'Inscripciones latinas de Jerez', mucho más que un catálogo
El estudio, centrado en el periodo romano y medieval en yacimientos de la campiña jerezana, será presentado mañana en el Museo
Jerez/Más de un centenar de inscripciones latinas del periodo romano y medieval, halladas en yacimientos en el área de la campiña jerezana, conforman el libro 'Inscripciones latinas de Jerez de la Frontera' (Editorial UCA), obra de Antonio Ruiz Castellanos, Eugenio J. Vega Geán y Francisco A. García Romero. Un trabajo que será presentado mañana sábado, a las 12 horas, en el Museo Arqueológico.
En coedición con la Diputación de Cádiz, este estudio arranca de la localización en la Biblioteca Municipal de Jerez y posterior rastreo de un viejo catálogo de inscripciones epigráficas jerezanas, realizada por tres alumnos de la Universidad Central en 1892. Una investigación técnica de texto epigráfico, pero también de contexto que proporciona "una útil información de la periferia en donde se esculpieron estas hermosas piezas de nuestra documentación histórica y literaria", explican sus promotores. Un estudio que refuerza entre otras hipótesis, la fuerte vinculación social y económica del ámbito agrícola y de expansión de la zona con el enclave del Gadir fenicio y del posterior Gades Romano, y que se completa con una soberbia aportación documental con imágenes y mapas sobre la localización de los yacimientos donde se encontraron los epígrafes estudiados. "Estos datos nos permiten acercarnos a aspectos de la sociedad de hace dos milenios tales como la onomástica, la familia, la esperanza de vida, la política, o la economía", apuntan los investigadores. Se incluye además una exhaustiva recopilación bibliográfica de más de 400 títulos, índices de antropónimos, topónimos, fórmulas, fechas, soportes, decoración, etc.
La obra está clasificada en periodos -prerromano, romano, paleocristiano y visigodo-, por yacimientos -Mesas de Asta, Jerez, Gibalbín y hasta un total de una veintena de enclaves con inscripciones distribuidos por nuestra vasta comarca…- y destino o función -edilicia, honorífica, religiosa, funeraria...-, sin olvidar la epigrafía y estampillas de manufacturas y productos. "Hemos hecho un trabajo de interpretación facilitando la comprensión del patrimonio epigráfico latino de Jerez, proyectando en la antigüedad los paisajes y lugares conocidos, y dándoles un contenido antropológico, histórico, arqueológico y geográfico para hacer comprensible para una persona de hoy día la sociedad hispanorromana de este rincón de la Bética".
En cada uno los yacimientos se han analizado aspectos relacionados con las inscripciones: los datos que caracterizan a las inscripciones, bien sean edilicias, honoríficas, sacras, oficiales, funerarias, suntuarias, comerciales e industriales. Y aducen las fuentes historiográficas, geo-económicas, epigráficas y arqueológicas que las expliquen. "Estamos seguros de que el actual solar de Jerez no era un páramo poblado únicamente a partir de la etapa musulmana. La naturaleza del poblamiento prerromano o romano no la conocemos a ciencia cierta, pero no hay duda de que en Jerez hubo población. Es posible que la génesis de la posterior alquería y ciudad de Sharish se halle en alguna de estas heredades rurales. Sin duda Jerez era uno de esos fértiles lugares de la ribera del Guadalete en los que una elite provinciana controlaba todo el proceso transformador y comercial", destacan.
Los autores han mostrado su agradecimiento a Rosalía González Rodríguez (que escribe el prólogo de la obra), Lázaro G. Lagóstena (UCA) Agustín García Lázaro, Francisco Barrionuevo Contreras, Ramón Clavijo Provencio, y Juan Antonio Garrido Castro, entre otros. El libro está expresamente dedicado a la Asociación de Amigos del Museo de Jerez de la Frontera, "por la labor que durante tantos años y de forma tan ilusionada han dedicado a la transmisión de la historia de nuestra ciudad. Es también nuestro modesto homenaje a las grandes figuras del pasado: Esteban Rallón, Bartolomé Gutiérrez, Agustín Muñoz y Gómez, Grandallana y Zapata, Martínez y Delgado, etc., por su servicio a la arqueología jerezana similar, al menos, al que hicieron en los campos archivístico y bibliográfico. Queremos resaltar en especial la importancia de las piezas epigráficas latinas conservadas en el Museo Arqueológico, así como las que recogen los legajos antiguos de nuestro Archivo y Bibliotecas".
"Nuestro trabajo -concluyen- no es simplemente un catálogo, sino que hemos querido que estas reliquias arqueológicas hablen por sí mismas, ya que la epigrafía tiene la magia de transmitirnos las palabras de los hombres y mujeres que nos precedieron; por lo que nos cuentan cómo vivieron y cómo murieron, así como sus sentimientos y costumbres".
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