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Entrevista al presidente del Grupo de trabajo del Olivar y aceite del Copa-Cogeca
Satisfecho por la desaparición de los aranceles de Estados Unidos y por la aprobación de la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria, con lo que supone de eliminación definitiva de la venta a pérdidas y la prohibición de comprar en origen por debajo de los costes de producción, Cristóbal Cano se muestra orgulloso por ser la persona que ocupa en nombre de UPA por primera vez la presidencia del grupo de trabajo del aceite en el COPA-Cogeca.
–Enhorabuena por su nombramiento. ¿Qué significa para usted y para su organización?
–Supone un éxito de UPA en Europa. Por primera vez en la historia, nuestra Organización ocupa esta presidencia del grupo de olivar. Una presidencia que es fruto de nuestro trabajo en Europa y de las intensas negociaciones llevadas a cabo en Bruselas y entre la delegación española. Para mí, personalmente, es un tremendo honor haber sido elegido por mis colegas europeos para ocupar este cargo y representar a los olivareros en Europa en un momento crucial para los pequeños y medianos productores pues el Copa-Cogeca es el canal directo de interlocución con la Comisión Europea.
–El olivar tiene importantes caballos de batalla actualmente, ¿el alto coste de los insumos le afecta tanto al resultado de las explotaciones como en otros cultivos?
–Hay que tener en cuenta varios factores. Por un lado, el incremento de todos los costes de producción también afecta al olivar, por supuesto. Los fitosanitarios, los fertilizantes….. todo ha aumentado en 2021. La subida en la electricidad, por ejemplo, afecta notablemente a los olivares en regadío. No obstante, el principal coste de las explotaciones de olivar es el ligado a su recolección. Sí es cierto que, quizá, hemos podido notar algo menos la presión del incremento de los insumos porque el precio en origen del aceite de oliva se encuentra por encima de los costes de producción en el olivar tradicional, lo que supone una magnífica noticia para el sector.
–En cuanto a la PAC el olivar de montaña parece que va a resultar perjudicado ¿Hay margen para mejorar su situación?
–Siempre hay margen de mejora y así se lo hemos explicado al Ministerio en todas las reuniones que hemos celebrado. Es cierto que, por primera vez, el Plan Estratégico contempla un programa sectorial específico para el olivar tradicional, con el objetivo de mejorar su competitividad. Pero no nos sirve. Echamos de menos que el olivar de baja producción y alta pendiente se incluya en las ayudas asociadas porque es un cultivo vulnerable y desde UPA así venimos reivindicándolo desde 2014. Este Gobierno tenía la oportunidad de hacerlo, porque es una cuestión de voluntad, y tampoco lo ha hecho como no lo hizo el anterior en las dos ocasiones que pudo hacerlo, en 2014 y en 2016. Hay que tener en cuenta que este tipo de olivar es el que tiene más dificultades y debe ser mimado y protegido al máximo nivel por todas las administraciones.
–Y en al resto del olivar ¿Cómo le va a afectar la nueva PAC?
–El olivar, en líneas generales, es un cultivo que se puede beneficiar con la nueva PAC. Por primera vez un Gobierno incluye un reparto más justo y social de los fondos comunitarios, con la degresividad de las ayudas, los techos de ayudas o beneficiar a las primeras hectáreas mediante el pago redistributivo. La reducción de comarcas a 20 no es la peor noticia, aunque sí que se debe evitar el trasvase de recursos entre modelos de explotación similares. Y en cuanto a los ecoesquemas, creemos que es una oportunidad siempre que nos den tiempo y recursos.
–¿Qué proponen para impulsar al sector oleícola?
–El propio sector tiene que ser consciente de su importancia. Se están haciendo bien las cosas, como adelantar la cosecha y producir cada vez aceites con mayor calidad y diferenciados. Y a ese trabajo del sector tiene que unirse el respaldo de las administraciones. Hay que tener en cuenta que el consumo de aceite de oliva no llega al 3% del total de grasas vegetales que se consumen en el mundo. Hay mucho margen de crecimiento.
–¿Cuáles son sus prioridades como presidente del grupo de olivar y aceite del COPA-Cogeca?
–Lo más importante es que seguiré llevando la voz del eslabón más débil de la cadena alimentaria a Bruselas. Formo parte del grupo desde Noviembre de 2017 y ahora desde la Presidencia trabajaré por promover medidas de mercado valientes que permitan a nuestras explotaciones y, en especial, al olivar tradicional, tener un futuro mejor. Por supuesto, me esforzaré para que Europa considere estratégico nuestro olivar, porque somos los principales productores del mundo. Enfocaré mi trabajo en aumentar la promoción que se pueda hacer del aceite de oliva con el objetivo de incrementar el consumo y también a eliminar cualquier traba burocrática que perjudique la comercialización. Por último, defenderé estrategias encaminadas a racionalizar las importaciones de países extracomunitarios y de negociar nuevos acuerdos comerciales y nuevas vías de exportación para reforzar la viabilidad económica de nuestras explotaciones.
–¿Qué peso tiene el COPA-Cogeca en las decisiones finales que se toman en Bruselas?
–Bastante, porque el COPA agrupa a 76 entidades de los estados miembros de la Unión Europea y representa a más de 23 millones de agricultores, mientras que el Cogeca representa los intereses de 22.000 cooperativas agrícolas; es el canal directo de interlocución con la Comisión Europea.
–El aceite tiene otro de sus problemas en el etiquetado ¿Cuáles son sus propuestas?
–El etiquetado del aceite está normalizado por los reglamentos de la Unión Europea y cualquier productor que quiera comercializarlo debe conocerlos y etiquetar los envases correctamente. Por lo tanto, es de obligado cumplimiento tener una etiqueta correcta que refleje realmente lo que hay dentro de la botella. Cierto es que nosotros hemos venido denunciando durante mucho tiempo el problema de que, en ocasiones, se añadan conceptos que confunden al consumidor, como los adjetivos suave o intenso. Creemos que es algo que se debe corregir para no llevar a error a la sociedad. Y también es importante que la denominación virgen extra solo sea para el aceite de oliva, porque no puede haber otro tipo de grasas con esa nomenclatura que, igualmente, confunda al consumidor y por último es necesario que se adapte un etiquetado nutricional en Europa en el que el aceite de oliva se encuentre catalogado como lo que es un producto de excelencia, base de la dieta mediterránea y con múltiples beneficios saludables para quien lo consume.
–En cuanto a la comercialización de la campaña actual va a ser buena en precio ¿no?
–Llevamos dos campañas de comercialización de récord, superando todas las previsiones. Y son dos campañas en las que el precio en origen se encuentra por encima de los costes de producción en el olivar tradicional. No sobra aceite de oliva, sobran especuladores. Y esperamos que esta nueva campaña, en la que ya se ha constatado en campo que habrá menos aceite del aforado por la Junta en septiembre, el precio se estabilice.
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