Cardenal y negro, analogía del crucificado de la Catedral
La Viga
La hermandad deja su sello inquebrantable de solera y jerezanía en una preciosa ida por el casco antiguo en un Lunes Santo ideal-
La hermandad de la Catedral nos sigue evocando esas soleras viejas, las que se guardan en los rincones más sagrados de la sacristías bodegueras jerezanas, esas que conservan esencias pretéritas para poner todo su valor cuando alcanzan su ser. Es una hermandad, la de la Viga, para paladearla como los vinos viejos pese a que no hunde sus raíces en los siglos como corporación, pero sus titulares sí que entierran secularmente su historia. El Crucificado de la Catedral conmovió por las calles, especialmente por el itinerario de ida cuando entraba por calles donde el Jerez añejo se fusiona con la eterna impronta del 'gótico doliente'.
Barranco, plaza Peones, las estrecheces de la Carpintería Baja, la muy cofrade calle Tornería... Una ida de ensueño que supera y mucho al estereotipo adjudicado a esta cofradía en el que la estampa más repetida es la subida del reducto del primer templo, flanqueado e iluminado por las bengalas que hace tan sólo unas décadas se les ocurrió colocar los cofrades de entonces, que se dejó de hacer durante un tiempo y que se recuperó para mayor gloria de la recogida de la hermandad. Ya forman parte de la historia de la cofradía los cardos blanqueados que se elevan a los pies del Cristo de la Viga que, sobre su negra cruz de ébano y plata, se volvió a erigir sobre un severo monte en conjunción con el no menos severo y renacentista oscuro paso.
Si por delante, el sabor a Jerez era grande, detrás bajo palio Nuestra Señora del Socorro volvió a reivindicarse como la que es, una de las advocaciones de largo recorrido histórico en la ciudad. Gracias a los cofrades que tuvieron en sus manos celebrar los cuatro siglos del copatronazgo de esta imagen de Jerez, se consiguió redescubrirla para todos. Una dolorosa que obligadamente debe tener un ingrediente musical escogido, repertorios muy de aquí para que nada desentone en torno a esta advocación que rezuma jerezanía.
El cortejo subyuga por la belleza de la túnica de los nazarenos que pasa por ser de las más solemnes y bellas de la Semana Santa, una evidente analogía de cardenal y negro de la corporación. El cortejo dio la impresión de mantenerse en las cifras de los últimos años, un aspecto que se quiere seguir trabajando para no perder el hilo de crecer y crecer. A pesar del trabajo desempeñado por esta cofradía, los diferentes periodos complicados que ha atravesado no han ayudado en esta labor. Ahora, la hermandad vive una nueva etapa con una nueva junta de gobierno ya elegida por los hermanos.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por FSIE