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El Parlamento vuelve a rechazar a Susana Díaz sin un consenso cercano

Habrá otro Pleno el próximo jueves, pero tampoco se logrará el acuerdo El PP se dispone a favorecer el pase si después de las municipales se respetan sus listas más votadas

El Parlamento vuelve a rechazar a Susana Díaz sin un consenso cercano
Juan M. Marqués Perales Sevilla

08 de mayo 2015 - 11:18

El Parlamento andaluz necesitó menos de media hora para una votación de puro trámite, aunque su objeto fuera algo tan trascendental como dotar a Andalucía de una presidenta. Todos los grupos de la oposición volvieron a votar ayer no en la investidura de Susana Díaz, que sólo consiguió los 47 síes de los socialistas por 62 noes de PP, Podemos, Ciudadanos e IU. En la Cámara andaluza no hay acuerdo ni nada que se le parezca, la agenda de las elecciones municipales ha caído como una losa sobre las pretensiones de Susana Díaz, quien en contra de su vaticinio deberá esperar, al menos, hasta el 24 de mayo, cuando se elijan los ayuntamientos. Aun así, el presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, ha convocado otro Pleno para el próximo jueves 14 de mayo, pero salvo gran sorpresa tampoco habrá fumata blanca. Estas votaciones se celebran sin que le antecedan discursos, de tal modo que bastó con esa media hora, los partidos hicieron las maletas y se lanzaron a la carrera de las municipales. El adelanto electoral del 22 de marzo ha perdido su especificidad y el Parlamento andaluz entrará en las negociaciones del tablero común con el resto de ayuntamientos y de comunidades autónomas del país.

Prueba de este desencuentro fue la protesta del PP por la convocatoria del siguiente Pleno, el del próximo jueves. Los populares mantiene que Juan Pablo Durán debía de haber consultado a la junta de portavoces aunque sea una atribución del presidente de la Cámara, y como ejemplo de ello recordaron que así ocurrió durante la legislatura de la pinza, cuando Manuel Chaves fue elegido en tercera votación.

Los ánimos están encendidos en el PSOE, sus negociadores se sienten frustrados después de haber ofrecido a Podemos y a Ciudadanos las salidas de los ex presidentes Chaves y Griñán y tras los guiños y gestos que la presidenta les hizo durante su discurso de investidura. Frustrados también porque el PP, para comenzar a hablar, les ha planteado negociar sobre una interminable lista de casi 150 propuestas. Sin embargo, en la oposición se opina justo lo contrario, que la "prepotencia" del PSOE le impide encajar cómo se reparten las fuerzas en la Cámara. De momento, esto es un debate de sordos que vendrá a solventar las elecciones municipales. Susana Díaz declaró ayer que Andalucía debe comenzar a funcionar, que la "gente" se lo pide por la calle, pero la oposición no encuentra motivos para el acuerdo. A la salida del Pleno, manifestó que los sucedido le parecía "surrealista". "Esto comienza a rozar el ridículo", añadió visiblemente enojada.

Sin embargo, la oposición la culpa de la situación de "inestabilidad", según indicó el líder del PP Juan Manuel Moreno. "¿Por qué razón -siguió- nadie cree a la señora Díaz? ¿Qué ha pasado para que no sea creíble para cuatro fuerzas políticas y para 62 diputados? Ahí está el problema y sólo ella puede resolverlo pero para ello tendrá que ganar en credibilidad y tendrá que cambiar sus políticas". Teresa Rodríguez, de Podemos, acusó a los socialistas de "bipolares", porque un día quieren negociar y al siguiente, lo contrario, aunque al negociador Juan Cornejo no se le ponen al teléfono en la formación de Pablo Iglesias desde el lunes pasado.

El PP de Juan Manuel Moreno Bonilla se presenta ahora como la opción más probable para llegar a un acuerdo, la abstención de sus 33 parlamentarios le valdría a la presidenta para ser elegida, pero el precio va a ser alto. Moreno necesita argumentos para convencer a sus diputados, a sus bases y a sus electores, para quienes el PSOE es poco menos que el diablo después de 32 años de Gobierno en Andalucía. La condición indispensable, según fuentes del PP, es que el PSOE respete la lista más votada en las principales ciudades de Andalucía; es decir, que los socialistas no se alíen con otras fuerzas para echar a los alcaldes populares que no consigan la mayoría absoluta. Los sondeos parecen indicar que esa condición será la más probable, muchos alcaldes populares van a quedarse en minorías mayoritarias, de tal modo que Moreno pedirá un trato similar en los ayuntamientos a los que el PSOE reclama para el Parlamento.

Pero no sólo eso, el PP quiere una reforma fiscal parecida a la anunciada por Susana Díaz, pero que incluya la desaparición progresiva del impuesto de donaciones y sucesiones, y alguna medida de transparencia que pase por dotar al Parlamento de mayor autonomía para convocar a los consejeros o para facilitar las comisiones de investigación. En su discurso, la presidenta ofreció un descenso del IRPF de entre 2 y 3,5 puntos para las clases medias, pero el PP quiere que afecte a todas las rentas, aunque en menor medida a las mayores. Fuentes socialistas, sin embargo, sostienen que no habrá "cambalache" de ayuntamientos por la abstención en el Parlamento e, incluso, algunos de sus dirigentes comienza a ser partidario de ir a unas segundas elecciones si no es posible un acuerdo satisfactorio. De ser así, se celebrarían en septiembre.

Los socialistas y Ciudadanos no han roto todas las conversaciones. Después de que su líder, Albert Rivera, impusiese como condición la dimisión inmediata de Manuel Chaves y se deshiciese el principio de acuerdo, han seguido hablando sobre asuntos económicos. En el PSOE mantienen que Ciudadanos podrá abstenerse finalmente, pero una vez que hayan pasado las municipales, cuando Rivera sí tendrá que posicionarse sobre pactos en todo el país.

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