Envío
Rafael Sánchez Saus
¿Réquiem por Muface?
Corría el año 1981, cuando un rayo quiso hacerse presente en el caso histórico de Jerez y eligió la antigua parroquia castrense de San Juan de los Caballeros, para hacerse notar y, de qué forma… Sin lugar a dudas la Hermandad del Cristo del Amor vio seriamente dañado su patrimonio, pero las tres cofradías con sede en la misma, además del Amor, la Veracruz y la de la patrona de Capataces y Costaleros, se vieron afectadas al quedar sin sede y buscando cobijo desesperadamente.
Algo parecido, sin duda por otras causas, es lo ocurrido con la parroquia de Santiago, clausurada desde hace años y con sus Hermandades asiladas por otros templos de la ciudad. San Juan de los Caballeros tras el rayo fue abandonada y convertida en chutadero de junkies. Sin vigilancia y con las puertas de par en par, fue pasto del saqueo y el sacrilegio.
Muchos colectivos, asociaciones y Hermandades pasaron en aquel tiempo con intención de pedirla como sede, sin embargo, todas corrieron despavoridas ante la envergadura de la restauración necesaria. Algo parecido a lo de Santiago. Sin embargo, una modesta Hermandad como es la de la Veracruz, de un modo discreto y callado devolvió a la ciudad y al culto uno de los cuatro templos históricos alfonsinos. Sin duda, uno de los acontecimientos culturales más relevantes protagonizados por una Cofradía en la historia moderna de Jerez de la Frontera.
Cuando otros templos, sin ir más lejos, Santiago lleva años debatiéndose entre la vida y la muerte, ante las apatía generalizada de propios y extraños. Parece que ahora se han reiniciado las obras y de ello hay que alegrarse. Y, sin duda, quienes salven a Santiago de la ruina y el abandono, serán protagonistas del futuro de este templo. Pasivos testigos mudos del abandono de este templo no podrán reivindicar preeminencias ni privilegios y, menos aún, aprovecharse del trabajo del trabajo de otros. Todo lo más quedarán relegados a la misericordia y conmiseración de los nuevos agentes, porque cuando tuvieron que ser activos y diligentes, miraron para otro lado. Gracias a la Hermandad de la Veracruz, por mantener vivo este bello templo.
También te puede interesar
Envío
Rafael Sánchez Saus
¿Réquiem por Muface?
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
La máquina de poder
La Rayuela
Lola Quero
Tierra de espías
Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Las lentejas de ETA, las lentejas
Lo último