La Rayuela
Lola Quero
Nadal ya no es de este tiempo
tribuna libre
EN 1.926 el arquitecto Teodoro de Anasagasti formalizó los planos de nuestro Teatro Villamarta y en enero de 1.927 se pone la primera piedra. Al acto asisten el marqués de Estella y el presidente del Consejo de Ministros, el conde de Guadalhorce y ministro de Fomento y el alcalde interino de Jerez, José Luis Picardo Celis, además del marqués de Villamarta. Un año después, en febrero de 1928, en presencia del general Primo de Rivera, se inaugura oficialmente el Teatro Villamarta. El aforo fue de 1.938 localidades y el precio oscilaba entre 30 céntimos de las filas 11 a la 23 y 15,55 pesetas en plateas.
En mayo de 1986 la sociedad 'Andalfisa' empieza a no pagar los salarios de los once trabajadores que formaban la plantilla y el colectivo para cobrar decide no convocar huelga y mantener el Teatro abierto con una película que estuvo en pantalla más de tres meses, cuyo título fue 'Patricia Erótica'. La recaudación fue repartida entre la plantilla.
El día 1 de agosto del mismo año Gabriel Puerto Peralta, gerente de la sociedad, decide el cierre del Teatro, después de un largo período de movilizaciones de los once trabajadores y en septiembre de 1987 se constituye lo que se dio en llamar Coordinadora Pro-Apertura del Teatro Villamarta. En octubre del mismo año el Teatro pasa a propiedad municipal. El Ayuntamiento pagó a los propietarios, la familia Rivas, 130 millones de pesetas. En noviembre de 1996, diez años después y de infinidades de movilizaciones se reabre dicho Teatro. Ese día los arquitectos encargados de la rehabilitación, los jerezanos José Daroca y José Antonio Carbajal, entre otras cuestiones, informan que habían respetado la estructura primitiva pero que habían sido eliminadas 738 localidades, quedando en 1.200 butacas.
Quince años después el recorte de las subvenciones en más de un 50% por parte de la Junta de Andalucía y el Gobierno central sitúa a este nuestro Teatro al borde de la quiebra técnica. Hoy el déficit es dos veces superior a lo que pagó el Ayuntamiento a los propietarios, dos millones de euros.
De no remediarse esta situación pronto veremos como al final nos plantearán que la única solución es cerrar el Teatro.
Si esto ocurriera no deberíamos permitirlo, diez años de lucha de todo un pueblo no se puede tirar por la borda. Como portavoz que fui de la primera coordinadora invitaría a todas las organizaciones y colectivos que la formaron para reorganizar una nueva coordinadora, que se encargaría de promover movilizaciones no sólo para que no se cierre sino también para que el Teatro vuelva a tener la dotación presupuestaria que tenía.
Estaremos atentos a lo que decidan.
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