Juanma Moreno insiste en que el agua del trasvase servirá a los nuevos regantes
El socialista Juan Espadas acusa al presidente de "mentir a la provincia de Huelva", porque el agua del trasvase sólo podrán utilizarla regantes actuales de Almonte y Rociana
El presidente de la Junta afea a la parlamentaria que arrojó arena sobre su escaño que practique "la política show"
Cuando el Parlamento andaluz termine de aprobar la nueva ley de regadíos cercanos a Doñana, cada agricultor beneficiado -aún no se saben cuántos serán- obtendrá una licencia de sus suelos como aptos para regar. SAR, en sus iniciales en los mapas de ordenación del territorio. ¿Con qué agua lo harán si la ley le impide, de modo taxativo, pinchar el acuífero?
Esta es la pregunta que el líder socialista, Juan Espadas, ha hecho este jueves al presidente de la Junta, Juanma Moreno, en la sesión del control. Ésa es la cuestión sustancial del debate de estos días, la piedra de bóveda del conflicto. Juanma Moreno ha contestado que provendrá del trasvase de la demarcación de los ríos Odiel, Tinto y Piedra hacia a la comarca del Condado, también en Huelva, pero dentro de la cuenca del Guadalquivir. La ley que regula ese trasvase, del 5 de diciembre de 2018, es taxativa: sólo se autoriza para liberar el acuífero de Doñana de extracciones existentes, de modo que los actuales regantes vayan cerrando pozos y rieguen por superficie.
"Vamos a sacar el agua -dijo Juanma Moreno- de un proyecto que tiene cinco años, de la ley del trasvase y el túnel de San Silvestre. Le pido que le diga a su Gobierno, el de Pedro Sánchez, que lleve agua en superficie en vez utilizar el subsuelo". El presidente de la Junta sostiene que hay margen, porque hay obras pendientes, pero un trasvase es un asunto de partes, también de la cuenca excedentaria, en este caso la de los tres ríos onubenses, y esta demarcación está declarada en estos momentos zona de sequía, con una reducción para los riegos del 30%.
El margen, por tanto, estará en el futuro. Al Gobierno andaluz y a los afectados le vale con eso, con un futurible como que la presa de Alcolea, paralizada por una contaminación por metales pesados, se termine de construir. Por eso, Espadas sostiene que Moreno "engaña a la provincia de Huelva" y el presidente, que trata de resolver un problema que ha heredado de gobiernos socialistas.
Este jueves ha sido un día de resaca en el Parlamento andaluz sobre la reforma legislativa de Doñana que permitirá legalizar unas 800 hectáreas de regadío. Juanma Moreno ha respondido esta mañana a la diputada que el día anterior arrojó arena sobre su escaño. Lo ha hecho, dirigiéndose al portavoz de su grupo, Adelante Andalucía, José Ignacio García. "Qué performance, qué política show, yo soy más de la política seria", le dijo Moreno a García, a lo que éste contestó: "Le preocupa más que se ensucie su mesa a que se seque Doñana".
El debate sobre Doñana alcanzó el miércoles algunos niveles de tensión nunca vistos en esta legislatura. La parlamentaria de Adelante Maribel Mora fue quien arrojó arena en el escaño vacío de Juanma Moreno, pero este jueves el cara a cara más dura ha sido el protagonizado por el presidente de la Junta y el socialista Juan Espadas. Moreno ha acusado a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, de querer imponer su voluntad a una autonomía "desde una azotea del Paseo de la Castellana de Madrid".
El PP andaluz es consciente que, fuera de Huelva, pero en especial en el resto de España y en Europa, la regularización de estas hectáreas es impopular. Como Juan Espadas ha relatado en el pleno, el periódico The Washigton Post lleva hoy esta polémica en sus páginas, y es que el ámbito de proyección del espacio natural de Doñana excede lo puramente español. Pero los populares argumentan que, a pesar de la polémica general, se habían comprometido con los agricultores que se quedaron fuera de una regularización anterior, la de 2014, la incluida en el plan de la Corona Forestal de Doñana.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entró el miércoles en esta polémica. Desde un mitin en la provincia de Burgos, aseguró que "Doñana no se tocará, porque es patrimonio de todos". Lo que ha sostenido Moreno en el debate es que "nadie tiene el objetivo de dañar al parque, lo que pido es que dejen la calculadora electoral y dejar de estar, todo el día, con las luces cortas". El presidente de la Junta se ha quejado, en varias ocasiones, de que el Gobierno central lo trata con altanería, y ha defendido con cierta insistencia que "desde el Paseo de la Castellana", en referencia a Madrid, no se puede "pisotear" el autonomismo.
El socialista Juan Espadas ha afeado a Juanma Moreno que no asistiese al debate de los regadíos de Doñana, y que sí se incorporase a la votación final, cuando también se aprobó la Ley del Flamenco y el presidente se fotografió con varios artistas. Espadas explicó a Moreno lo ya sabido: que el agua del trasvase de la cuenca del Odiel, Piedras y Tinto no podrá ser utilizada por los nuevos regantes que, en estos momentos, carecen de autorización. Espadas fue claro al preguntar: "Señor Moreno, ¿de dónde saldrá el agua de superficie que promete a los agricultores?"
"Vamos a sacar el agua -dijo Juanma Moreno- de un proyecto que tiene cinco años, de la ley del trasvase y el túnel de San Silvestre. Le pido que le diga a su Gobierno, el de Pedro Sánchez, que lleve agua en superficie en vez utilizar el subsuelo". El socialista calificó esto de "mentira", porque ese trasvase, de 19,9 hectómetros cúbicos, ya está distribuida, por la misma ley. De los 19,9 hectómetros cúbicos, 15 se destinarán a agricultores legales de Almonte y Rociana, y otros cinco a abastecimiento urbano.
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