"En Argentina pasamos tantas crisis que estamos hechos a la incertidumbre"
El popular conjunto argentino presenta 'Los Premios Mastropiero', una parodia sobre el universo de los tópicos de las galas, los artistas y los discursos de agradecimiento · Visitan Sevilla del 18 al 22 de este mes

Sus seguidores son legión y llenan teatros para disfrutar de eso que unos llaman humor inteligente y otros, simplemente, humor con buen gusto. Exquisitas maneras vestidas de esmoquin, ingeniosos instrumentos caseros y la agudeza en la mirada para analizar, a golpe de verso armónico, la vidaque no es tan diferente en la otra orilla del mundo. Son Les Luthiers, cinco amigos que cruzaron sus caminos en la rica vida universitaria argentina y que hoy, 40 años después, mantienen intactas las ganas de encontrarse con el público.
Esta vez visitan España con el espectáculo Los Premios Mastropiero, una suerte de parodia sobre este tipo de galas en la que presentarán un nuevo instrumento: el alambique encantador. En Sevilla, el Palacio de Congresos acogerá las funciones del 18 al 22 próximos. Aún es posible hacerse con algunas de las pocas entradas que quedan sin vender.
-Están a punto de recoger el Grammy Latino a la Excelencia Musical por su trayectoria y se les ha postulado al Premio Príncipe de Asturias de las Artes. ¿Qué lugar ocupan los galardones en un grupo con una vida tan longeva?
-Nos llenan de satisfacción. Haber sido postulados para el Príncipe de Asturias nos resultó un grandísimo honor, y el Grammy Latino fue una sorpresa ya que nuestro medio no es el discográfico sino el teatral.
-En Los Premios Mastropiero, dicen que se han inspirado en los tópicos que se suceden en este tipo de galas. ¿Cuáles son los más irritantes?, ¿es fruto de la mente en blanco o es que el ser humano en esos momentos no da para más?
-La que a menudo "no da para más" suele ser la paciencia del espectador, porque gran parte de los premiados empieza su discurso con interjecciones ("¡Uh!, ¡wow!, ¡caramba!, ¡recórcholis"...) y continúa mencionando a cada uno de sus compañeros, familiares, parientes políticos y mascotas...
-En la última ceremonia de los Globos de Oro el actor Ricky Gervais se mofó de algunos de los popes de la industria de Hollywood. Y no sentó nada bien. ¿Les pareció una genialidad o una falta de respeto?
-Sospecho que esa burla no se trató de un acto espontáneo: los guiones de los presentadores están escritos con cuidado, y a menudo se persigue aumentar la audiencia aunque sea a través del escándalo.
-Confiesan que nunca pensaron llegar a tanta gente durante tantos años. ¿Con qué intenciones nació Les Luthiers?, ¿cuál era el contexto, la Argentina de la época?
-Il Musicisti, como se llamó nuestro grupo original, nació como un juego dentro del rico movimiento coral universitario de aquella Argentina democrática. Fue una época de grandes creadores de humor, entre ellos Quino, que ya publicaba su Mafalda. En 1966 la dictadura de Onganía interrumpió la democracia, y la mayoría de los coros desapareció a causa de la intervención de las universidades.
-En una sociedad, en general cada vez más zafia, sorprende que continúen en lo más alto con un humor alejado de todo eso. ¿Cómo han conseguido mantener su sello?
-Nuestro estilo fue refinado desde los primeros momentos. Hacer espectáculos de humor elaborado no es tarea fácil pero hay un público que lo agradece, y más aún en comparación con lo zafio y lo barato.
-Nunca han renunciado al humorismo político. ¿Es más fácil reflexionar desde el humor sobre las lacras sociales?
-La risa alivia y contribuye a hacer más soportables las cosas feas de la vida, entre ellas los vicios de los políticos. Estos vicios parecen un mal universal: una de nuestras piezas, La Comisión, que trata de dos políticos corruptos que cambian el himno nacional de su país con fines proselitistas, fue muy festejada tanto en Argentina como en los países donde la representamos.
-Otra de sus señas de identidad es el amor por el idioma, los juegos de palabras, el sentido preciso. ¿Cómo se producen los guiones?
-Por lo general, los textos de nuestras piezas son creaciones individuales; más tarde, cuando las ensayamos y probamos en público, los demás Luthiers van incorporando sus aportes.
-A sus edades, muchos ya andan jubilados o prejubilados, ¿qué les anima a seguir?
-Este trabajo nos da felicidad; cantamos, actuamos, jugamos y, como eso fuera poco, el público nos paga y agradece. ¿Para qué querríamos convertirnos en payasos jubilados?
-De todos los instrumentos que han creado en su carrera, ¿cuál es el más fascinante?
-Uno de los más espectaculares fue la ferrocalíope, una enorme caldera con teclado de órgano, cuyo vapor accionaba silbatos de locomotora y subía en columnas iluminadas con colores. Sonaba tan intensamente que ni en los teatros más grandes era necesario amplificarla.
-España está sufriendo uno de las peores crisis económicas de su historia. ¿Cómo se ve desde su país?
-Desde 1974, año en que vinimos por primera vez, observamos con admiración y envidia cómo crecía España mientras Argentina se iba deteriorando paulatinamente. Nosotros pasamos por tantas crisis que ya estamos curtidos, acostumbrados a la incertidumbre, la zozobra y el sobresalto.
-A mes y medio de las elecciones generales en España, ¿qué premio le darían a Zapatero?, ¿y a Rajoy?,
-No conocemos lo suficiente a los políticos españoles, pero tengo la impresión de que merecerían más premios que la mayoría de sus insufribles colegas argentinos.
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