El paraíso natural propio de Jerez
Los Montes de Propios se han convertido en el 'reducto verde' por excelencia del término municipal, un proyecto que se ha consolidado con cuatro rutas fáciles de recorrer y unas 3.000 visitas al año
Cuesta creer que a más de cincuenta kilómetros de Jerez siga habiendo un paraíso propio. Para muchos seguro que el corazón comercial de la ciudad está en la calle Larga, la parte flamenca en el señero barrio de Santiago, pero el más salvaje y natural se encuentra casi lindando con la provincia de Málaga. Los Montes de Propios, con una superficie de más de 7.000 hectáreas, lo que supone la friolera de otros tantos campos de fútbol, se han ganado por derecho propio el título de paraíso natural de un Jerez que fue frontera cristiana y mora durante años.
Hace tiempo que el Ayuntamiento se dio cuenta de que este rincón cien por cien jerezano ganado por la valentía del pueblo en su lucha con los árabes merecía ser conocido por todos. Desde hace cuatro años se pueden realizar cuatro rutas para conocer este rincón del parque natural de Los Alcornocales y que, por tanto, tiene rasgo de protegido. Es ahora en verano cuando Montes de Propios vive un periodo de descanso para prepararse para la mejor época para conocerlo, el otoño, cuando la calidez de la luz transforma un paisaje en el que no faltan corzos, venados, buitres leonados, alimoche (único nido de esta ave en la provincia de Cádiz), distintas especies de águilas, ciervos y árboles que tanto han significado para el devenir de la historia española como el acebuche o el quejigo, con el que se hacían las impresionantes naves de la Armada Invencible del rey Felipe II, el monarca de un reino en el que nunca se ponía el sol. De los veedores de La Marina y su buen criterio en la selección de ejemplares que podrían dar buena madera dependía el éxito de la flota española, que durante siglos dominó el mundo. Algunos de los quejigos de Montes de Propios han formado parte de impresionantes naos, por ejemplo.
Explotaciones de los Montes de Propios Empresa Municipal S.A. (Ememsa) es la empresa que gestiona este paraje natural. Su gerente, José María González, apunta que en el pasado curso escolar han tenido un nutrido grupo de visitas al corazón verde de Jerez. "Unas 3.000 personas han pasado por aquí. La mayoría de los colegios e institutos que lo han solicitado una visita han podido venir. La verdad es que tenemos muchas peticiones tanto de visita como de alquiler del cortijo de Rojitán, que tiene una capacidad de hasta veintidós personas máximo". A principios de otoño Montes de Propios volverá a recuperar su régimen de visitas guiadas y gratuitas hasta el mes de mayo, aproximadamente. Las reservas se hacen por fax o correo electrónico dirigidas a Medio Ambiente y se conceden por riguroso orden de entrada.
Es ahora en verano cuando se hace un paréntesis por peligro de incendio, algo que se trata de evitar con un protocolo especial. De hecho, los avances en las tecnologías permiten detectar cualquier foco de calor y disponer de un retén en pocos minutos para evitar cualquier desastre.
Miguel Girón es el coordinador de la explotación y además un perfecto conocedor de los montes porque ha nacido allí. "Se ha mejorado mucho en infraestructuras en estos años y sobre todo en personal que controla día y noche los Montes de Propios". No es lo único que destaca, sino que además con las cuatro rutas (la de Rojitán; cerro del Charco; la del arroyo de La Albina y Brañahonda, ésta algo más complicada al contar con una longitud de 18 kilómetros), se ha dado otra vida a los montes y se han abierto a todos los amantes de la naturaleza. Tanto éxito ha tenido esta iniciativa iniciada hace cuatro años que Ememsa ya está pensando en abrir otros senderos que permitan descubrir algunos otros secretos que esconde este rincón jerezano que cuenta con una población de unos setecientos corzos, un animal que tiene un fuerte sentido del territorio y que vive en pareja. Para ellos hay dispuestos en estas épocas distintos bebederos, porque la sequedad de la época ha hecho que apenas queden charcos del arroyo de La Albina, que es el que recorre este paraje en el que se concentra flora como el lentisco, madroño, acebuche, torbisco (que ahuyenta las culebras), algarrobos y, por supuesto, alcornoques, que hacen que los Montes de Propios se puedan gestionar siguiendo las pautas del desarrollo sostenible.
El negocio del corcho está abriendo además nuevas posibilidades a Montes de Propio. Al margen de cada campaña , que empieza en noviembre y concluye sobre junio y en la que se busca un promedio de 14.000 quintales anuales (cada quintal equivale a 46 kilos), se persigue ahora la idea de montar un centro de interpretación del corcho que permitiría conocer el proceso de tratamiento desde la extracción de los alcornoques hasta su venta a destinos como Portugal, el país que se ha convertido en el mayor cliente de estos montes jerezanos.
Son muchas las posibilidades que ya son una realidad en este rincón verde de Jerez, como la de la producción de la miel (cada año se producen unos 300.000 kilos de este sano alimento), así como la de cría de ganado retinto que pasta por la vega de Rojitán y cuya carne se comercializa.
Otras puertas que están abiertas podrían permitir que yeguas de la Real Escuela que estén criando puedan hacerlo en los montes y, para un futuro, se estudia la posibilidad de que se críen cerdos ibéricos de bellota en la zona, como en otros puntos de la Sierra de Cádiz. Todo sea por un desarrollo sostenible que garantice el porvenir de los montes jerezanos.
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