Ángel Boza, a la cárcel por un robo"con violencia"
La Manada
El miembro de La Manada permanecerá en prisión de forma provisional, comunicada y sin fianza.
El TSJA desmiente que el joven condujera sin permiso cuando intentó arrollar a dos vigilantes.
Ángel Boza, el miembro de la Manada detenido el miércoles por el presunto robo de unas gafas de sol y la agresión a dos guardias de seguridad, no podrá seguir disfrutando de su libertad condicional. Así lo decidió a última hora de este jueves el juez de Instrucción número 16 de Sevilla, Juan Gutiérrez Casillas, quien decretó su ingreso en prisión por cometer un robo con violencia. Permanecerá en la cárcel de forma provisional, comunicada y sin fianza. Por el momento la causa se instruye por este único delito. Sobre Boza, al igual que al resto de integrantes del mencionado grupo, pesa una condena de nueve años de prisión por abuso sexual a una joven en los Sanfermines de 2016. Su arresto e ingreso en prisión han sido comunicados a la Audiencia de Navarra, instancia que decretó su puesta en libertad junto al resto de sevillanos que cometieron el abuso sexual hace dos años.
Este miembro de la Manada intentó desmentir desde un primer momento la agresión contra los vigilantes del centro comercial donde supuestamente sustrajo las gafas. Por tal motivo, aseguró ante los policías que lo detuvieron que fue uno de los guardias de seguridad el que atacó el coche que conducía. Tales declaraciones quedaron recogidas en el atestado que elaboraron los agentes. Durante su estancia en la comisaría de Blas Infante, donde permaneció desde la noche del miércoles a la tarde de este jueves, Boza se acogió a su derecho a no declarar. Posteriormente pasó a disposición del juzgado de Instrucción número 16, donde prestó declaración ante el magistrado Juan Gutiérrez Casillas.
El atestado recoge que este miembro de la Manada, al que el resto de integrantes del grupo apodaban como "el aspirante", se interesó la tarde del miércoles por unas gafas de sol, valoradas en 200 euros, que estaban colocadas en el expositor de un centro comercial. Por tal motivo, le preguntó por ellas a un dependiente. Boza aprovechó un descuido del empleado para quitarle la alarma a las gafas y cambiarlas por las que llevaba encima en ese momento. Al instante, desapareció y se dirigió al aparcamiento subterráneo.
El vendedor se dio cuenta del cambio, por lo que avisó a los vigilantes de seguridad que intentaron interceptar al joven en el párking, momento en el cual éste arremetió contra ellos con el coche que conducía, un Opel Vectra azul. Uno de estos agentes resultó herido leve, mientras el otro logró esquivarlo.
Tras ser alertada la Policía Local, un grupo de agentes (pertenecientes al Grupo Giralda y vestidos de paisano) le dio el alto al miembro de la Manada cuando se encontraba en los Jardines de Murillo. En ese momento Boza llevaba puestas las gafas de sol que supuestamente había robado. Al ver que los agentes se dirigían hacia él, las guardó en la guantera del vehículo. Acto seguido le preguntó a los policías si le habían dado el alto a raíz de que "un vigilante atacara a su coche". Con tal afirmación, el joven se defendía de la versión que los guardias de seguridad aportaron en un primer momento, según la cual, fue Boza quien agredió con su coche a los vigilantes.
El letrado del joven, Agustín Martínez, aseguró a primera hora de este jueves que el arresto no afectaría a la libertad condicional de la que disfrutaba su defendido, ya que la reincidencia ha de estar relacionada con los delitos por lo que está condenado. En este punto, Martínez recordó que los motivos que llevarían a quebrantar el régimen en el que se encontraba hasta este jueves Boza son el riesgo de fuga, la destrucción de pruebas o cometer algún acto de abuso sexual.
Fuentes jurídicas consultadas por este periódico indicaron que la sustracción de unas gafas de sol no conllevan, en principio, al ingreso en prisión, aunque tal circunstancia se agrava si se comprueba que el arrestado empleó la violencia durante el robo, delito por el que finalmente Boza ha sido enviado a prisión provisional, comunicada y sin fianza. El temor de Boza a volver a la cárcel explica que desde un principio alegara que fueron los vigilantes los que atacaron su vehículo.
Por otro lado, y en contra de lo que se dijo en un primer momento, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) desmintió este jueves que este miembro de La Manada se encontraba con el carné retirado cuando se produjo la detención del miércoles.
El Alto Tribunal andaluz recordó que a Boza se le sancionó en dos ocasiones con la retirada del permiso por conducir bajo los efectos del alcohol y rebasar la tasa máxima permitida. La primera vez fue en 2014, cuando se le condenó -por una falta de desobediencia y un delito contra la seguridad vial- a 32 días de trabajo en beneficio de la comunidad y se le privó ocho meses del derecho a conducir. La segunda condena llegó en 2016, por un delito contra la seguridad del tráfico (por conducir bajo los efectos del alcohol) y otro contra la seguridad vial (por rebasar a gran velocidad un semáforo en rojo cuando iba al mando de una motocicleta). El TSJA afirmó este jueves que "hace pocos días" recogió "personalmente" su permiso tras vencer el periodo en los que estuvo privado de conducir.
Ésta es la segunda vez que un integrante de la Manada ha de enfrentarse a la Justicia desde que les fuera otorgada la libertad condicional. A los pocos días de regresar a Sevilla, Antonio Manuel Guerrero, el guardia civil del grupo, estuvo en el punto de mira por intentar renovar el pasaporte, pese a tenerlo expresamente prohibido debido al régimen en el que se encontraba. La Audiencia de Navarra desestimó su reingreso en prisión, al considerar que este sevillano no había intentado quebrantar la medida cautelar. Esta decisión fue recurrida por la acusación particular que representa a la víctima del abuso sexual cometido en los Sanfermines de 2016.
Sustrajeron nueve pares de gafas en San Sebastián hace dos años
No es la primera vez que Ángel Boza se ve envuelto en un delito relacionado con el robo de gafas de sol. En julio de 2016, un día antes del abuso sexual cometido por los miembros de La Manada en Pamplona, durante las fiestas de San Fermín, los integrantes de este grupo se apropiaron de nueve pares de gafas de un comercio de la capital donostiarra. Estos hechos fueron puestos en conocimiento del juez de Instrucción número 4 de Pamplona, que se hizo cargo del abuso sexual cometido en la capital navarra. En el atestado remitido por la Policía Foral se hacía referencia a los mensajes enviados el 5 de julio por Boza, en los que relataba la sustracción de tales artículos. Según trascendió de aquella investigación, los jóvenes sevillanos, una vez que se habían apropiado de diversos ejemplares de gafas de sol, los revendían y con el dinero obtenido se pagaban los viajes y fiestas que organizaban.
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