Moraíto reposa ya junto a Paquera
Luto en el mundo del flamenco
Familiares, amigos y personalidades de todos los ámbitos dejaron pequeño el tanatorio en su último tributo al artista · En el cementerio, un nutrido grupo esperaba también la llegada de la comitiva fúnebre

Los restos mortales de Manuel Moreno Junquera 'Moraíto chico' descansan desde ayer en el cementerio municipal Nuestra Señora de la Merced, junto a la tumba de su adorada Francisca Méndez, 'La Paquera de Jerez', perpetuando así el cariño que ambos se profesaban en vida.
La misa en su memoria se ofició a las doce en el tanatorio de Jerez, pero mucho antes ya estaban dentro del recinto numerosos familiares, amigos, antiguos compañeros de escenario y diversas personalidades políticas que quisieron estar presentes en la última bulería de 'Moraíto'. Desde su inseparable amigo José Mercé, hasta Curro Romero junto a su esposa Carmen Tello, pasando por La Macanita, el diestro Juan José Padilla, María del Mar Moreno, su tío Juan Parrilla, 'El Londro', Chiquetete, Diego 'El Cigala', Pansequito, Manolo Sanlúcar, Javier Ruibal y políticos como la alcaldesa, María José García-Pelayo, o el líder de Foro Ciudadano, Pedro Pacheco. Ninguno de ellos quiso perderse el último adiós a uno de los genios de la guitarra, ya que con su muerte "se pierde la banda sonora de Jerez", como aseguraba ayer el bailaor Andrés Peña.
La Policía Local incluso tuvo que regular el tráfico ante una entrada del tanatorio totalmente colapsada, por lo que muchos se vieron obligados a aparcar sus vehículos bastante lejos. Pero no importaba nada, ni el calor ni ninguna otra cosa, porque Manuel Moreno Junquera era una persona tan querida y admirada dentro y fuera de la ciudad que todos quisieron estar allí, despidiéndolo como el gran artista y la gran persona que era.
Tras la misa oficiada en el tanatorio, el féretro de 'Moraíto', cubierto con una bandera blanca con la cruz de Santiago, salió del recinto entre los aplausos espontáneos de los allí presentes, la mayoría con lágrimas en los ojos.
Partieron del tanatorio tres coches fúnebres totalmente cubiertos de coronas de familiares y amigos, entre los que se encontraba una cruz roja de claveles enviada por el cantante Alejandro Sanz.
Justo a la entrada del cementerio, donde se encontraban esperando ya a la comitiva numerosas personas, se rezó un responso por el eterno descanso del artista.
Allí pudieron verse de nuevo caras conocidas como la del periodista Jesús Quintero. El entierro finalizó a la una de la tarde, pero ni todo el tiempo del mundo logrará borrar la memoria de un artista inolvidable. Su inseparable compañero de los últimos años sobre el escenario, José Mercé, estaba tan afectado que ni siquiera tuvo fuerzas para hacer declaraciones, pero de forma más íntima, mientras veía salir al féretro hacia el cementerio, musitó: "Adiós Morao, adiós hijo".
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