La riada de las devociones
Los Dolores
Las Tres Caídas realiza su estación de penitencia con Francisco Bazán en el recuerdo
LA Plaza de San Lucas, castizo enclave de ese Jerez medieval tan deteriorado y olvidado de nuestros políticos, volvió a convertirse de nuevo, un Miércoles Santo más, en un ferviente y caudaloso río de penitencia. Atrás quedaron las miradas al cielo y a los partes meteorológicos de la pasada Semana Santa de 2013. Miles de personas fueron tras el paso del Señor de las Tres Caídas: en sus rostros se leía la fe sencilla del pueblo, la esperanza silenciosa, el dolor tantas veces contenido y la petición callada de tantos y tantos lunes en presencia del Cristo caído bajo el peso de la Cruz volvía a encender pasiones. No se equivocaban los miembros de la Junta de gobierno cuando, días antes de este Miércoles Santo, preveían mayor cantidad de gente tras el paso de misterio.
Un año especialmente emotivo para los cofrades de San Lucas, en cuyo recuerdo estaba Francisco Bazán, quien fuera su Hermano Mayor, que nos dejaba el pasado 29 de junio tras una larga enfermedad. A buen seguro que muchas de las plegarias de los 287 nazarenos que conformaban el cortejo, y de muchos de los que lo vieron desde fuera, fueron para el bueno de Paco, que goza ya junto a su hija Patricia de la paz y la felicidad eternas.
Media hora antes de las seis de la tarde, la plateada Cruz de Guía de la hermandad hacía su aparición en el angosto dintel del templo dedicado al evangelista que glosó la bondad y la misericordia de Dios, y con una muchedumbre abarrotando la plaza, poco a poco iba avanzando el cortejo de túnica negras, escudos mercedarios y cirios color tiniebla, mientras se comenzaban a escuchar las voces limpias e infantiles de la Escolanía entonando el Miserere (El Salmo 51, la petición de perdón de un pecador, una de las joyas literarias del Antiguo Testamento, que, en uno de sus versos, dice así "Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti." ¡Qué hermoso!). Muy de reseñar es el esfuerzo de la cofradía lucana en la conservación de su patrimonio, destacando la restauración y plateado de las varas que portan en las presidencias
Por fin apareció, con la novedad del lirio morado en lugar del tradicional clavel rojo, la imponente figura del Cristo caído que tallara allá por los años 40 Ramón Chaveli, portado por 24 costaleros (4 por cada una de las 6 trabajaderas, ya que se suprime la corriente para dar más comodidad a la cuadrilla), a las órdenes de Ángel Rodríguez Aguilocho, que salvaron con maestría la angostura de la puerta lateral del templo; tras ellos, la multitud, devota, silenciosa y recogida, se agolpa tras el paso para realizar junto a la hermandad de San Lucas su estación penitencial.
La Virgen de los Dolores iba hermosísima en su palio en el día de ayer, llamando la atención el exquisito exorno floral formado por orquídeas cymbidium, flor de cera, hypericum y las siempre deliciosas rosas de pitiminí, que habla bien a las claras del buen gusto del equipo de mayordomía de esta Hermandad. Por su parte, la Banda Municipal de Gerena, con un escogido repertorio de marchas fúnebres, añade, aún más si cabe, solemnidad al transcurrir de este imponente palio, que ha ido dejando estampas inolvidables por las calles de Jerez.
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