ha recibido respuesta del Defensor del Pueblo, al que remitió una carta de su puño y letra para relatarle su versión de los hechos. En su escrito, el preso jerezano ingresado en Puerto III apela al Defensor para que medie ante las autoridades judiciales a fin de que se revise su caso, dado que "me encuentro en prisión siendo inocente, por lo que he decidido ponerme en huelga de hambre a fecha de 19 de agosto hasta que algún juez se digne en comprobar que lo que digo es verdad y me saquen de este infierno o, por lo menos, vea un rayo de luz y esperanza".
Los familiares de uno y otro preso temen por las secuelas físicas y psíquicas de la huelga de hambre, durante la que Paradas y Díaz reciben atención médica básica para evitar males mayores. El preso de Tetuán confirmó a este medio que los servicios médicos de la prisión realizan revisiones periódicas a los reclusos que secundan la huelga, que se mantienen a base de agua con azúcar, su único aporte calórico.
Los reiterados intentos de este medio por conocer a través de la dirección de Puerto III o de la secretaría general de Instituciones Penitenciarias el estado y cuidados que recibe Jesús Díaz han resultado infructuosos, por lo que se desconoce las medidas que se adoptan en el centro penitenciario portuense, donde según la información facilitada por la madre del recluso, éste se ha negado incluso a beber agua, lo que agrava las consecuencias para la salud que tiene este tipo de protestas extremas.
Desde Tetuán y desde El Puerto, los dos presos jerezanos en huelga de hambre trasladan a su familia su intención de no cejar en el empeño hasta lograr sus objetivos. Pero el paso de los días también hace mella en los familiares, que intentan persuadirles para que abandonen la huelga de hambre y luchen por sus causas a través de otros medios.
También te puede interesar
Lo último