Impulsa: La nueva batalla contra el fracaso escolar se librará en la Andalucía marginal
Educación
Educación quiere implicar a alumnos, profesores y familias en el plan de choque
La Junta diseña tres grandes líneas de actuación dentro y fuera del aula
Impulsa. Así se llama el nuevo intento del Gobierno andaluz por reducir las tasas de fracaso y abandono escolar en la comunidad autónoma. Se trata del programa que se pondrá en marcha este curso y que se desarrollará en colegios e institutos de zonas socialmente desfavorecidas. Supone la implicación del alumnado, el equipo docente y las familias de los centros que lo acojan con el objetivo de aumentar la calidad de la enseñanza pública andaluza.
Si en algo coinciden el consejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda, y los sindicatos y asociaciones de padres que cuestionan las medidas educativas puestas en marcha el último año es que la enseñanza andaluza se encuentra en “estado de emergencia”. Dicha frase fue usada por Imbroda en un Foro Joly a los pocos meses de acceder al cargo. Una expresión que volvieron a utilizar los representantes de la plataforma Marea Verde la semana pasada, cuando convocaron la primera de las movilizaciones previstas este curso.
Gobierno, familias y sindicatos no están de acuerdo con la situación de la educación pública andaluza, en manos durante cuatro décadas de Ejecutivos socialistas. Las tasas de fracaso y abandono escolar así lo demuestran. Como también lo constatan los resultados del último informe PISA, donde Andalucía no logra abandonar el vagón de cola. Cuestión distinta son los planes para combatir estos datos. Ahí es donde surge el enfrentamiento.
Desde que Imbroda (doctor en Educación) se hizo con esta consejería no han faltado programas para sacar a Andalucía de los últimos puestos en la enseñanza europea. Una excelente intención que no se ha visto reflejada en la escasa acogida que han logrado las propuestas. Sirva de ejemplo el plan de refuerzo estival, rechazado por sindicatos y AMPA desde un principio, al alegar “falta de consenso”.
Estos tropiezos, sin embargo, no han supuesto ningún óbice para que el titular de Educación anuncie un nuevo programa que, bajo el nombre de Impulsa, pretende combatir el fracaso y el abandono escolar, cuyas tasas en Andalucía ha vuelto a calificar de “intolerables”.
El plan se pondrá en marcha este mismo curso e irá dirigido a alumnos del tercer ciclo de Primaria (quinto y sexto curso) y de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) matriculados en centros ubicados en zonas necesitadas de transformación social. Se pretende, así, que la educación cumpla con una de sus funciones principales: servir de elevador social con independencia de las circunstancias en las que se ha criado un menor.
De ahí que sus objetivos fundamentales sean implantar medidas que contribuyan a la permanencia del alumnado en el sistema educativo, la aplicación de metodologías activas y participativas que favorezcan el cambio en las prácticas docentes y el desarrollo de competencias clave en los estudiantes. Por tanto, Impulsa busca la motivación de los alumnos y de los docentes, con la implicación de las familias.
Para alcanzar estos retos, Impulsa se estructura en tres líneas de trabajo. La primera es formativa y va dirigida a los maestros y profesores que desarrollarán el nuevo programa, que habrán de recibir previamente un curso semi-presencial centrado en la estrategia para la inclusión y cohesión social y en la manera de ofrecer una respuesta adecuada, a través de la educación, en entornos desfavorecidos.
Una vez formado el equipo docente, la segunda línea de trabajo consistirá en que los centros que participen en el programa Impulsa elaboren proyectos que contengan medidas innovadoras específicas, las cuales han de contribuir al éxito educativo y prevenir el abandono escolar. Tales acciones se pondrán en marcha en horario lectivo o extraescolar.
"Experiencias motivadoras"
La tercera línea de trabajo se puede llevar a cabo fuera de las instalaciones educativas y supone la puesta en práctica de la mejora de la competencias clave y la educación en valores que los alumnos han adquirido en clase. Para ello, se proponen “experiencias motivadoras” como la organización de semanas culturales, campamentos de inmersión lingüística, robótica, astronomía, artísticas, creatividad y emprendimiento, salidas culturales o actividades medioambientales, entre otras propuestas. La intención última es estimular el interés por la educación.
Estas propuestas han de complementarse con actividades deportivas, de convivencia, cooperación e igualdad, para favorecer la permanencia en los centros y el desarrollo personal.
El programa Impulsa estará integrado, al igual que el de refuerzo estival, en el Plan Anual de Refuerzo Educativo. El hecho de que vaya dirigido a los estudiantes de los últimos cursos de Primaria y a los de la ESO no es baladí, ya que es en el tránsito entre las dos etapas obligatorias cuando se produce un retroceso en los resultados académicos.
Así lo refleja el último informe PISA, donde los andaluces sacan malos datos en Matemáticas, una asignatura que se le atraganta, especialmente, a los alumnos de los institutos. Es intención de la actual consejería de Educación de que Infantil, Primaria y ESO se unan en un mismo centro, una iniciativa que ya ha recibido el rechazo de sindicatos y AMPA por dos motivos: por la falta de medios e infraestructuras para llevarla a cabo y por la pérdida de empleos docentes que supondría. La continuidad formativa en una misma instalación es algo habitual en la enseñanza privada y concertada, en la que Imbroda se ha basado en muchas ocasiones para plantear las mejoras en la pública.
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