La crispación se adueña de la campaña de la naranja
Cítricos
El Ministerio no decide activar la cláusula de salvaguarda. Asaja Córdoba acusa a la CE de dejadez de funciones en el control de las importaciones.
El sector citrícola está crispado. Los productores han pedido el amparo de la UE, pero ni la Comisión de Agricultura en Bruselas, ni el Ministerio español atienden a sus razones y los agricultores se quejan por el precio de la naranja, acechado por una cosecha tardía y un mercado satisfecho de cítricos importados de países a los que acusan de incumplir las normativas sobre fitosanitarios.
La asociación agraria Asaja Córdoba ha anunciado que el próximo 8 de febrero realizará un reparto gratuito de naranjas en señal de protesta por “la crisis de precios que padece el sector, que afecta de primera mano a los agricultores y a la economía de la provincia al no cubrir ni siquiera los costes de producción”.
El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, explica que “los precios en origen de las naranjas se han hundido después de un par de años en los que se habían recuperado ligeramente”, debido a varios factores, entre los que destaca el solapamiento con producciones de terceros países, especialmente por el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Sudáfrica.
De hecho, Asaja-Córdoba advierte que sus servicios jurídicos están estudiando la posibilidad de ejercitar acciones exigiendo responsabilidades a los órganos competentes de la Comisión Europea “por su inaceptable inacción, falta de control y presuntos incumplimientos”.
La postura de la CE
La semana pasada el comisario de Agricultura, Phil Hogan, declaró que “la situación del mercado está mejorando gracias a la buena calidad de los cítricos y al aumento del consumo, así como a la buena absorción de las piezas de menor tamaño por parte de la industria transformadora”.
En una respuesta a las eurodiputadas socialistas Clara Aguilera e Inmaculada Rodríguez-Piñero sobre el Impacto del Acuerdo de Asociación Económica (AAE ) con Sudáfrica en el sector citrícola español, Hogan reconoció que “el arranque de la campaña citrícola española en otoño de 2018 ha suscitado preocupaciones a los productores por los retrasos en la maduración de las frutas, la persistencia de temperaturas elevadas en gran parte de Europa y el aumento de los volúmenes de cosecha”.
No obstante, el comisario europeo detalla que las importaciones de naranjas frescas procedentes de Sudáfrica durante el período cubierto por la concesión del AAE -del 16 de octubre al 30 de noviembre- “fueron significativamente más bajas que en el mismo período de 2017 en un 39 % y representan solo el 2 % de las importaciones anuales”. Agrega que “a excepción de las naranjas frescas, ningún otro cítrico se ha visto afectado por la prórroga del período de liberalización acordada tras la entrada en vigor del AAE de la SADC y explica que las importaciones citrícolas procedentes de Sudáfrica en 2018 han aumentado en un 9 % en total con respecto a las de 2017”.
El máximo compromiso que los productores españoles han obtenido de Bruselas es que “seguirá de cerca la evolución de las importaciones de cítricos procedentes de Sudáfrica, con el fin de detectar cualquier posible perturbación en el mercado de la UE y responder adecuadamente”.
Pero en Asaja Córdoba esto ha provocado “estupor e indignación” ante lo que consideran una “inaceptable inacción de la UE, que no sólo no cumple con sus obligaciones, sino que se ha convertido en un aliado de aquellos que están llevando a la ruina a los citricultores españoles”. La organización agraria muestra su preocupación ante lo que considera “dejadez y falta de control de la Comisión Europea, que no sólo afecta a los agricultores, sino también a los consumidores que compren cítricos de terceros países”. Explica que “el uso de fitosanitarios prohibidos en la UE en el país sudafricano hace que sus agricultores puedan producir con unos costes más bajos debido a que esos productos son más baratos que los permitidos en Europa, lo cual es un sin sentido que atentan gravemente a la economía española”.
Asaja-Córdoba ha denunciado en reiteradas ocasiones “la pasividad de la Unión Europea en la vigilancia de las importaciones de terceros países”. Hace cuatro años Asaja Córdoba presentó en Bruselas un informe de la Universidad de Córdoba “que demostraba la dejadez de funciones de la Comisión Europea en la vigilancia de las importaciones de cítricos de Sudáfrica, lo que podría acarrear la aparición de una enfermedad letal para nuestra agricultura como la Mancha Negra”.
Salvaguarda
Asaja Córdoba también ha solicitado al Gobierno de España que interceda ante la Comisión Europea para que se apliquen las cláusulas de salvaguarda frente a los cítricos procedentes de países como Egipto y Turquía, tras constatar el incremento exponencial que han registrado durante los últimos cinco años sus exportaciones de agrios con destino al mercado europeo, tal y como se ha reclamado en las últimas semanas con Sudáfrica, donde diversas instancias políticas han solicitado la puesta en marcha de ese mecanismo de salvaguarda, ya que “estos países están ejerciendo una competencia desleal con nuestra citricultura”.
Un kilo de naranjas, explica Asaja, se paga en el campo entre 0,08-0,10 euros en el caso de la Navelina y entre 0,16-0,18 euros en el caso de la Salustiana, según la Lonja de la Cámara de Comercio, “unos precios muy inferiores a los cotizados en la misma época del año anterior, a pesar de que se espera una producción similar o incluso inferior a la de la campaña pasada”. Esto está provocando fuertes pérdidas económicas a los productores, que en muchos casos están vendiendo por debajo de los costes de producción, establecidos en 0,15 euros el kilo en los estudios de la Cadena de Valor del Ministerio y de la Junta de Andalucía y en otros casos están dejando las cosechas en los árboles por no ser rentable su recolección. Dicen que, sin embargo, en los lineales de algunos supermercados pueden alcanzar los 2 euros el kilo.
También Asaja Sevilla se lamenta porque este año se estén cobrando al consumidor los mismos precios que el año pasado, pese a que el agricultor recibe mucho menos. El presidente de la organización agraria, Ricardo Serra, dice que “alguien se está llevando un margen más alto de lo razonable y eso lo debe saber el consumidor”.
Intercitrus
Serra explica que el Ministerio va a convocar al sector a un reunión para abordar la crisis. Cree que se deben cuidar los periodos en los que se permite la entrada de producto importado para que no se solapen las producciones y exigir a los productores de fuera las mismas precauciones sanitarias que a los nacionales. A su juicio lo prioritario es organizar al sector y para ello propone trasladar a Madrid la sede de Intercitrus y que alrededor de esta organización se pongan en marcha campañas de promoción en los mercados interior y exterior.
El sector cree que en esta crisis de precios, ha tenido mucha culpa la aplicación del acuerdo comercial de la Unión Europea con Sudáfrica, que entró en vigor en 2016 y permite la importación de cítricos de este país hasta el 30 de noviembre con unos aranceles que en 2018 han sido del 11,6% e irán reduciéndose hasta desaparecer en 2026. El caso es que las variedades tardías de naranjas sudafricanas se solapan con las primeras de la temporada española, como la Navelina o la Salustiana, habiendo incluso todavía en los lineales naranjas de países del Cono Sur como Uruguay.
A pesar de las quejas y protestas de Asaja, el Gobierno de España considera que no se dan las circunstancias para activar la cláusulas de salvaguardia contempladas en el Acuerdo Comercial de la UE con Sudáfrica, y solo han contemplado a través del Ministerio de Agricultura retirar del mercado 50.000 toneladas de naranjas y mandarinas, medida que los productores consideran es claramente insuficiente.
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