Al patrimonio que mejor cobija
Espacios verdes de Jerez
El Ayuntamiento pone en marcha la Ruta de las Especies, que consta de tres paseos por el legado arbóreo más destacado de la ciudad.
No todo lo que reluce en el patrimonio de la ciudad es de piedra. Hay una dulce gama de verdes que puebla nuestros jardines y alamedas. Es el patrimonio arbóreo, una valiosa sombra bajo la que cobijarse y que admirar. Y en su fomento, la delegación de Medio Ambiente ha puesto en marcha la Ruta de las Especies, que se ha realizado en el marco del proyecto Life+ Jerez+Natural y cuenta con tres viajes: Ruta Norte, Oeste y Centro. La Centro se desarrolla cada viernes, a las 11 y a las 13 horas, desde el Alcázar, hasta el 24 de abril, y las otras dos, de manera concertada. Tres viajes por algunos de los parques y plazas más antiguos de Jerez, donde se descubren su historia y orígenes.
La ruta Centro, que protagoniza este reportaje, propone un recorrido triangulado por los tres Llanos donde se asentaron los tres primeros paseos arbolados de Jerez en el siglo XVIII y que han evolucionado como las plazas más históricas de Jerez: Cristina y Aladro en Llanos de Santo Domingo y San Sebastián; Alameda Vieja y Arenal en Llanos del Alcázar, y Angustia en Llanos del Ejido. Estos espacios extramuros se fueron conformando en plazas monumentales durante el XIX, modificándose hasta presentar su fisonomía actual. Un recorrido de una hora con mucho que ver y escuchar. Punto de partida, el Alcázar. Los técnicos de Medio Ambiente José Antonio Márquez, Esteban García del Santo, Pilar López y Patricia Cañadas apoyan sus explicaciones en las del historiador Manuel Romero Bejarano. Un recinto éste que se cree que fue de las primeras zonas ajardinadas de la ciudad. Fuera de las murallas, según cuenta la literatura, sólo quedaban olivos e higueras. El espacio almohade del Alcázar tenía en cambio una vegetación mediterránea y estaba ligado al jardín musulmán. Como árbol singular del Alcázar, la ruta ha elegido una palmera canaria (phoenix canariensis Chabaud) de unos 122 años, cuyo nombre genérico proviene del griego y hace referencia a la región donde en la antigüedad los griegos vieron las primeras palmeras, Fenicia. El nombre específico indica el lugar de origen de esta palmera, las Islas Canarias. Tiene unos 15 metros de altura y se distingue de la palmera datilera en que esta última es más esbelta y las hojas tienen un color verde más claro. En su lugar de origen se extrae de ella la miel de palma, y el dátil se utiliza para alimentar al ganado. Hay que destacar que la palmera canaria ha sido la más afectada por el picudo rojo, "así que las que aún se conservan tienen un valor más especial si cabe. Para que sigan en buen estado requieren un esfuerzo de mantenimiento y de tratamientos continuos", apunta Cañadas. Otro palmera especial aquí es la de abanico mejicana, pritchardia robusta, guachintona (Washingtonia robusta H. Wendland). El nombre del género fue dado por Wendland en honor al presidente de EEUU, George Washington. El de robusta alude a que es la palmera de mayor porte dentro de su género. Está en el exterior del monumento, junto a la puerta, con una altura de 29 metros y una edad de 102 años. Fue trasladada del Arenal a su ubicación actual en 2005. Como anécdota, hay que destacar que la poda hay que hacerla en días sin viento para evitar peligro a los podadores. Ejemplares de altura que se pueden encontrar también en Cristina.
La alameda Vieja es la primera que se hace en Jerez a finales del siglo XVIII. Una zona llana y amplia al ser espacio militar, que se convirtió antes de su reordenación en un estercolero, ya que la gente arrojaba todo tipo de desperdicios al foso de las murallas. Fue la primera zona de expansión de la ciudad junto a la alameda Cristina. Sus árboles dan sombra en el verano, y dejan pasar el sol en el invierno. Allí, entre los elegidos está un ejemplar -de los más grandes de la ciudad- de jacarandá, palisandro (Jacaranda mimosifolia D. Don). Su nombre científico proviene de su latinización en Brasil, de donde es originario. La especie 'mimosifolia' proviene del latín y quiere decir hojas parecidas a las de una mimosa. La calle Porvera está poblada de ellos. Erróneamente se cree de sus flores que son sucias y pegajosas, cuando en realidad, los que provocan esas molestias son los pulgones que atacan dichos árboles que excretan unos azúcares que caen al suelo. "Los ejemplares se tratan para ello, con muy buenos resultados", precisa Cañadas. Es un árbol muy usado en otros países, de hecho, a Pretoria la llaman 'Jacaranda city' por su abundancia, así como en Buenos Aires y Lisboa. Cerca, un transeúnte descansa en un banco al abrigo de un ficus o árbol del caucho, que mira hacia la salida de la ciudad. Ficus elastica Roxb. & Horbnem, con unos 102 años, el ejemplar más viejo de la ciudad. Este árbol, aunque puede alcanzar alturas de 60 metros en su lugar de origen, en cultivo no suele sobrepasar los 12. En los adultos las raíces se hacen superficiales. Del látex de Ficus elastica se estuvo obteniendo el caucho hasta que se descubrió que la euforbiácea Hevea brasilensis producía uno de mejor calidad y en mayor cantidad. En la actualidad, su mayor interés es el ornamental. Sus semillas permanecen en el árbol mucho tiempo y puede llegar a florecer dos veces, en primavera y octubre.
La plaza de las Angustias, una de las más antiguas de Europa y por su interés histórico está catalogada como Jardín de Interés Cultural, era la salida de la ciudad y se utilizaba para ferias de ganado. La urbanización comienza en el XVIII, cuando se nivela. Ya en 1575 se conocía como Los Llanos de las Angustias y constituían unos terrenos colindantes a la antigua Capilla del Humilladero, que con el tiempo daría lugar a la iglesia. La actual ordenación es del XX. El monumento y fuente que ocupa el centro de la plaza están dedicados al aviador del Plus Ultra, el jerezano Juan Durán González, que cruzó el Atlántico sin escalas. En este lugar pueden verse cedros y un ejemplar de limpiatubos llorón de llamativas flores rojas y cuyas agrupaciones recuerdas a escobillas o limpiatubos. En el extremo opuesto crece un gran drago muy ramificado, una alta palmera datilera y varias palmeras canarias. Otro ejemplar de interés singular es el ave del paraíso, denominada así por las llamativas flores que recuerdan el perfil de un ave, que también se puede ver en el Arenal. Una plaza llamada así porque a finales de la Eda Media se rellena con arena del Guadalete. Un espacio para grandes concentraciones y actos públicos, de ahí nacen esos balcones a modo de palcos.
En la plaza de la Asunción, fundada por Alfonso X tras la reconquista, un naranjo (Citrus aurantium L) es el protagonista. Tiene más de 70 años y está ubicado junto a la entrada a San Dionisio. Los griegos lo conocían como 'kitros', término con el que se referían a todos los cítricos y del cual derivó el término latino 'citrus' empleado por los romanos y que llega hasta nuestros días. Es una especie originaria del Sureste asiático. Los frutos son muy utilizados en repostería, para la fabricación de mermeladas y pestiños. También se utilizan para elaborar licores. Sus hojas, flores y la corteza se emplean en medicina, ya que tiene propiedades sedantes y estomáticas. Además, el agua de azahar es antiespasmódica y aromatizante y los cocimientos de la corteza abren el apetito y facilitan las digestiones. Además de estos usos, los naranjos son un elemento ornamental. Muchas de nuestras calles están adornadas con filas de aromáticos naranjos, pero lo más bellos y con más historia están aquí y en la Corredera. En Jerez hay unos 11.000 ejemplares. Un especie que por sí sola tiene su propio control biológico contra las plagas.
De sobra es conocido el ficus (Ficus macrophylla Desf. & Pers) de la plaza del Banco, que tiene 60 años. Un espacio que nace en el siglo XIX, donde antes había un convento, el de San Cristóbal. En 1868 llegan al gobierno los partidos radicales de izquierda, un periodo corto pero intenso que se llevó por delante dicho claustro, Se perdió patrimonio pero se ganó una plaza, tan necesitada la zona intramuros de ellas (así nacieron Progreso y Salvador Allende). El nombre de esta especie 'macrophylla' significa 'de hojas grandes'. Este ficus de copa densa, que le hace idóneo como árbol de sombra, es originario de Australia. Allí es frecuente que crezca como epifito, es decir, sobre otro árbol, alimentándose de él hasta que acaba por ahogarle y sustituirle. De ahí esas raíces aéreas, que le sirven también para sustentarse. El Levante pone en peligro la estabilidad de sus ramas.
Otro de los puntos de la visita es Cristina, que se situaba en una de las salidas más importantes de la ciudad, la del camino hacia la Corte, frente a la Puerta de Sevilla. Allí se impulsó la creación de los primeros huertos y jardines en su entorno durante el siglo XVIII. Esta alameda se construye en el XIX en honor a la reina María Cristina, pasando a ser la del Alcázar la alameda Vieja. Allí sobresalen las palmeras, las datileras y la washingtonia robusta. Muy cerca, la plaza Aladro, estuvo marcada por la remodelación promovida y financiada por Juan Pedro Aladro Domecq en el siglo XIX. Entre sus árboles sobresalen el almez americano o Celtis occidentalis L. Celtis nombre tomado por Linneo del empleado por los romanos para designar al almez que fue un árbol muy importante para ellos. Es una especie originaria de América del Norte, muy resistente al frío, la polución y a los suelos pobres. Son los únicos de la ciudad, procedentes de un intercambio que hubo con la Expo 92. Les afecta en gran medida el adoquinado ya que las vibraciones que provoca el paso de los vehículos compacta la tierra y evita la entrada de agua de lluvia. También es llamativo el pica-pica, lagunaria (Lagunaria patersonii G. Don). El nombre genérico 'lagunaria' alude al parecido con lagunaea, planta que a su vez está dedicada al botánico español Andrés de Laguna. El término específico 'patersonii' hace honor al botánico y explorador escocés W. Paterson, quien al parecer envió por primera vez semillas de esta planta a Inglaterra. Su nombre alude a que los frutos encierran unos diminutos pelos muy irritantes. También es destacable la palmera de abanico china (Livistona chinensis (Jacq.) R. Br. E & Mart). El nombre genérico 'livistona' hace honor a Patrick Murray, barón de Liviston, mientras 'chinensis'se refiere a su origen, China y zonas colindantes. Puede alcanzar hasta 12 metros de altura, y sólo para llegar al primer metro puede tardar 50 años, lo que denota su lento crecimiento.
Durante la visita se entregan un mapa y una completa guía de árboles singulares de Jerez (disponibles en www.jerezmasnatural.es) que incluyen los seleccionados para estas tres rutas a pie y otros de interés en diferentes y numerosos puntos de la ciudad. En definitiva, un patrimonio arbóreo que se traduce en 90.000 árboles públicos, entre viarios, parques y jardines, cuidados por un "completo" plan de gestión municipal. Un pulmón para la ciudad que mantiene con vida buena parte de nuestra historia.
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