Zumo de limón y mucha paciencia
EL MÉDICO DE FAMILIA
Hace años se pensaba que enfermedades como las úlceras de estómago y las depresiones eran propias del otoño, pero nunca hubo pruebas concluyentes. “A lo largo de la historia se ha intentado relacionar determinadas patologías con cada una de las estaciones pero nunca se consiguió llegar a un acuerdo”, comenta el doctor Manuel Lubián, presidente de la sociedad andaluza de médicos de familia y comunitaria. Sin embargo, cada otoño, junto a las alergias propias de la época, aparecen las primeras infecciones respiratorias víricas, comúnmente conocidas como resfriados. Éstos no son tan fuertes como la gripe, pero no responden a antibióticos y, de hecho, “los medicamentos son contraproducentes, sólo es aconsejable tomar algún paracetamol”, indica el doctor, que pasa consulta en un centro de salud de San Fernando, Cádiz. El único remedio es casero: zumo de limón, tomar líquidos calientes y mucha paciencia. El doctor asegura que la vitamina C es muy buena para los resfriados, al igual que hacer gárgaras con zumo de limón y evitar la concentración de calor en las casas, ya que los cambios de temperaturas cuando se sale a la calle pueden ser muy perjudiciales. Al mismo tiempo, Manuel Lubián aconseja vacunarse de la gripe, especialmente aquellas personas con asma, mayores de 65 años y los niños. En los colegios, como los niños pasan tanto tiempo juntos en una aula es más fácil contagiarse “y los profesores, especialmente los nuevos, también suelen caer”. En un segundo plano estarían las depresiones. “Puede que la reducción de las horas de luz desanime a algunas personas pero es la vuelta a la rutina y la incapacidad para adaptarse al trabajo después de las vacaciones lo que más puede llevar a la depresión en otoño”, explica el presidente de la sociedad andaluza de médicos de familia y comunitaria. A pesar de estos dos puntos, las dolencias propias del otoño no son muchas, los médicos de familia se reservan para el frío invierno.
No hay comentarios