Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
TRIBUNA LIBRE
Suelen concluir los congresos y asambleas con una foto final en la que aparecen los contendientes, uno de ancha sonrisa y otro con las tripas en la mano, saludándose, con la corrección y las buenas formas del apretón de manos, o a abrazo partido y, en según qué casos, hasta elevando el brazo del vencedor, como si del colofón de una competición deportiva se tratara o de la conclusión de un combate de boxeo donde reinó el 'fair play'. No ocurrió así al término de la Asamblea del PSOE y, mucho lo siento. Pero no hubo porqué.
Y no lo hubo porque se dispuso la confrontación para que no hubiera disputa y, así, desde la mesa donde se sientan los árbitros de la "pelea", se aplicó por una vez el Estatuto, y la que se anunciaba como "extraordinaria disputa entre la secretaria general y vigente campeona Pilar Sánchez, y el retador y desconocido prospecto, Francisco Aguilar" no llegó a conocer, ni tan siquiera el gong de inicio del primer round.
Sí, y esto pese a que a su final, y con la ganadora ya uncida en su renovado fajín, ésta no tuviera engorro en proclamar la "grandeza" del PSOE, un partido "en el que hay listas alternativas y todos hablan porque sabemos hacer nuestros procesos democráticos".
Así, y si tomamos con literalidad las palabras de la ganadora, la asamblea del PSOE mermó la bien ganada "grandeza" del partido y fue cualquier cosa, menos democrática, porque la lista alternativa no pudo ni tan siquiera subir al estrado para leer su propuesta. Se votó así, sin saber qué pretendía hacer con el partido y el futuro del partido la candidatura retante y, ni tan siquiera, qué pretende hacer del futuro de ese partido la ganadora que, tal vez sin proyecto, ganó por la fuerza más que relativa que le otorga un 31 % de la militancia de su partido, esto es, 312 votos de un censo de 980 militantes.
Esto, aún contando con 67 votos -que no son pocos, el 21 % del total de los recavados- incorporados a su candidatura, y de los cuales muchos comparten con Pilar despacho en el Ayuntamiento y de ella dependen sus sueldos.
En el subidón de la victoria, se anotó Pilar los votos emitidos en blanco y aún los nulos, que si se restan, por no herir el alto concepto que tengo de la matemática, dejan su victoria en un aplastante apoyo del 24,5 % de la militancia de su partido en Jerez. Victoria por la que la felicitamos, pero victoria pírrica.
No hubo foto, no la pudo haber. No conozco a nadie, ni aún santón tibetano, que sea capaz de felicitar a quien le roba la cartera, aunque esa cartera la lleve vacía o, apenas con el cambio.
Porque una semana dedicado a la política, quieras que no, deja huella, también diré que la candidatura que comandé, la radicalmente perdedora y que no obstante fue capaz de recabar un 13 % de los votos, también ganó, y que a la nueva Ejecutiva se suman votos de Blanca, de Fernández y de Mámen, esto es, de Cabañas, de Chaves y de Zapatero y que, quién sabe si por ello, Jerez aparece en los Presupuestos Generales del Estado de 2010.
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