Trebujena y las cooperativas copan el Concurso de Mostos del Marco
Dos viticultores trebujeneros, uno de Jerez y las cooperativas de Sanlúcar y la de Chipiona se imponen en la cuarta edición del certamen
Jerez/No hay color. Si la última cosecha del Marco fue muy buena en líneas generales, la de los municipios de la Costa Noroeste puede calificarse de excepcional, en concreto la de Trebujena, Sanlúcar y Chipiona, cuna junto a una viña de Jerez de los ganadores de la cuarta edición del concurso oficial de mostos que organiza el Consejo Regulador.
La institución jerezana del vino hizo ayer entrega de los galardones a los premiados en las dos categorías en concurso: la de mostos artesanales cuyo primer premio recayó en el viticultor de Trebujena Juan Francisco Pulido (Viña Alventus). seguido en segundo y tercer puesto por el también trebujenero Francisco Emilio Moyano (Viña La Rosa) y Manuel Pemán (Viña El Vínculo/Jerez); y la de vinos jóvenes de las bodegas inscritas, al frente de cuya clasificación figuran las cooperativas Virgen de La Caridad (Sanlúcar), la Católico-Agrícola (Chipiona) y la también sanluqueña Covisan.
Además de los premiados, el acto de entrega celebrado ayer en la bodega de San Ginés contó con la presencia de numerosos operadores del sector, entre ellos muchos de los participantes en la cuarta edición de este concurso que, según significó el director del Consejo Regulador, César Saldaña, se instauró como homenaje al viñedo y a los viticultores del Marco, grandes artífices de los mostos con los que se elaboran los vinos amparados por la Denominación de Origen del jerez y la manzanilla de Sanlúcar.
Saldaña destacó la dificultad que entraña la designación de los ganadores para el jurado, integrado por los miembros del comité de cata del Consejo y su presidente Beltrán Domecq, así como dos catadores de la Asociación Andaluza de Enólogos, dada la calidad del cerca de medio centenar de mostos presentados a concurso.
"Los seis son magníficos ejemplos de la calidad de los mostos de Jerez", aseguró Saldaña, quien detalló que, tras la cata a ciegas, el jurado seleccionó a los que considera que son los mejores, cada uno en su estilo, pues mientras que en la categoría artesanal se busca el carácter genuino de unos mostos más peculiares que fermentan en botas, en los de bodegas prima la selección, limpieza y fragancia que aportan los avances técnicos.
Juan Francisco Pulido, ganador de la categoría de mostos artesanales, simboliza la tradición trebujenera como miembro de una familia de viticultores "de toda la vida" y heredero de la tradición y la cultura artesanal, que aplica en todas las labores que realiza en su pequeña parcela de cuatro hectáreas de viñedo.
En representación de las bodegas de la zona de producción, el portavoz del colectivo y gerente de la Católico-Agrícola de Chipiona, Francisco Lorenzo, subrayó "el buen hacer y el empeño de las cooperativas y que se plasma en la calidad de unos mostos apreciados por todo el mundo".
Al término del acto, en declaraciones a los medios, el director del Consejo Regulador destacó la contribución del concurso de mostos a "la nueva etapa que vive el vino de Jerez en la que se vuelve a mirar con más intensidad e interés a la viña; esto es un paso más en esa dirección, porque no hay vino de Jerez sin mostos de calidad".
"Antiguamente, hace ya mucho tiempo, había quien pensaba que el vino de calidad sólo se hacía en la bodega, pero sin una buena materia prima es imposible", prosiguió Saldaña, al tiempo que añadió que, "desde un punto de vista enológico, es muy interesante ver la evolución de las añadas de los mostos".
Sobre la hegemonía de los mostos de Costa Noroeste en la edición del concurso de este año, el responsable institucional aludió al mayor arraigo de la tradición de los mostos en esta zona, plagada de "pequeñas parcelas de viñedo en manos de viticultores que están acostumbrados a elaborar sus mostos de forma artesanal para poder disfrutarlos durante la primera mitad del año".
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