Un infierno celestial en el Villamarta
LA CRÍTICA
Éxito de público y producción del esperado estreno de la ópera 'Fausto'

Por fin llegó el estreno del esperado 'Fausto' de Gounod en el Teatro Villamarta. Y fue con un gran éxito de público, que llenó por completo el coliseo jerezano, y también un éxito de producción, ya que brillaron voces, conceptos y escena.
Y hablemos de la escena, en primer lugar. No es fácil encontrar soluciones escénicas para representar dignamente los sortilegios y hechizos del demonio, y menos cuando hay que encajarlos en cinco actos, donde hay de todo: coros, bailes, dúos, cuartetos, y arias. La música de Charles Gounod te obliga a la efectividad, y eso es lo que consiguió la producción escénica de Amigos Canarios de la Ópera (ACO). Creo que el efecto deseado en la partitura de Gounod, se ve muy bien reflejado en la puesta en escena de esta representación, que ha contado también con la producción musical del Teatro Villamarta. Una muy buena dosis de imaginación, mezclando luces y proyecciones, con elementos tradicionales del decorado, que juegan con la simbología, a la vez que cumplen con los requisitos impuestos por el libreto. Buenos ejemplos son el péndulo que simboliza el tiempo, concepto que marca toda la obra del compositor francés, o la bañera, que aparece de manera recurrente en varias escenas.
Y vamos con las voces, pues el elenco mereció la pena. Hubo aplausos para todos. Unos más merecidos que otros, que todo hay que decirlo. Pero en general, un muy buen nivel.
En primer lugar, y primero en aparecer en escena, Ismael Jordi, que debutó el pasado viernes en esta ópera, en todos los sentidos: porque es su primer Fausto, y porque también es la primera representación que de esta ópera se hace en el Teatro Villamarta. En mi opinión, es un papel que le va como anillo al dedo, por sus características vocales, ya que Ismael posee una voz bonita, clara y muy encajable en el repertorio francés y en el belcantista. Su afinación es envidiable, y particularmente a mí me sorprendió muy gratamente con una correctísima dicción en francés. Bien caracterizado de anciano al comienzo de la obra, sin embargo, su vestuario hubiera sido posible mejorarlo, para darle un carácter más jovial, según nuestra estética actual, claro está, y que le facilitara el trabajo dramático. En cualquier caso, su actuación fue excelente.
En segundo lugar, y también por orden de aparición en escena, Alexander Vinogradov, bajo moscovita que encarnó a Mephistohéles en la representación. Obtuvo un gran aplauso del público, y en mi opinión su trabajo fue muy bueno, aunque sus características vocales lo apartan un poco del concepto de bajo profundo que uno imagina para el demonio. Sin embargo, su particular interpretación consiguió dibujar el rol de un demonio muy eficaz para el público, aunque se apartara un poco del Mefhistophéles tradicional. A diferencia de Jordi, su dicción del idioma de nuestro país vecino no fue impecable, aunque el vestuario lo trató bien, pues su caracterización como demonio convenció al personal. Muy bien.
En tercer lugar, Isabel Rey, quien dio vida escénica a Marguerite. Su voz se adecúa perfectamente al papel, que requiere una soprano lírica con capacidad de moverse bien en los tonos altos. Su experiencia de una dilatada carrera profesional de casi 30 años de música se notan en su soltura dramática y en el control de su bonito instrumento vocal. El público la aplaudió con ganas.
Xavier Mendoza en el papel de Valentín y Pablo López en el de Wagner, completaron el elenco masculino, con actuaciones más discretas. En el papel de Siebel, una Alexandra Rivas, mezzosoprano austríaca, que tuvo una correctísima actuación, dejando una grata impresión en el Villamarta.
El coro del Teatro Villamarta, tuvo momentos memorables, pero también bajos, quizá producto de falta de ensayo de algunas partes. Sin embargo, tengo que decir en su favor, que la línea dramática comenzada por el coro en los últimos tiempos, sigue en ascenso, dándole plasticidad a las representaciones, como fue el caso de este estreno de Fausto. Muy efectista el acto de los soldados marcando el paso y excelente el vals del segundo acto.
La Orquesta Filarmónica de Málaga puso de su parte para que este estreno villamartino luciera en lo musical. Tuvo una ejecución equilibrada y con una buena instrumentación, pese a las limitaciones del foso del Villamarta. Muy bien la cuerda pulsada, percusión, flautas y viento madera.
Un acierto el estreno de esta producción de 'Fausto', pues estoy convencido de que ha hecho afición entre el público asistente y, si tienen la suerte de encontrar una entrada, no dejen de asistir hoy a la segunda y última representación de esta extraordinaria ópera, en el Teatro Villamarta de Jerez.
LA CRÍTICA
Fausto. Filarmónica de Málaga. Director: Luiz Fernando Malheiro. Coro del Teatro Villamarta, Director: Joan Cabero. Director escena: Alfonso Romero. Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda. Reparto: Ismael Jordi, Isabel Rey. Alexander Vinogradov, Xavier Mendoza, Pablo López, Alexandra Rivas, Mireia Pintó. Teatro Villamarta. Jerez. 26.01.2018 Aforo completo.
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