El PSOE andaluz fía al Supremo el alivio de las penas de los ERE
Juan Cornejo confía en que los recursos en el Alto Tribunal “pongan las cosas en su sitio” y permitan a los socialistas levantar el vuelo como oposición
El respeto a la sentencia de la pieza política de los ERE es común denominador de todas las reacciones de dirigentes del PSOE andaluz tras el fallo de la Audiencia de Sevilla. La condena a los dos ex presidentes de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, fue el broche a 2019, el año que los socialistas perdieron la Junta. El mismo día que se conoció la resolución del magistrado Juan Antonio Calle Peña, el número dos de Susana Díaz, Juan Cornejo, recordó que la sentencia era recurrible al Supremo. En una reciente entrevista con Europa Press, el secretario de Organización del PSOE andaluz confía en que el Alto Tribunal “ponga las cosas en su sitio”.
No es la primera vez que en la cúpula de San Vicente se encomiendan a la revisión del Supremo para aliviar la carga de una sentencia que ha apagado la labor de oposición de un partido que anda inmerso en su adaptación a ese papel. Tras la sesión de control al Gobierno que sucedió a la publicación del fallo, dirigentes socialistas reconocieron que en el PSOE andaluz hay esperanza a que el Alto Tribunal enmiende a la Audiencia de Sevilla. Hay quien, en las filas socialistas, defiende en privado la importancia de que el caso ERE, por su relevancia, sea revisado por una instancia superior al tribunal sevillano. Cabe recordar que , durante la instrucción, el Supremo no vio malversación en el papel de Griñán en el entramado que giró, sobre todo, alrededor de la Consejería de Empleo.
La dureza de la condena –reconocida ahora por Juan Cornejo en la entrevista– ha entorpecido al PSOE realizar su labor de oposición, pero también impide a los socialistas sacar pecho de 37 años de gestión ensombrecidos por el fallo de los ERE. No obstante, en San Vicente aseguran que han detectado “orgullo de partido” en las sedes locales y tienen por objetivo reivindicar los logros de su paso por la Junta en el año que acaba de empezar.
La duda está en saber si la inminente resolución de la investidura –que mantiene congelada la vida orgánica del PSOE desde hace meses– reavivará el debate en el socialismo andaluz, tanto en su propio seno como en su relación con Ferraz. Los mensajes de las últimas semanas son de unidad en torno a Susana Díaz, incluso cuando desde el Gobierno andaluz –y la oposición– se ha pedido su dimisión por su papel en la gestión de la Junta durante el proceso judicial de los ERE.
Al respecto, Cornejo critica que el Ejecutivo de Juanma Moreno haga “oposición a la oposición” al pedir la renuncia de la líder de los socialistas andaluces por este caso. El dirigente socialista no entiende el PP y Ciudadanos “tienen la vergüenza de, mientras han perdido todas las elecciones que se han celebrado en el último año, y han sido muchas, decirle a quien gana que se tiene que ir”.
Sobre el caso de los ERE, Cornejo reconoce que llevan muchos años conviviendo con el asunto y que lo primero fue pedir disculpas porque ocurrió con gobiernos socialistas, “pero con el tiempo nos hemos comenzado a dar cuenta de que muchos reconocen que fueron medidas de ayudas sociolaborales necesarias”. Recuerda que la situación que vivió Andalucía a final de los años 90 fue “conflictiva, de quiebra y cierres de empresas” y que el Gobierno tenía que dar soluciones. En ese contexto, el dirigente del PSOE defiende que la idea de conceder ayudas sociolaborales a trabajadores y empresas fue buena, “tanto que hoy día hay cerca de 7.000 familias que tienen un prejubilado que sigue cobrando, fue una solución vital”.
No obstante, asume que “hubo quien no hizo el uso que había que hacer de las ayudas o quien promovió intrusos, y esto es inadmisible, denunciable y que caiga todo el peso de la ley sobre quien lo haya hecho” pero, ha apuntado, “de ahí a que hubiera una organización diseñada con conocimiento no había nada”. Por eso, está “totalmente” convencido de que Manuel Chaves y José Antonio Griñán, así como consejeros como Carmen Martínez Aguayo, “ni conocían ni tenían nada que ver con ninguna irregularidad”.
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