"Recomendados", por José García Oliva

"Recomendados", por José García Oliva
"Recomendados", por José García Oliva
José Garcia Oliva

19 de abril 2012 - 09:54

Sol y lluvia

De Alison Jay texto e ilustraciones. Álbum. Editorial Edelvives. Zaragoza. 2011.

De esta autora ya hemos comentado algunos otros títulos y con todos mostrábamos, antes que nada, su interés por hacer algo distinto. Como ese libro caja que contiene cuatro libritos, o ese libro que se desmonta para formar varias cajas apilables en forma de pirámide o, en cuanto al contenido, esas versiones tan personales de “la liebre y la tortuga”, o “Alicia” o, está en ello, “El Cascanueces”.

No obstante, sin tener que hacer una propuesta distinta en la forma o en el fondo, las ilustraciones de esta autora tienen un sello muy especial por lo estilizadas de las formas y porque al trabajar con esmaltes alcídicos brillantes, y añadirle encima un barniz que trata para que se cuartee, quede quebrado, dando un aspecto de ilustración envejecida.

Pero en este título (y en el otro de la colección Arco Iris, “Por aire y por mar”) sí ha querido dar un toque más peculiar al libro y ha trabajado con texturas sobre las páginas de cartón, para profundizar en los elementos delos que habla, en este caso los relativos al clima. Y es que esta escritora y pintora también incorpora aspectos didácticos aunque de forma lúdica y sobre el trabajo artístico de sus dibujos.

Así al acariciar las páginas del libro se notarán las gotitas de agua de lluvia, la textura de una hoja caída por el otoño, el aspecto metálico de un rayo, la suavidad de un copo de nieve, o los brillos que se pueden tocar en el sol y en el arco iris.

Los sencillos textos de cuatro versos funcionan a modo de adivinanza o propuesta de contar o buscar un elemento, pero al tener que ser traducidos hay algún caso en el que no resultan muy brillantes.

Alison Jay nació en Hertfordshire (Reino Unido) y Estudió diseño gráfico en Londres reside. Después de graduarse trabajó en la animación y, poco a poco, empezó a recibir encargos de ilustraciones. Ha trabajado en todas las facetas del dibujo incluidas publicidad y diseño (por ejemplo, un anuncio de TV para Kelloggs las imágenes para la nueva gama de bebé de productos Crabtree y Evelyn).

En el siguiente enlace se puede disfrutar un portafolio de la autora.

El valor del agua

De Julio Llamazares. Il. de Antonio Santos. Col. Cuentahílos. Ed. Los cuatro azules. Madrid. 2011.

Reunir en una obra a un escritor como Julio Llamazares y a un artista como Antonio Santos tiene que traer muchas miradas y voces a su alrededor. Y así lo hace: encontramos abundantes referencias y críticas sobre este trabajo y sobre la producción en general de estos autores en los diversos medios a las que podrán acceder nuestros lectores con un rápido paseo por la red.

No obstante queremos aportar nuestra visión sobre este paseo al recuerdo, a las emociones y al retrato social a que nos lleva Llamazares, con esta incursión en la literatura infantil y juvenil como paréntesis en su trayectoria dedicada a los adultos con novelas, literatura de viajes, ensayos, poesía y artículos periodísticos.

Algo, o mucho, tiene “El valor del agua” de síntesis de todos estos géneros y, a la vez, de autobiográfico: un relato completamente medido para cualquier edad, dando posibilidad de acceso a los pequeños –a partir de 9 o 10 años- a los que llega por un texto contundente, sin artificios pero cargado de emociones; un relato de viaje a los recuerdos y a uno mismo; una crónica de lo que fue y de lo que es, lo que ocurre con los mayores… lo que nos ocurre con los mayores; y un enorme lirismo al estar escrito desde la propia experiencia, desde la propia mirada y desde la propia memoria.

Así resume la editorial el argumento: “Un niño contempla cómo su abuelo va envejeciendo en un lugar que no es su casa, recordando lo que dejó atrás: amores, trabajo, naturaleza y sobre todo la pérdida de un pueblo inundado por el agua. El encuentro entre la vejez y la niñez llegará cuando el abuelo le haga un legado al niño: un puñado de una tierra desaparecida que él guardó siempre”. Pero a su vez, el relato está lleno de puertas a otros relatos, en unos casos a argumentos paralelos (como recoge el ilustrador en su cuento breve “Matías”, que podemos leer en su blog) y en otros casos a nuevas historias como se nos apunta en esa cena de despedida del pueblo. En todos ellos el lector encontrará un hilo desde el que desenrollar sus propias historias, sus propios recuerdos.

La aportación de Antonio Santos en esta obra viene a subrayar el carácter íntimo de la experiencia del relato, estos recuerdos no pueden ser más que en blanco y negro que se arrastra hasta el presente en que se narra, para impregnarlo de un gran contraste entre las masas de tinta negra y los fondos blancos, propio de los grabados, contundentes como nítidas evocaciones de los momentos que fueron y que deben seguir recordándose.

Artista muy versátil: poeta y escritor, pintor, dibujante, grabador, escultor y creador de juguetes (para él prácticamente lo mismo), de ahí los variados registros a los que podrían corresponder su obra casi siempre difícil de clasificar en un único estilo, que le hace llevar las construcciones a la ilustración, y el dibujo y la pintura a sus esculturas. Dice de él el crítico Antón Castro: “uno de esos creadores y artesanos y poetas del aire y de la materia que en todo hallan un núcleo de belleza, que a todo le encuentran misterio, capacidad de sugerencia, utilidad inmediata”.

En el blog de Pencil, la primera agencia de ilustradores creada en España, encontramos una graciosa entrevista de ingreso.

La biomaestra

De Pepe Maestro. Il. de David Guirao. Col. Ala Delta. Ed. Edelvives. Zaragoza. 2010.

Este libro es un éxito entre sus lectores. Así se nos confirma al introducir sus datos en Internet y encontrar las numerosas referencias de colegios en los que lo han leído y los comentarios tan satisfactorios que apunta. Con repetir la primera oración del texto nos haremos una idea de por qué: “En mi colegio hay diecisiete profesoras y una está loca”.

A partir de aquí ya sabemos que el libro está escrito en primera persona, que trata de colegio y que ¡hay una profesora loca!, con lo cual las risas están aseguradas. Y así es. Pero no solo eso. En este libro para que niños y niñas se lo pasen muy bien leyendo, también hay un cierto análisis de la escuela desde el punto de la divergencia, de la alternativa, de otras posibilidades.

Pepe Maestro (muy asequible para hacer un encuentro en clase con él con una jornada muy interesante asegurada) es buen conocedor del mundo escolar: por amigos, por familia y por experiencia propia en sus numerosas visitas a centros como cuentacuentos y por lo tanto observador externo, y por la impartición de talleres con alumnado. Esto le da una visión de las rutinas profesionales que quiere poner en cuestión (siempre de forma respetuosa), proponiendo otros modelos puntuales alternativos a algunas de ellas: cómo ocupar la clase y por qué, como vivir las emociones, como motivar al movimiento o cómo ilusionar una actividad, entre otras varias.

Pero también controla los intereses del alumnado y sus propias rutinas y cómo estas se enfrentarán a las alternativas propuestas, creando así el divertido encontronazo entre lo particular de la maestra y aquello a lo que están acostumbrados los alumnos, de ahí que piensen que está loca.

La narración, cuajada de diálogos, de este escritor es fresca, muy viva y auténtica, y leerle es tan próximo a escuchar (hay un par de momentos de homenaje a la narración oral) que resulta una experiencia de éxito segura. Las ilustraciones se pegan al texto como un guante toda vez que Guirao reconoce lo que le ha gustado el libro y lo que se ha currado el querer estar a la altura del mismo, como podemos leer en su blog donde también encontraremos enlaces muy interesantes muestras de la sensibilidad de este artista.

pepegoliva@hotmail.com

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