Comienza el plan de trabajo del Pacto Andaluz por el Agua con el regadío como eje
Política Hidráulica
Feragua pide el apoyo de los grupos parlamentarios a la agricultura de riego y que no crezca la superficie actual. Se preparan las aportaciones de los agentes participantes
Ya está en marcha la segunda fase de desarrollo del Pacto Andaluz por el Agua, que ha consistido en unos encuentros dirigidos a recabar las iniciativas que formarán el documento de trabajo de este convenio. Se trata de un tema que afecta de lleno al regadío andaluz, sector llamado a convertirse en el eje de la planificación. La semana pasada comenzaron en Sevilla las reuniones sectoriales a iniciativa de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, en las que los participantes propondrán una decena de acuerdos concretos para cada uno de los diez ejes principales del pacto establecidos en la primera etapa de su elaboración.
Las líneas de actuación responderán a objetivos medioambientales prioritarios, gobernanza, participación y transparencia, servicios urbanos y mínimo vital, déficits estructurales y demanda sostenible, resiliencia frente a sequías y cambio climático, mitigación y adaptación a este fenómeno, riesgo de inundaciones, recuperación de costes y financiación y, por último, medidas prioritarias.
El primero de estos encuentros, inaugurado por el director general de Planificación y Recursos Hídricos, Fernando Delgado, contó con la participación de representantes de las diferentes administraciones públicas con competencias en el ámbito de agua (estatal, autonómico y local) y de usuarios de este recurso natural en el ámbito urbano, agrícola, hidroeléctrico o de otras actividades como, por ejemplo, la acuicultura o la pesca deportiva.
Y con este telón de fondo el secretario general de Feragua, Pedro Parias, compareció también la semana pasada en el Parlamento de Andalucía, donde reivindicó el valor socio-económico y ambiental del regadío andaluz, al tiempo que pidió a toda las fuerzas políticas con representación parlamentaria que potencien y defiendan ese gran patrimonio que tiene Andalucía, “fundamental en la creación de empleo, equilibrio demográfico y fijación del medio rural y reducción de emisiones de C02 a la atmósfera”.
Asimismo, puso en valor la alta eficiencia alcanzada por el regadío en el consumo de agua, gracias al ingente esfuerzo de modernización realizado en los últimos lustros y pidió, en suma, a los representantes parlamentarios que se sintieran orgullosos de un regadío que “tiene más del 75% de su superficie con riego localizado de alta eficiencia”, “genera más del 65% de la producción y el empleo agrícola en Andalucía” y que es “un elemento fundamental en la Ordenación del Territorio”. “Allí donde hay regadío, no hay rastro de la España Vaciada”, dijo Pedro Parias.
El secretario general de Feragua se refirió también a la necesidad de prestar más atención a los retos que el cambio climático plantea en relación con el uso del agua y la energía.
Aguas regeneradas
En este sentido, subrayó que “la modificación del patrón de precipitación es uno de los efectos definidos del cambio climático” y que cada vez tendremos más inundaciones y períodos prolongados de sequía, por lo que hay que tomar medidas urgentes, “tanto de optimización de la oferta con mejora de los regadíos; como de incremento de la demanda, ejecutando nuevas obras de regulación y generación de recursos no convencionales, en alusión a las aguas regeneradas y saladas”.
En relación con las nuevas obras de regulación, Pedro Parias se refirió de forma específica a la importancia de acelerar la ejecución de proyectos como el Túnel de San Silvestre, con los que “la Junta de Andalucía debería comprometerse por su interés estratégico para la comunidad, aunque sean obras de interés general y por tanto competencia fundamental del Estado”.
Asimismo, incidió en que “no se puede permitir que crezca la superficie regable más allá de lo contemplado en los planes hidrológicos, pues no hay recursos para ello”.
En materia energética, Pedro Parias demandó un impulso más decidido en el fomento de las energías renovables en el medio rural. “El impulso a la generación de energía fotovoltáica o eólica para fines de bombeos para el regadío debería se incentivado para cumplir con los objetivos del desarrollo sostenible”, dijo.
Debate sobre la PAC post 2020
La comparecencia de Pedro Parias se produjo en el marco del debate sobre la PAC post 2020. A este respecto, el secretario general de Feragua reiteró el apoyo del regadío a las líneas marcadas en la Declaración Institucional de Andalucía 3 de septiembre, insistiendo en que “el mantenimiento del actual presupuesto es cuestión clave, por lo que el Estado y las CC.AA., y fundamentalmente el gobierno de la Nación deben de luchar ahora al máximo por ese objetivo en los órganos europeos que deciden los presupuestos”.
Finalmente, hizo hincapié en el grave problema de la erosión y la pérdida del suelo fértil que afecta a nuestra agricultura y que exige la toma de decisión de medidas urgentes para disminuir este proceso “que tiene como consecuencia la pérdida de materia orgánica en los suelos erosionados, la colmatación de los embalses y la inutilización de los sistemas de riego por la obturación de goteros, pérdidas de agua y energía por filtración. Por ello, pidió que se tome en consideración “la necesidad de obligar una cubierta vegetal temporal en todas las explotaciones de cultivos permanentes con más del 5 % de pendiente”, pues actualmente es el 10/15 %.
Tras esta segunda etapa de elaboración, el Documento de trabajo del Pacto Andaluz por el Agua se elevará a lo largo del mes de marzo a los distintos órganos colegiados de participación en la Administración andaluza del agua para continuar avanzando en la selección de las iniciativas que cuentan con un mayor índice de consenso para cada uno de los ejes.
Debate parlamentario
Finalmente, serán los grupos políticos y agentes del sociales los encargados de debatir la Propuesta de Pacto Andaluz por el Agua en el Parlamento andaluz para intentar llegar a un acuerdo total o parcial de este proyecto basado en el consenso y que se enmarca en la "Revolución Verde" que está impulsando el actual Gobierno autonómico.
La consejería de Agricultura subraya que el Pacto Andaluz por el Agua se enmarca en el séptimo eje de la Revolución Verde, que contempla un acuerdo en esta materia que se desarrollará en cuatro fases de las que ya ha concluido satisfactoriamente la primera de ellas, en la que se abordó la metodología y los puntos principales del pacto.
Decálogo de la Mesa Social del agua
Las entidades que constituimos la Mesa Social de Agua de Andalucía (CC.OO., COAG, UPA, Aeopas, Facua, WWF, Greenpeace, SEO, Ecologistas en Acción, Ciref, Fundación Savia, Fundación NCA, Red Andaluza de la NCA) ha elaborado un decálogo para lo que llaman “la transición hídrica y el derecho humano al agua en Andalucía.
Comienzan considerando que “el espacio para la definición de las políticas hídricas debe basarse en los principios y los objetivos requeridos para la Directiva Marco del Agua y los planes hidrológicos de demarcación”. Piden “la prevención del deterioro y la recuperación y el mantenimiento del buen estado ecológico de los ríos, humedales, estuarios y las aguas costeras, y el buen estado de las aguas subterráneas” como “un objetivo inaplazable de la política de aguas andaluza”.
Para ello consideran que es necesario “reorientar la política del agua de Andalucía hacia un nuevo modelo de uso y aprovechamiento del agua, sostenible en términos ambientales y sociales, siendo imprescindible iniciar una transición hídrica justa”.
Entre otras cuestiones proponen que se abra “un profundo debate sobre la situación de los sistemas del ciclo urbano del agua que incluya criterios de cohesión y justicia territorial entre los principales sistemas metropolitanos y los municipios aislados y también sobre las inversiones requeridas para aumentar la eficiencia y resolver los importantes déficits en la depuración de aguas residuales que arrastra Andalucía y que requiere una atención prioritaria”.
Creen “necesario redefinir el papel y la dimensión superficial del regadío, el apoyo a pequeñas y medianas explotaciones profesionales que contribuyen al equilibrio territorial, al asentamiento de la población rural y al relevo generacional”.
Y proponen “un proceso de pedagogía social efectiva para facilitar el consenso que requiere afrontar los impactos del cambio climático y los retos de una transición hidrológica justa”.
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