Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
La esquina
EL PSOE está haciendo, en general, lo posible y lo imposible por ganar las elecciones municipales en mayo. Digo en general porque hay sitios donde parece que está haciendo todo lo posible, y lo imposible, por perderlas. Por ejemplo, en Jerez, donde la candidata del PP, María José García Pelayo, no necesita una campaña electoral propia. Su mejor campaña es la de los socialistas.
El viejo pulso que mantiene la alcaldesa Pilar Sánchez con la dirección provincial del PSOE (González Cabañas) ha adquirido temperatura de fisión nuclear con motivo de la conformación de la lista. La primera quiere una candidatura sin los concejales críticos que le han amargado su mandato, y el segundo no acepta una lista de leales a Sánchez y que ningunea a medio partido.
Hasta ahí, normal. Lo anormal es que la enemistad entre la alcaldesa y el secretario provincial esté ya planteada en términos tan viscerales y maniqueos que haya hecho imposible un pacto con concesiones por ambas partes. Hasta el punto de que el comité federal no pudo dar su visto bueno a la candidatura socialista de Jerez, como sí hizo con el resto de las ciudades de España. Y lo anormalísimo es lo que informaba ayer este periódico: Cabañas ha ofrecido ser candidato a alcalde al prestigioso arquitecto jerezano Manuel González Fustegueras, independiente y antiguo concejal de Urbanismo con el andalucista Pedro Pacheco (otro gran enemigo de Pilar Sánchez), que se ha dejado querer tras obtener pruebas de que la cosa va en serio.
Podemos barajar dos hipótesis al respecto. Una, que la propuesta de Fustegueras sea una maniobra no rupturista de Cabañas, una medida de presión más, destinada a ablandar a la alcaldesa para que acepte una lista consensuada. Dos, que Cabañas haya roto todos los puentes y haya buscado la complicidad de la Ejecutiva federal -sin pasar por la andaluza y encuestas en mano- para defenestrar definitivamente a la alcaldesa y apearla como candidata a la reelección. Mis amigos jerezanos, agudos observadores y con datos sobre el terreno, se decantan por esta opción.
Todo lo cual, opino yo, es una locura. El tiempo pasa, falta mes y medio para que comience la campaña electoral y sólo a los muy suicidas se les ocurre cambiar de caballo a mitad de la carrera por la Alcaldía. ¿Quién se atreve a quitarse de enmedio a una alcaldesa del propio partido, con mayoría absoluta, a estas alturas de precampaña? ¿Cómo justifican los socialistas que todo lo que han hecho mal ha sido por culpa de Pilar Sánchez, pero que hay un mirlo blanco llamado Fustegueras, que lo arreglará por ensalmo?
Ya digo, en la sede del PP no hubieran ideado una estrategia mejor.
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