Como las ondas del mar
El escudo de Jerez: un recorrido histórico e iconográfico (I)
COMO cada año, en el marco del ciclo festivo de otoño, cobra un especial protagonismo el 9 de octubre, día de san Dionisio, en el que se conmemora la incorporación de Jerez a la corona castellana de la ciudad tras su conquista por las tropas de Alfonso X en 1264.
De un tiempo a esta parte, esta fecha se han puesto en cuestión por diferentes historiadores (1) y así, por ejemplo, el arabista jerezano M.A. Borrego Soto apunta en un reciente estudio (2) la del 3 de octubre de 1267, como la que más se ajusta a los hechos históricos, según ha podido documentar en sus investigaciones. Sea como fuere, lo cierto es que la tradición ha vinculado desde antiguo la celebración del 9 de octubre, Día del Patrón, a la toma de Jerez por el Rey Sabio.
Uno de los actos que en recuerdo de aquellos episodios históricos, se viene celebrando desde hace años, es el traslado del pendón de la ciudad que, de modo simbólico, representa al que portara Alfonso X. En nuestros días es llevado por el concejal más joven del Ayuntamiento, acompañado por la alcaldesa y la corporación municipal, en una procesión que cruza la Plaza de la Asunción desde la sede del antiguo Cabildo hasta la vecina iglesia de San Dionisio.
Sobre el pendón de Jerez, su significación, su origen, y especialmente sobre su desaparición hace unos años, se han escrito ríos de tinta. De manera recurrente, se abre cada otoño el debate de lo oportuno o inoportuno de este acto y, especialmente, de la lamentable e inexplicable pérdida de uno de los principales símbolos de la ciudad y de una de las piezas más antiguas y significativas de nuestro patrimonio. Sin embargo, asociado también a los mismos hechos históricos, pasa más desapercibido otro de los emblemas representativos de la ciudad: el escudo heráldico. Para conocer sus orígenes y su evolución, les proponemos hoy un recorrido histórico e iconográfico por algunos de los escudos más llamativos y curiosos repartidos por toda la ciudad. ¿Nos acompañan?
Aunque en la actualidad y desde hace unos años, el escudo de Jerez ha adoptado una forma simplificada en aras del diseño, asemejándose más bien a un logotipo, conviene recordar que el escudo oficial de la ciudad, se aprobó formalmente por el Consejo de Ministros del 10 de marzo de 1967, publicándose en el B.O.E. del Estado del día 3 de abril el texto del Decreto 671/1967por el que se autoriza al Ayuntamiento de Jerez de la Frontera (Cádiz) para la rehabilitación de su escudo heráldico municipal.
El mismísimo Francisco Franco, y el entonces Ministro de la Gobernación Camilo Alonso Vega, firman esa disposición que da naturaleza legal a nuestra insignia local: "El Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, de la provincia de Cádiz, a tenor de lo dispuesto en las vigentes disposiciones legales y en uso de las atribuciones que le están conferidas, acordó solicitar la correspondiente rehabilitación y legalización oficial del Escudo de armas que desde tiempo inmemorial viene utilizando como propio de aquel Municipio, a fin de perpetuar a través del mismo y de un modo gráfico y expresivo los hechos históricos más relevantes de la localidad. A tal efecto elevó el oportuno proyecto y Memoria descriptiva correspondiente. Tramitado el expediente en forma reglamentaria y emitido el preceptivo dictamen por la Real Academia de la Historia, favorable a que se acceda a lo solicitado. En su virtud, a propuesta del Ministro de la Gobernación y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día diez de marzo de mil novecientos sesenta y siete, DISPONGO: Articulo único. -Se autoriza al Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, de la provincia de Cádiz, para rehabilitar su Escudo heráldico municipal, que quedará organizado en la forma siguiente, de acuerdo con el dictamen de la Real Academia de la Historia: Forma española. Ondas de azur y plata, con bordura componada de Castilla y León, esto es, castillos de oro en campo de gules y leones de gules en campo de plata. Timbrado de corona real. Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a dieciséis de marzo de mil novecientos sesenta y siete" (3).
De la misma manera, al amparo de la Resolución de 30 de noviembre de 2004, de la Dirección General de Administración Local de la Junta de Andalucía, el Escudo heráldico de Jerez, como símbolo de la ciudad quedó inscrito en el Registro de Entidades Locales de Andalucía (4). En su diseño, adopta en la actualidad la forma "española" (la de los escudos tradicionales) o la ovalada. La web municipal expone también una sucinta explicación oficial de sus distintos elementos. Así, "la corona real abierta de su parte superior se utiliza por el hecho de haber sido Jerez antigua plaza realenga. Las ondas del mar, en colores azur y plata, simbolizan las veces alternativas en que Jerez estuvo en manos de moros y cristianos durante la Reconquista. Los escaques con las armas de Castilla y León provienen de haber sido el rey de Castilla y León el que conquistara la ciudad en el año 1264." (5)
Sin embargo, tras la frialdad de las disposiciones oficiales que todo lo regulan, tras la descripción formal del escudo de la ciudad, hay una hermosa historia que nos lleva a aquellos días, siete siglos y medio atrás, en los que el Rey Sabio entraba victorioso en Jerez, una ciudad insegura en la frontera de dos reinos.
Las noticias documentales más antiguas que tenemos acerca de las armas concedidas por Alfonso X a Jerez datan del Privilegio dado en el "Real cerca de Toro" en 22 de agosto de 1269 a Gonzalo Matheos (6). En él se alude, entre otras cuestiones, "… a todo lo que se puede decir del escudo de las armas de nuestra ciudad, que no sólo se dio a Gonzalo Mateos, sino a otros muchos linajes que pintan las ondas en los escudos" (7). A partir de aquí, la historiografía tradicional jerezana ha recogido diferentes versiones introduciendo curiosos matices, sobre el origen del emblema, que fuera otorgado directamente por Alfonso X a los primeros defensores de la ciudad.
Una de las primeras versiones es la que figura en el Libro del Alcázar, escrito en el siglo XV, considerado como la más antigua Historia de Jerez que se conserva. En él se narra cómo tras la conquista de la ciudad por el Rey Sabio, después de una intervención militar para someter a los pobladores musulmanes que se habían apoderado del alcázar venciendo a la guarnición cristiana que lo custodiaba, el rey concede armas a los jerezanos: "(…) y porque esta çibdad quedava tan apeligro y en tanta frontera de los moros, enemigos e nuestra santa fe catolica, por más obligados a los que en ella quedavan y animalos que toviesen en poco los trabaxos y acaeçimientos que les biniesen, dióles por armas las ondas de la mar que tan çerca tenían, a quien conparó esta çibdad por la inquietud y poco reposo que por la guerra avía de tener que siempre y cada día era conquistada, así por mar como por tierra, así de África como del reyno de Granada, y así quedó esta çibdad encomendada a Dios y al bienaventurado San Dionisio, cuya fiesta cada año hasta agora esta çibdad faze…" (8).
En 1484, como recuerda el historiador Bartolomé Gutiérrez, se comenzó a anotar en los libros capitulares de esta ciudad "noticia de sus sucesos, conquistas y memorias la qual permaneciese en sus libros para testimonio de la posteridad" (9). Se incluye así un Memorial que el cabildo mandó redactar, atribuido al escribano Juan Román de Cuenca, en el que se relatan también estos primeros sucesos y que guardan una gran similitud con lo descrito en el Libro del Alcázar, como ha puesto de manifiesto el historiador Juan Abellán.
En el citado Memorial no podía faltar el relato de los hechos acaecidos en el Alcázar. Este es el fragmento donde se menciona lo relativo al escudo de armas: "El rey don Alfonso, décimo deste nonbre, que se llamó el Sabio, ganó a esta çibdad de Xerez que se dio a pleytesía la primera vez, a tal condiçión que los moros quedasen en ella con todo lo suyo, mudigeles, e puso en el alcáçar un alcayde de alta sangre e con el çient fidalgos escogidos de la mayor sangre que avía en Castilla e León, e el alcayde e los cavalleros pydieron armas, e el Rey gelas dio, e por armas tomaron las ondas del mar porque es cosa que syempre conbate que asy como ellos quedavan con sus enemigos conbatiendo sus malos pensamientos que asy fueses sua armas, e el Rey les fizo promesa e duio su fe que dentro de quinze días que lo llamasen les socorrería e para en seguridad de aquello les dio en fe sus armas reales que fuesen anparo e çerca de las desta çibdad" (10).
Como pude observar el lector, la principal novedad que se introduce con respecto al texto anterior radica aquí en la justificación de, cómo la orla con los castillos y leones que rodea las ondas del mar, tienen la significación del amparo que las armas reales -el Rey- dan a las de los jerezanos. Una alianza mutua, tan necesaria en aquellos años iniciales de la conquista en los que la ciudad y sus repobladores estaban sujetos a los embates, a las idas y venidas, al desasosiego constante que producen los permanentes ataques de los musulmanes. Como el movimiento incesante de las ondas del mar. (Continuará)
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