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De una pequeña habitación con un frigorífico en Jerez a ser referente nacional
Aunque la cuestión histórica está resuelta desde hace tiempo, no sucedía así con la interpretación iconográfica del Patrón canónico de Jerez, San Dionisio Areopagita, la cual desde hace algunos días ya se nos presenta en el estado que le corresponde, en función de la historia. Tiene la cabeza en su sitio y no sujeta entre sus manos como se veía hasta hace poco en la imagen que del santo se venera en la iglesia dedicada a él en la plaza de la Asunción de Jerez.
La confusión viene dada por una interpretación sobre qué San Dionisio es el que fue designado Patrón de la ciudad cuando en 1264 el Rey Sabio entró con sus ejércitos en la ciudad, derrotando a sus hasta entonces moradores, los musulmanes, e instaurando el culto cristiano en la ciudad, algo de lo que el año próximo se celebrarán 750 años de conmemoración.
La dialéctica histórica sobre el santo al que Alfonso X encomendó la ciudad estriba en dos existentes con el mismo nombre pero con 'apellidos' diferentes, el Areópago, el de Jerez, y el de París. Este último sí parece, según las leyendas, que su martirio fue cortarle la cabeza y que éste la recogió sosteniéndola en sus manos, algo que no se le atribuye al patrón de la ciudad, que al parecer fue torturado mediante la acción del fuego. Obviamente, este desorden de santos y su mezcolanza con el paso de los siglos, tiene una lectura mucho más profunda, pero para el conocimiento popular, la memoria colectiva guarda la estampa del santo que está en San Dionisio con su cabeza entre las manos, evidentemente un modelo iconográfico muy poco extendido y que, ciertamente, llama poco a la piedad ante lo escasamente 'amable' de ver su santa testa hablando mientras la sostiene fuera de su cuello.
Pero resueltas las dudas y cuitas sobre el verdadero Patrón de Jerez y sus crónicas, en el altar mayor del templo ubicado en la plaza de la Asunción se puede ver cómo ha quedado el santo tras colocarle unas manos nuevas y situar su cabeza sobre el cuello, trabajo que ha sido ejecutado por un artista local. De esta forma, San Dionisio aparece vestido de obispo con su báculo y los ornamentos sagrados (libro) que le corresponden como obispo y de esta guisa se presenta en las vísperas de su festividad, mañana, pero ya con su cabeza en su sitio.
Se da además la circunstancia de que, siendo puristas, Jerez ni siquiera celebra la festividad de su patrón el día indicado, ya que Areopagita tiene encomendado el 3 de octubre y no el 9. Diferentes fuentes han asegurado que Jerez, junto a ciudades como Valencia, tienen encomendada esa dispensa, algo que este medio no ha podido certificar. Todo el 'lío' proviene nada menos que del siglo VII-VIII cuando los franceses comenzaron a entremezclar tanto ambos santos (el Saint Denis de París y el del Areópago) que finalmente no se sabía a ciencia cierta cuál era uno y cuál el otro. En el siglo XXI, parece, que todo ha quedado al fin en su sitio. Cabeza incluida.
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