"Jerez es donde menos se respeta al flamenco"

Ante la celebración de la Fiesta de la Bulería el próximo día 17, el artista jerezano no duda en pedir más consideración con los artistas

Joaquín Grilo se toma un respiro en la alameda del Banco unos días antes de su actuación en la Fiesta de la Bulería.
Joaquín Grilo se toma un respiro en la alameda del Banco unos días antes de su actuación en la Fiesta de la Bulería.
Pilar Nieto / Jerez

11 de septiembre 2011 - 05:00

-¿Por que ha querido Joaquín Grilo estar en esta Fiesta de la Bulería?

-En primer lugar porque han contado conmigo. El Ayuntamiento le preguntó a sus técnicos, a la Federación de Peñas y a Artesherry, la empresa que se ha encargado de contratar y en las tres listas que se hicieron estaba yo. Los artistas que más se repetían han sido los contratados. Ese es el motivo principal, pero por supuesto que me encanta volver a Jerez y a su Fiesta de la Bulería. He actuado en cuatro o cinco ocasiones y la última vez fue hace cinco o seis años, en Chapín. Volver a la plaza de toros, que es el sitio idóneo para la Bulería, es un placer. Además, los artistas hemos hecho un gran esfuerzo económico por estar, pero la Fiesta de la Bulería no se debe perder, porque es algo muy del pueblo.

-También se ha dicho que van "por amor a Moraíto", a quien se dedica este año la fiesta. ¿Cómo era su relación con él?

-Últimamente lo visitaba en su casa y estaba muy contento porque parecía que esto estaba resuelto después de la quimio y la radioterapia, pero desgraciadamente se complicaron las cosas al final. Profesionalmente lo último que hicimos juntos fue el año pasado un espectáculo que él montó para la Bienal de Sevilla en el Lope de Vega, 'El cante y la uva'. Hice una bulería de él magistral y además tenía muchas ganas de hacerla. Surgió cuando estábamos colaborando para el espectáculo de Miguel Poveda, 'Sin Fronteras', que luego estuvimos tomando una copa celebrándolo. Yo le dije que quería hacer su bulería y me dijo "cuando tu quieras". Un día, al cabo de los meses, me llamó y me dijo "Joaquín, ahora va a ser, quiero que me la hagas para la Bienal de Sevilla". Así lo hicimos. Si como artista era genial, como persona se superaba. Lo daba todo, le encantaba cocinar para los amigos y siempre estaba dispuesto para hacer un favor.

-¿Se siente más responsabilidad al actuar en Jerez?

-Lógicamente, cuando actúas en tu tierra uno siente ese pellizco. Uno siempre tiene esa responsabilidad, porque soy un artista que pone toda la carne en el asador cuando bailo en cualquier teatro, pero venir a Jerez, a su Fiesta de la Bulería, para mí es algo muy particular. Una de las primeras veces que bailé en mi vida como espontáneo fue en la Fiesta de la Bulería, a Fernando Terremoto padre. Tendría yo 9 ó 10 años. Mi padre me subió al escenario y luego para mí siempre ha sido un honor estar en esta fiesta. Con el tiempo te vas dando cuenta también de la importancia que tiene tu pueblo dentro de lo que es el flamenco. De Jerez ha salido una gente genial y tenemos una forma de vivir y sentir el flamenco muy personal y diferente. No digo ni mejor ni peor, pero sí diferente sobre todo en lo que se refiere a la parte rítmica: la bulería, la soleá por bulerías, la siguiriya... Somos algo muy especial y venir a tu pueblo sabiendo lo que se cuece te duele más.

-Cuando está sobre el escenario, ¿nota la diferencia entre los distintos tipos de público o el público siempre es el mismo?

-Se nota totalmente. Hay un público más frío, otro con más energía, con menos... Por ejemplo en Japón son gente muy respetuosa. Para aplaudir tienen que ver claramente que has terminado para no entorpecer tu espectáculo y uno está acostumbrado en el flamenco al sentir el 'ole', que es lo que te da oxígeno.

-En la presentación de la Fiesta de la Bulería usted pidió precisamente respeto para los artistas. ¿Por qué?

-Porque últimamente se ha desorbitado un poco y hay un momento que en la plaza de toros no se respeta al artista que está saliendo, sino que todo el mundo va a pasar un rato y a pasar una juerga. Sobre todo en la parte de las gradas la gente se pone a bailar y a tocar las palmas. Tú te puedes llevar una botella de vino o un bocadillo porque son tres o cuatro horas. Hasta ahí lo entiendo, pero hay que respetar al artista. En Chapín recuerdo que hubo un momento en que me tuve que parar para que la gente se parara y escuchara. Todo el mundo se cree un artista y se pone a hacer una fiesta en cada rincón hasta que aquello es un caos. Tú puedes jalear y decir 'ole', pero no hacer una fiesta particular tuya.

-¿Qué cree que ha pasado con la Fiesta de la Bulería para que ahora digan que tiene que volver a ser el referente que antes era?

-Creo que ha habido de todo un poco: a la hora de hacer los carteles, de ver qué artistas atraen a cierto público y cómo no, el público tiene también que aprender. Tenemos que educarlo aunque sea una Fiesta de la Bulería al aire libre, porque yo recuerdo que antes había un respeto cuando salía el artista. La gente iba a ver a los artistas. No iba a pasar el rato de picnic. Tenemos que poner todos un poco de nuestra parte: los organizadores, los artistas y el público. Si todos ponemos nuestro granito de arena, esto volverá a ser poco a poco lo que era. Habría que hacer unos carteles que atraiga a un público aficionado de verdad, que venga a ver a los artistas y no a pasar el rato. Aquí es donde menos se respeta el flamenco porque todo el mundo nos creemos que sabemos

-¿Qué tiene pensado ofrecer en la Fiesta de la Bulería?

-Voy a hacer temas de mi último espectáculo, 'Leyenda personal', que fue Premio de la Crítica en el Festival de Jerez y estoy preparando una soleá apolá, enlazado luego con una bulería. Saldré con Miguel 'Lavi' y Carmen Grilo al cante, Juan Requena a la guitarra, Paquito González a la percusión y con 'El Londro' también al cante.

-¿Qué proyectos tiene ahora?

-Con mi compañía estamos ahora en el proceso de levantar un espectáculo que quiero estrenar en el próximo Festival de Jerez. También vamos a ir a París, al Festival de Ankara, en Turquía y estamos haciendo un espectáculo con un músico búlgaro, Theodosii Spasov, que es muy conocido en su país. Vamos a ser seis artistas en el escenario: el trío de mi espectáculo y un trío suyo, que vamos a hacer una combinación -que no fusión- entre la cultura de ellos y la nuestra. Luego, el 25 de noviembre nos vamos a Holanda, donde haremos una gira.

-Ha dicho antes combinación, que no fusión. ¿No le gusta esta última palabra?

-Me gusta la fusión, pero no la confusión. Para fusionar tienes que conocer las dos cosas que vas a fusionar y la mayoría sólo tiene conocimiento de lo moderno, no de la tradición.

-Personalmente, ¿le gusta el cartel que se ha hecho para esta Fiesta de la Bulería?

-A mí me parece un buen método el que han utilizado este año: pedir opinión en tres sitios: las peñas, que tienen un criterio bastante bueno de los que es el flamenco, los técnicos municipales, que valoran también lo económico y Artesherry, que ha puesto su conocimiento del medio. Yo seguramente habría traído a otra gente como artista o como empresa, pero las circunstancias son las circunstancias y lo que hay es gente de primer nivel, aparte de niños jóvenes a los que hay que darle paso. Yo incorporaría a la Fiesta de la Bulería cosas que se han perdido pero que me lo guardo para mí porque quiero plantearlo en un futuro.

-El año pasado también tuvo el Premio del Público por su obra 'Reencuentro', en la que apareció con el que fue su maestro, Fernando Belmonte. ¿Qué tiene de él y de Cristóbal 'El Jerezano', que también fue su profesor?

-De ellos he cogido la iniciativa de empezar a muy corta edad. Con nueve o diez años mi padre me llevó a Cristóbal, donde empiezo a aprender y a tomar contacto con la parte técnica del flamenco, porque la otra parte la vivimos a diario, ya que mi padre era muy aficionado, mi madre ha cantado un poco, mi hermana Carmen canta, mi hermano Carlos que toca la guitarra y las palmas, un tío de mi madre, Antoñirri, bailaba en una venta, otro tío que cantaba muy bien malagueñas y granaínas... Tengo antecedentes, aunque profesionalmente soy el primero. Con Cristóbal , que montó el grupito 'Los niños de Jerez', donde estaba también Loli Carpio, me llevé dos o tres años, pero un día en el Villamarta me vieron Fernando Belmonte y Paco del Río, que montaron un estudio en la calle Bizcocheros. Entonces le dijeron a mi padre que me llevara allí, que tenía muchas posibilidades y al otro día estaba yo en lo de Fernando Belmonte con unas mallas puestas por primera vez. Allí retomo la parte técnica de la danza que me ha facilitado ser quien soy. Cuando con 14 ó 15 años termino con Fernando Belmonte, me voy a Barcelona y Madrid y estoy con Lola Flores, La Tati, Joaquín Cortés, Lola Greco, Merche Esmeralda... Luego empiezo a colaborar con músicos como Vicente Amigo y Paco de Lucía, lo que va llenando mi mochila y hace lo que soy ahora, algo original sin salir de lo que es el flamenco. Pero además, hay que tener una disciplina. Yo tengo que ir todos los días al estudio, crear mis propias coreografías y hacerme cómplice de músicos a los que les gusta lo que hago. También te digo que a veces prefiero menos técnica y más expresión, porque ahí es donde está la dificultad. La técnica se puede adquirir, mejor o peor, pero además hay que traer algo interior y eso también hay que trabajarlo. Para mí lo primero es la intuición pero la base es la tradición. Puedes perder otras cosas, pero eso tiene que estar. Me emociona el nivel técnico que puede tener hoy cualquier niño, pero hay una cosa muy importante que es la expresión, la transmisión y eso se está perdiendo. Es todo demasiado frío, demasiado calculado, demasiado igual todo y el flamenco tiene que seguir vivo.

-A largo plazo, ¿se ve mucho tiempo sobre el escenario?

-Sobre el escenario me pueden quedar unos diez años más, pero a mí lo que me gustaría realmente es, todo lo que yo tenga, todo lo que yo sé, no guardarlo, sino dárselo a alguna gente nueva, que tenga ganas, con iniciativa y hacer una compañía estable en Jerez.

-Pero usted tiene ya su propia compañía...

-Yo tengo una compañía privada pero me gustaría que fuera algo permanente establecido por el Ayuntamiento , que sea una compañía de Jerez Ciudad del Flamenco, ¿Por qué no? La Ciudad del Flamenco no es sólo tener un recinto. Primero hay que tener muchas cosas más, como una compañía de ese tipo, una compañía que hiciera actuaciones los fines de semana en Jerez para que la gente tuviera movimiento, invitando a gente que diera cursos, flamencólogos... como una escuela. Tenemos que aprovechar más nuestra industria.

-Pero en tiempos de crisis...

-Ahí es donde más habría que aprovechar, porque no tiene por qué haber gastos. Eso se paga solo. Hay sitios para actuar como el Villamarta, el Alcázar, el Recreo de las Cadenas... Claro que funciona. Si el turismo lo que quiere es eso, porque aquí viene gente a Jerez y me llaman a casa porque no saben aquí donde se puede ver flamenco, pero no lo hay, como no sea lo de Parrilla... y allí no vas a vivir realmente lo que es. Eso falta en Jerez y la pena es que vayan a venir de fuera y lo hagan, que van a venir, porque somos incapaces de levantar esta industria, ofrecer paquetes...Gente hay de sobra para cantar, bailar y tocar. Eso es la ciudad del flamenco, no un montón de hormigón. ¿Cuantos edificios hay que se pueden aprovechar ya la Ciudad del Flamenco? ¡Si esas actuaciones para los turistas ya las hacíamos nosotros con Fernando Belmonte en la bodega Williams!

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