Belén Bautista: "No sabría qué hacer si no fuese con los caballos"
Caballo de Oro
La sanluqueña afincada en Jerez, primera mujer profesora y jinete profesional de la institución, recibe el premio tras sus veinte años de carrera
Imágenes de Belén Bautista en la Real Escuela de Arte Ecuestre
Desde finales de los años sesenta del siglo pasado, el Ministerio de Información y Turismo otorga anualmente el premio 'Caballo de Oro' en reconocimiento a los méritos acumulados por una persona o entidad en la labor realizada en pro del Caballo, de Jerez y de su Feria.
El primer reconocimiento fue otorgado a la Ciudad de Jerez en 1967 y en 2021 a la Unidad Especial de Caballería de la Policía Nacional. Este 2023, Belén Bautista ingresó como alumna de la REAAE en 1999 y se ha convertido en la octava mujer que recibe el 'Caballo de Oro' en medio centenar de ediciones.
- Se encuentra de baja médica. ¿Qué tal está?
- Un poquito mejor, con subidas y bajadas.
- Le ha sido otorgado el Caballo de Oro 2022. ¿Qué le ha aportado esa mención?
- Tiene un valor muy importante y muy reconocido tanto en la ciudad de Jerez como fuera de ella. Es un galardón que normalmente se le otorga a gente que quizá tienen más recorrido. Yo, por ejemplo, en comparación con otras personalidades a las que se les ha dado este reconocimiento, soy más joven, pero también es verdad que llevo desde muy pequeñita en este mundo y para mí es un orgullo, una satisfacción y una fuente de motivación para seguir luchando cada día.
- ¿Qué rasgos o características suyas ha trabajado para ser merecedora del reconocimiento?
- Desde los cuatro años estoy en esto. Puedo destacar que soy una persona muy constante, muy perseverante, disciplinada, apasionada del mundo del caballo y la única mujer en la plantilla de la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre hasta el día de hoy.
- Seguramente, habrá pensado en alguien en especial para usted en estos 20 años de carrera cuando se enteró del reconocimiento.
- Pensé en mucha gente que tengo a mi alrededor que me han acompañado en este camino, pero si tengo que elegir a una persona en especial, es a mi madre. Gracias a ella estoy hoy donde estoy, por su esfuerzo, su apoyo, por todos los valores que nos ha inculcado.
- ¿Y de la Real Escuela?
- Tengo muy buenos compañeros, y si tengo elegir a alguien especial sería a Juan José Verdugo, somos casi de la misma edad, hemos hecho casi todo este recorrido juntos. También a Rafael Soto, importante sobre todo a nivel de competición y deportivo.
- Es mujer, sanluqueña y trabaja en Jerez. Algún chascarrillo habrá oído en sus más de décadas de carrera y después de este nombramiento.
- (Risas). No te creas porque también llevo muchos años viviendo en Jerez. En ese sentido, me pueden decir: "Sanluca, pare" y ya está. Llevo aquí desde los 16 años y prácticamente es como si fuera de Jerez.
- ¿Qué ha sacrificado para llegar donde ha llegado?
- Sacrificas tu vida. Los caballos no entienden ni de fiestas, ni de puentes. Son animales que necesitan estar atendidos, salir de sus cuadras, moverse, se ponen malos... Luego, para llegar al nivel de equitación de la Escuela o la competición hay que dedicarle mucho tiempo. Desde pequeña, en lugar de salir y divertirme con amigas y amigos, estaba montando a caballo. Al final, tampoco me ha supuesto un sacrificio porque siempre me ha encantado y nunca me ha pesado todo eso. No me arrepiento de haberlo hecho.
- En otras entrevistas ha dicho que el caballo no entiende de hombre o mujer. ¿Y sus compañeros? ¿Y la sociedad, en general?
- Siempre digo que los caballos no entienden de género, sí de como tú los trates. Cada día la sociedad va evolucionando, avanzando, pero dedicarse a este mundo es más difícil para la mujer que para el hombre, que te reconozcan tu labor, que seas buena o que puedas hacer lo mismo que cualquiera de ellos, tanto dentro de la Escuela como fuera. Por ejemplo, cuando empecé en la escuela el papel de la mujer se limitaba a un número que se llama 'Fantasía a Caballo' en el que el jinete sale solo, entonces salía yo sola con mi caballo. Las mujeres no podían salir en otros números por el simple hecho de ser mujer. Con el paso de los años he abierto camino porque puedo hacer más cosas, no tienen por qué limitarte a un sólo número por ser mujer. Se ha ido normalizando y tengo cabida en diferentes números de la Escuela como cualquier compañero mío. Si tenemos las mismas habilidades, no veo lógico que sólo lo hagan los hombres.
- Lo quiera o no es un ejemplo. ¿Qué diría a aquellas mujeres que barajan dedicarse al mundo del caballo?
- Si es lo que quieren y lo que sueñan, que luchen por ello. Las mujeres pueden realizar este trabajo igual que cualquier hombre. En Andalucía, por la cultura sobre todo, el hombre se dedicaba al tema del ganado, del caballo y demás. Con el paso del tiempo y la incorporación del deporte todo ha ido evolucionando. Así que les digo que luchen y se rodeen de las personas que les pueden ayudar para que su aprendizaje sea lo más completo posible y poder desempeñar su función de jinete en cualquier lugar.
- ¿Y qué han de hacer con quienes las desaniman?
- Cada uno tiene su opinión. A mí también me han dicho ese tipo de comentarios: tú no vales, eres mujer y no puedes estar. No tienen que escuchar esos comentarios. Tenemos que estar por encima, no pueden dejar que les afecte.
- ¿Qué le llena más y por qué: competir o la docencia, dar clase?
- Me llena más la competición. Evidentemente, he tenido la suerte de formar a muchos alumnos, sigo haciéndolo y me gusta, aunque quizá me veo más en la competición y en el trabajo del día a día. Lo que más me gusta es el 'feeling', la compenetración con mi caballo es lo que más me llena.
- ¿Cuál ha sido el peor y el mejor momento de su carrera?
- El mejor es un recuerdo muy bonito el Sicab 2016 montando a Fenol un caballo de la Yeguada Militar cuando ganamos el Gran Premio, el campeonato del mundo de compa Ancce y el campeonato de pura raza español. Ganar ese año fue para mí una sorpresa. Y el peor... (silencio).
- ¿En qué momento se encuentra ahora mismo?
Creo que en el peor.
- ¿A qué se dedicaría que no fuera al mundo del caballo?
- A los caballos (risas). No sé, nunca lo he pensado. Siempre lo he tenido muy claro. No sabría qué hacer si no fuese con los caballos.
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