Legado y verdad de Morente

El Festival de Cine de Málaga presenta hoy la película en la que estaba volcado el cantaor cuando le sorprendió la muerte · Ruiz Barrachina dirige este trabajo que se estrena comercialmente el 8 de abril

Morente captado por la cámara en el Reina Sofía y ante el cuadro de Picasso dos días antes de su ingreso hospitalario.
Morente captado por la cámara en el Reina Sofía y ante el cuadro de Picasso dos días antes de su ingreso hospitalario.
Jesús Arias / Granada

31 de marzo 2011 - 05:00

Enrique Morente sigue vivo pese a su muerte imprevista y obscena. Y sigue dando clases magistrales de cante jondo, de brillantez artística, de una inquietud definitiva. Eso es lo que refleja ante todo la película El barbero de Picasso, de Emilio Ruiz Barrachina, en la que el cantaor granadino estuvo trabajando hasta la tarde antes de su ingreso en una clínica que le llevaría a la muerte, el 13 de diciembre pasado, por una complicación médica tras una operación rutinaria que le mantuvo diez días en coma. La película, que esta noche se estrena en el Festival de Cine Español de Málaga, retrata al Morente más vivo. Si Picasso, su pintor favorito, hizo una tira de dibujos llamada Sueño y mentira de Franco, lo que el musical de Ruiz Barrachina revela es el legado y la verdad, profunda, de Morente.

"La idea de la película surgió tras varios contactos con Morente", recuerda ahora el director. "Nos conocíamos desde que hice el documental sobre Federico García Lorca [Y el mar no deja de moverse]. Yo entonces me enteré de que él estaba preparando un proyecto para cantar textos de Picasso. Me fascinó la idea y le propuse rodar el proceso. Hablamos con la compañía Universal y nos dieron luz verde. Él quería centrarse en la amistad que tenía Picasso con su barbero, Eugenio Arias. Rodamos un primer concierto en Buitrago de Lozoya, en Madrid, de donde era natural Arias, y a partir de aquel momento estuvimos un año trabajando con Morente en esta película, de la que hay más de 30 horas de grabación".

La cinta estaba prácticamente terminada cuando Morente murió. "De hecho, él nos propuso dos cosas de última hora: cantar delante del Guernica y grabar la canción El ángel caído, de Antonio Vega. Ingresó para operarse un viernes. El miércoles anterior, el Museo Reina Sofía nos dio permiso para grabar toda la noche ante el cuadro de Picasso. Allí cantó, improvisó", recuerda Ruiz Barrachina. "Al día siguiente, jueves por la tarde, grabó en la sede de la SGAE la canción de Antonio Vega. Y lo hizo allí porque el pianista de jazz que lo acompañaba, Federico Lechner, quería el piano que había allí. Eso fue lo último que él cantó. El mismo viernes en que se iba a operar estuvimos hablando de ideas para el montaje final. Quería llevarse cosas a la clínica para seguir trabajando. De hecho, ya teníamos reservado el estudio de montaje para el 13 de diciembre. Precisamente el día en que murió".

Eso demuestra que el cantaor no sospechaba en absoluto cuál sería su final. "Tenía la preocupación lógica de quien va a someterse a una intervención quirúrgica", explica Ruiz Barrachina, "pero en absoluto temía por su vida ni pensaba que se iba a operar a vida o muerte. De hecho, tras la operación estuvo bromeando con su mujer. Tenía previsto ofrecer una gira por el País Vasco un par de semanas después. Nadie se imaginaba que pudiera suceder lo que sucedió".

Tras su estreno hoy a las 21:30 en el Teatro Cervantes de Málaga, Morente. El barbero de Picasso será disfrutada en primicia en Granada, en el Parque de las Ciencias, el próximo 4 de abril, y en el Museo Reina Sofía de Madrid tres días después. El viernes 8 de abril pasará a las pantallas comerciales. Para Ruiz Barrachina, la película ofrece muchas cosas interesantes "tanto en lo formal como en el contenido". "Ahora pasa a convertirse en un legado póstumo", dice el director, "pero en absoluto lo es. Durante un año filmamos su filosofía de vida, su relación con su familia, con sus vecinos. La película no es un documental porque todo lo que se ve ahí es algo vivo, cosas que le sucedían a Morente. En la cinta vemos cómo ese el día a día del cantaor, los ensayos, el proceso creativo que muestra que Morente era muy perfeccionista".

La película está dividida en cuatro apartados relacionados con los cuatro elementos de la naturaleza. El primero sería el de Tierra, al que Morente denominaba barro y que está relacionado con el proceso de la creación. El segundo apartado, Aire, se refiere a Granada. "Morente decía que no podía estar sin respirar el aire de Granada. Él necesitaba a su familia, a sus vecinos, a sus amigos, el Albaicín. En la película vemos, por primera y última vez, cantando con toda su familia al completo en un baño árabe".

La tercera parte, Agua, está relacionada con el origen de las cosas. Ahí aparece el concierto que ofreció en Buitrago de Lozoya. Y la última parte, Fuego, "es el genio en acción, las fusiones que realizaba, el concierto que ofreció en el Liceo de Barcelona. Todo, además, va hilado por la historia de Picasso y su barbero", dice el director.

Ruiz Barrachina insiste en que toda la película está hecha de acuerdo con las directrices acordadas con Morente. "No hay ni un solo plano posterior a su muerte. La cinta no tiene nada que no se hubiera hecho sin contar con él". "Además, es muy fresca, muy ágil. Teníamos siete cámaras grabando al mismo tiempo y más de 60 pistas de sonido. Son 92 minutos de ritmo, con una técnica muy fresca de rodaje. Morente era muy rompedor y nosotros nos limitamos a seguirlo, lo cual resultó muy fácil".

Los amigos del cantaor que la han visto ya en pases privados se han sentido emocionados. "Juan Verdú [antiguo representante de Morente] me dijo que era la primera película de flamenco de verdad, y eso me halagó mucho", dice Ruiz Barrachina. "Pero, en realidad, el mérito es de Enrique Morente. El mayor acierto fue dejar que Morente fuese Morente. Nosotros nos limitamos a seguirlo y dejarlo trabajar a su aire. Creo que es esa libertad que él tuvo es donde radica el éxito de la cinta". Una cinta que ya quedará como legado para los cantaores del futuro, que tendrán que aprender que los genios tienen su sueño y su verdad. Como Morente.

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