Un Pacto fruto del azar
Nacieron por casualidad. Su nombre se eligió justo un minuto antes de subir al escenario para su primera actuación y la fama les ha llegado porque a Anabel García, la voz y el alma de esta formación, un buen día se le ocurrió mandar una maqueta a las dos direcciones que con el nombre de Buenafuente que aparecían en internet. Desde entonces, su vida ha cambiado a pesar de que, en la zona de Alicante a la que pertenecen, ya eran antes bastante populares. "No nos preocupábamos de salir de allí", explica el batería, Carlos Gómez. "Hacíamos 10 ó 12 maquetas por temporada y seguíamos dando conciertos hasta que, en la quinta, nos preguntamos: "¿Esto no tiene fin?". Pensábamos que lo de sacar un disco era demasiado difícil y por eso nos dedicábamos más al directo".
Roberto Martínez, el bajo, y Rubén Navarro, guitarra y coros, complementan este cuarteto que, respecto a otras formaciones similares que existen en el actual panorama musical español, nacen con una marcada personalidad propia.
"Damos nuestros mensajes desde la sencillez y sin hablar explícitamente de amor. Ésta es una cuestión que está ahí, latente, pero que no constituye el "leit motiv" general", afirma de nuevo una solista con una voz bastante diferente a la de otras intérpretes femeninas y, sobre todo, dotada con un marcado espíritu optimista capaz de superar cualquier dificultad que se presente en el camino. "Preferimos pensar en positivo puesto que, sólo así, se recogen cosas buenas", puntualiza nuestra chica para continuar enseguida. "Nos consideramos personas alegres y nos apetecía ofrecer canciones que aportasen un poquito de felicidad".
Mientras, el resto de los miembros de El Pacto escuchan con atención a su "líder" -cargo que ella niega-, desvelando la relación que a todos les une. "Antes éramos conocidos", toma la palabra Carlos. "Anabel y yo, por ejemplo, coincidimos la carrera. Nos queremos y nos cuidamos mucho y, aunque no seamos de salir juntos -ni separados, porque no tenemos tiempo-, nos juntamos para tocar. Ése, y cuando después de una gala recogemos y hablamos sobre cómo ha ido todo, son nuestros instantes de ocio". Dedicados hasta ahora a diferentes profesiones alejadas del mundo del espectáculo -como la docencia-, estos jóvenes, con una media de edad de 27 años, han decidido dejar aparcados esas ocupaciones para aprovechar de subirse a un tren que no siempre pasa dos veces.
La reina de los mares, Hoy es un buen día, Volver a empezar son algunos de los títulos con los que los miembros de El Pacto llegan dispuestos a convencer a un público que, al menos en esta primera toma de contacto, está acogiéndoles con tan buenas vibraciones como ellos transmiten. Ésa es la motivación que les impulsa a continuar cada vez con más fuerza y más ganas. "No nos hacemos a la idea de ser famosos. Suponemos que será un efecto secundario que iremos asumiendo conforme se produzca", aceptan Roberto y Rubén. "Por lo pronto, cualquier muestra de cariño nos hace muchísima ilusión.
Es el feed-back necesario para saber que esto funciona y que se acepta el resultado de tu esfuerzo". Una buena filosofía que, de seguir así, promete, a los participantes de este "pacto", un futuro muy alentador.
También te puede interesar
Lo último