De un proyecto estrella a objetivo del vandalismo y el abandono
Cuatro años después del inicio de las obras, que fueron paralizadas antes de finalizar, el Centro de Interpretación del Guadalete es hoy día una instalación saqueada y destrozada
Cuatro años después de que se iniciasen las obras del Centro de Intepretación del Guadalete, el primer paso del ambicioso proyecto de regenerar la cuenca del río, su realidad es el vivo ejemplo del abandono y el despropósito de una gestión política mal hecha. Su edificación quedó frenada por la falta de liquidez, y la construcción se paralizó al 69 por ciento de su ejecución. Pese a todo, las obras estaban bastante avanzadas y el edificio, situado a unos 500 metros del río y muy cerca del Monasterio de La Cartuja, presentaba un aspecto bien distinto al de ahora.
La dejadez ha atraído durante todo este tiempo a los vándalos y a los cacos y pese a que a día de hoy se encuentra cerrado por una verja de hierro que impide el acceso, lo cierto es que en su interior se aprecia el expolio al que ha sido sometido. Como suele ser habitual en este tipo de asedios, los cacos se han llevado todo lo aprovechable, desde el cableado y material eléctrico a trozos de los paneles de madera de las paredes e incluso la instalación del aire acondicionado, para lo cual han destrozado los techos de escayola ya terminados. Hasta elementos decorativos de hormigón han sido arrancados de cuajo de la azotea-mirador desde la que se divisa el río.
Si avanzamos por la instalación nos topamos con árboles caídos, extrema vegetación y piedras y escombros por doquier. Casi no se puede andar, es decir, un panorama desolador que no se asemeja en nada al que en su día Pilar Sánchez denominó "proyecto estrella" y cuyo presupuesto superaba con creces los trescientos mil euros.
Eran 700 metros cuadrados dedicados al medio ambiente y cuyo edificio, basado en la arquitectura ecológica, constaba de una planta baja con una recepción desde la que se accedía a una futura sala de exposiciones y proyecciones, tienda, administración e incluso cafetería, todo pensado como lanzadera para un macroproyecto de regeneración del Guadalete y que pretendía restaurar los 11'5 kilómetros de cauces que discurren por Jerez.
Además, era el paso previo a la puesta en marcha de una futura área lúdica en la que el gobierno de Pilar Sánchez había programado una zona de esparcimiento a la altura de la Cartuja con caminos rurales, rutas ecuestres o en bicicleta. Asimismo, se hablaba de recuperar una zona navegable donde se permitiría la práctica deportiva.
En los últimos años, diversos colectivos han venido denunciando este lamentable estado y sobre todo la dejadez con la que las autoridades competentes han afrontado el problema, ya que en vez de poner coto al vandalismo y los destrozos se ha mirado para otro lado.
Desde el gobierno local se solicitó en 2011 al Estado la posibilidad de acogerse a una posible prórroga para tratar de concluir los distintos proyectos del Plan E que habían quedado paralizados y entre los que se encontraba éste, aparte de la Comisaría de Policía Local, la Escuela de Idiomas y el Centro Polifuncional Blas Infante. De hecho, en relación al Centro de Interpretación del Guadalete se aprobó la incoación del expediente del contrato de obras que estaba construyendo la empresa Construcción Técnica GSM al entender que "un proyecto de esta envergadura esté paralizado y en el estado de abandono en el que se encuentra actualmente".
Sin embargo, desde entonces los movimientos en torno a aquella edificación parte del actual equipo de gobierno han sido nulos. Sólo se solicitó, algo que fue criticado por la oposición, una partida presupuestaria a la Junta para el Parque de Santa Teresa, una instalación municipal que curiosamente fue la propuesta ofrecida por la Plataforma por la Recuperación del Guadalete a Pilar Sánchez para ejercer la misma función que el Centro de Interpretación. No obstante, nunca se aceptó.
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