El comendador Benavente, los Zuritas y el palacio de Campo Real
Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas
Además de antiguos grandes bailes de gala, en su patio se celebraron populares fiestas benéficas, como el homenaje, en 1961, a la maestra de baile María Lucena y, recientemente, una audición del Concierto de JerezGrandiosa fachada neoclásica del Palacio de Campo Real, obra del arquitecto jerezano José Vargas Sánchez. ARCHIVO DEL AUTOR
A Manolo Domecq, con un abrazo
EL comendador de Santiago, don Pedro Benavente Cabeza de Vaca y Carbajal fue un jerezano del siglo XV, caballero 24º y alférez mayor; casado con doña Beatriz Bernalte y Virués; rico terrateniente y dueño de gran parte del ingenio azucarero del Sauzal, en Tenerife; que tomó parte en la guerra de las Comunidades, en la defensa de Cádiz contra los turcos, y ayudó a los portugueses a defender sus posesiones africanas. Este personaje histórico dio nombre a la pequeña plaza, donde se ubica el monumental y artístico palacio, que fuera mandado construir por él, actualmente llamado de Campo Real, título concedido el 31 de diciembre de 1689 a Luís Pérez de Valenzuela y Marrujo, caballero del orden de Santiago que, desde el 23 de enero de 1953, pasó a ostentarlo doña Isabel Ivison y Zurita; y posteriormente doña Mercedes de Zurita, la primera mujer jerezana que ostentó el título de académica, al ser miembro correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, de Córdoba. Una de las mujeres más cultas que uno ha tenido el alto honor y la inmensa suerte de conocer y tratar en vida, departiendo muchas tardes con tan exquisita dama, en amena tertulia, a mediados del pasado siglo, sobre literatura, poesía, flamenco y otros temas culturales, en su rica mansión.
Precisamente de esa honorable amistad, de su gran afición al flamenco y de su relación con la Cátedra de Flamencología, doña Mercedes me sugirió un buen día la idea de organizar un festival flamenco a beneficio de su vieja maestra de baile, María Lucena, enferma y ya retirada de su labor docente; para lo que inmediatamente ofreció el hermoso patio de su histórico palacio, donde efectivamente, poco después, en 1961, pudimos celebrar el dicho festival, en una cálida noche de San Juan, realmente memorable.
María Lucena, aparte de enseñar flamenco, conocía y enseñaba otros bailes populares andaluces, como el Ole de la Curra, el Jaleo de Jerez, la Cachucha, los Panaderos de la Flamenca, la Malagueña y el Torero, etc. Contaba setenta y cinco años de edad y se había llevado más de cincuenta, enseñando a los jerezanos el tesoro de nuestros bailes tradicionales. En la fiesta benéfica, a la que asistió la maestra, organizada y presentada por quien esto escribe, con la colaboración poética de Manuel Ríos Ruiz, actuaron todos estos grandes artistas flamencos de nuestra tierra: Tía Anica la Piriñaca, Terremoto de Jerez, la sanluqueña María Vargas, Tía Juana la del Pipa, Paco Laberinto, Torrito, Paulera, La Chicharrona, El Chicharrón, Parrilla de Jerez y Paco Cepero. Y además, hubo dos actuaciones espontáneas, fuera de programa, por parte de mi gran amigo Lorenzo Calderón, cantando sus famosos fandangos caracoleros y de Enrique Manuel Sordera por bulerías. El festival constituyó un grandioso éxito.
El suntuoso patio de Campo Real se llenó a rebosar, como me cuentan que recientemente se puso, también, en el Concierto de Jerez que ofreciera, con carácter benéfico, la Joven Orquesta de Cámara "Maestro Alvarez Beigbeder". Y es curioso, porque dicho concierto ya lo promocionó, en su día, allá por los setenta, la misma Cátedra de Flamencología de la que doña Mercedes Zurita, marquesa de Campo Real se declarara abierta protectora, incluso aportando algún donativo para sus gastos, cuando dicha institución estaba aún en sus comienzos, e involucrando, al mismo tiempo, en tales dádivas, a las duquesas de Alba y de Medina Sidonia. Y Manuel Domecq Zurita, su sobrino, y querido amigo nuestro, fue el artífice y padrino de su estreno mundial en Los Claustros de la bodega Domecq, donde recibimos con todos los honores a su autor, Benito Lauret, acompañados por el inolvidable maestro Villatoro.
Los Zurita forman una de las familias más antiguas de la nobleza jerezana. Don Fagut de Zurita fue uno de los valientes que acompañó al Rey Sabio en la reconquista de Jerez; y en el repartimiento que hizo éste de tierras y casas, le fue otorgada una de ellas a dicho caballero, en premio a sus leales servicios. Aquella primitiva casa solariega de los Zurita estaba enclavada en los propios terrenos que hoy ocupa el espacioso Cine Astoria. Caballeros de este apellido jugaron con destreza toros y cañas; destacando el séptimo marqués de Campo Real, don Diego Ignacio de Zurita y Villavicencio, quien toreaba a caballo en la segunda mitad del siglo XVIII.
Debido a posteriores entronques, el palacio del comendador Benavente pasaría a ser propiedad de la familia Zurita, a uno de cuyos descendientes, mi viejo y gran amigo Manuel Domecq Zurita, vizconde de Almocadén, pertenece actualmente.
Un palacio elogiado por el viajero romántico Antonio Ponz, en el último tomo de. sus "Viajes por España", así como por otros viajeros ilustrados; y considerado arquitectónicamente como una de las más importantes mansiones señoriales de nuestra ciudad, enclavada en el viejo Jerez medieval; en cuyos salones y hermoso patio fueron muy famosas las grandes fiestas de gala, celebradas antaño; una de ellas, ofrecida en el siglo XVII, en honor del príncipe árabe El Gazal, del que la escritora francesa Condesa de La Fayette, que le conoció, dejó dicho que, físicamente, era "una obra maestra de la naturaleza", considerándole como "el hombre mejor hecho y más bello del mundo", según sus propias palabras, en su novela "La princesa de Cléves".
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