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Brummer, el narco que vivía en una caravana

Seguimientos y registros paralelos en Torremolinos y Holanda, así fue la operación para cazar al hombre de confianza de Robert Dawes, el mayor traficante de Europa.

Brummer, el narco que vivía en una caravana
Celina Clavijo Málaga

04 de julio 2016 - 05:04

Su nombre no estaba registrado en ningún hotel, tampoco en el piso franco de Torremolinos en el que se refugiaba para gestionar operaciones de narcotráfico a gran escala. Emiel Brummer era la mano derecha del británico Robert Dawes, detenido a finales de 2015 en una mansión de Benalmádena y considerado por la Agencia contra el Crimen organizado del Reino Unido el jefe de la organización más poderosa y peligrosa de su país. Residía en una roulotte en Holanda con ciertas medidas de seguridad. Sobre él pesaba una Orden Europea de Detención (OEDE) que había sido dictada por las autoridades judiciales holandesas y ya ha ingresado en prisión.

El Grupo de Drogas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil considera que el éxito estriba en haber logrado la implicación de ese Gobierno, que según esta unidad, no concibe el narcotráfico como un grave problema criminal. "Nunca abre una operación de tráfico de drogas porque para ellos no es una prioridad. Conseguimos que se pincharan teléfonos, se hicieran seguimientos de Brummer con su entorno. Sabíamos que iba a darle novedades al jefe", explica un portavoz.

La red estaba estructurada de forma jerarquizada y piramidal, con ramificaciones en numerosos países. Se servía de contenedores vía marítima, aeronaves comerciales y embarcaciones recreativas para el envío de estupefacientes. La desorbitada cantidad de mercancía, a veces plátanos, que importaba le impedía contar con compradores suficientes. Utilizaba empresas falsas, dobladas y reales en las que los miembros hacían de mediadores para importar los productos y que el coste fuera menor. Los integrantes eran capaces de introducir la droga en cualquier momento. Para comunicarse, empleaban teléfonos y mensajes encriptados, lo que dificultaba su control.

Las autoridades españolas y holandesas averiguaron las conexiones que Brummer tenía con el narcotráfico en Holanda vinculadas a la banda motera Satudara. "Estas organizaciones del norte de Europa son muy problemáticas a la hora de investigar. Se encargan de sacar la mercancía en los puertos y ofrecen seguridad en las redes", indicaron desde la UCO. Los investigadores determinaron también que el grupo capitaneado por Dawes podría estar implicado en el homicidio de al menos 15 personas en tres últimos años. "Cada vez que le llamaba, Brummer venía en avión a España y se reunían en la calle, el lugar más seguro. A veces se quedaba en el piso de Torremolinos y, otras, se volvía. Cuando detuvimos a su jefe, dejamos una parte activa en Holanda, descabezamos al tipo. Sabíamos que seguiría con otros clientes", detallaron desde la UCO.

La operación, coordinada por Europol, que considera la red como una de las diez más importantes de Europa, se desarrolló junto con la Policía de Holanda. Los efectivos llevaron a cabo de forma simultánea la detención de Brummer con la de otros miembros en ese país. "Eran las 6 de la mañana. Utilizamos grupos de seguridad para la entrada. La actuación fue muy tranquila, con muchas horas de espera", señalaron. Ambas actuaciones sumaron 15 registros domiciliarios en los que se intervinieron más de 6 kilos de cocaína, varias armas de fuego, 500.000 euros, diamantes, vehículos de alta gama y 150 teléfonos encriptados, además de cuentas y propiedades. En Málaga, los investigadores continúan investigando para evitar que el emporio creado por Dawes vuelva a ver la luz.

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