El Gobierno marroquí, dispuesto a colaborar en la identificación de los menores no acompañados
Juanma Moreno coincide con Marruecos en que la Unión Europea debe financiar más la lucha contra la inmigración en el Estrecho y la cooperación con el país vecino
El Gobierno de Marruecos va a mejorar su colaboración con España, y con la Junta de Andalucía en concreto, para identificar a los menores no acompañados que llegan en las pateras (Menas), así como en su posterior devolución al país vecino. Sin embargo, tanto el titular de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, como el presidente andaluz, Juanma Moreno, han destacado las dificultades legales que hay en España para estas devoluciones. Moreno ha explicado que las autoridades marroquíes ya han enviado misiones a Madrid, como antes a Francia, para estas devoluciones, pero se han de realizarse con un alto nivel de garantía.
Juanma Moreno desarrolla este martes en Marruecos la agenda más política de su viaje de tres días al reino alauí. Su reunión con el ministro de Exteriores se preveía de 40 minutos, pero ha durado cerca de una hora y media. La opinión del presidente de la Junta coincide con la del Gobierno marroquí: la nueva Comisión Europea debe destinar más fondos, tanto al control de la inmigración en ambos lados del Estrecho, como a la cooperación internacional para ayudar a desarrollar al país vecino. Ésta es una queja constante de Marruecos, que ahora ha hecho suya Moreno.
La postura de Juanma Moreno es que la franja entre Andalucía y Marruecos se debe considerar un territorio transfronterizo, tal como ocurre con las fronteras europeas situadas al este. Uno de los problemas que acarrea la inmigración en Andalucía es el de los menores no acompañados. En estos momentos, hay unos 9.000 jóvenes atendidos en centros de acogida de la comunidad, lo que conlleva un importante gasto para la Junta como problemas de otra índole. Del total de estos menas, el 75% proceden de Marruecos y un 73% de ellos solicita la baja voluntaria para seguir su periplo por otros países de la Unión Europea.
La consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, que acompaña a Moreno en este viaje y que también se ha reunido con el titular de Exteriores, ha explicado que ahora se contratarán a 1.200 personas para atender otra posible oleada con motivo del buen tiempo. Lo que ha quedado claro en estas reuniones es que el Gobierno marroquí quiere traerlos, identificarlos y devolveros a sus casas, pero eso conlleva tantos problemas legales que reducirá al mínimo esta acción. Como ha recordado Moreno en la sede de Exteriores, también hay ONG que se oponen a las devoluciones por considerarlas ilegales.
En España, son las comunidades autónomas las que se deben hacer cargo de los menores de edad que cruzan las fronteras. El verano pasado, el Gobierno andaluz tuvo que forzar una reunión de todas las comunidades para repartir el coste del mantenimiento.
Juanma Moreno, no obstante, ha agradecido el "extraordinario esfuerzo" que realiza el Gobierno de Marruecos para controlar el flujo migratorio que le llega de otros países del norte africano. Antes de reunirse con el de Exteriores, también ha estado con ministro en funciones de Interior, Nounedinne Boutyed. El titular padece una enfermedad y hace meses que no está activo. De estos encuentros, el presidente de la Junta ha extraído una conclusión que es cierta: no hay dos países fronterizos que tenga una relación tan fructífera como las que mantienen España en Marruecos en asuntos relacionados con la inmigración ilegal, el tráfico ilícito y el terrorismo. A diferencia de lo que ha ocurrido con Francia, con la que se ha deteriorado la relación con sus servicios de inteligencia, el flujo de información entre los vecinos funciona bastante bien.
Moreno ha explicado que Marruecos "no es sólo un país de paso" para los flujos migratorios, también es un país donde muchos se quedan. Recientemente, se han regularizado 50.000 personas de otros países africanos. El ministro en funciones de Interior le ha explicado que, al año, gasta 20 millones de euros en trasladar a inmigrantes subsaharianos desde el norte del país hasta el sur, donde son expulsados.
España y Marruecos viven en estos momentos unas nueva Luna de miel en sus complicadas, pero necesarias, relaciones. Los Reyes estuvieron en febrero; Pedro Sánchez también, así como el ministro de Exteriores, José Borrell. La visita de Moreno no es sólo un viaje de una autoridad andaluza, tiene cierto componente de Estado y eso se nota tanto en la agenda, como en la presencia constante del embajador español en todas las citas. "El nivel de complicidad es absoluta", ha llegado a decir.
"Las autoridades europeas deben girar en su política hacia la frontera sur, hacia el Estrecho de Gibraltar y hacia Marruecos, y Andalucía va a ejercer su voz en la medida de que somos una de las comunidades más pobladas de la Unión Europea. Son necesarias más cooperación hacia el desarrollo y una mejora de los recursos con lo que ambos países intentan frenar estos flujos migratorios", ha indicado Moreno, que ha explicado cómo el país vecino nota la presión "de todo un continente".
El viaje de Moreno se ha preparado junto con la Embajada española. El programa se ha visto completado este martes con dos entrevistas que no se habían programado. Una con el ministro adjunto para las Relaciones con Marroquíes en el Exterior y otra con el titular de Cultura.
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