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Las bebidas energéticas tienen las alas muy cortas

Los sanitarios advierten del aumento del consumo de los refrescos de cafeína entre la población joven 

La Junta de Andalucía ha anunciado la prohibición de la venta a los menores de edad

Un estudio analiza los efectos del consumo de bebidas energéticas en adolescentes

Un joven mira la sección de bebidas energéticas en un supermercado. / Solstock
M. Lasida

04 de agosto 2024 - 12:41

Raro es el recorrido en que el descuidado paseante no se tope con latas vacías de Red Bull, Monster o Non Stop, por mencionar tres marcas de los refrescos de la última hornada. Los encuentros callejeros con estos numerosos envases, estos demasiados envases, además de indicar un limitado grado de civismo de los usuarios, corroboran las estadísticas que señalan un progresivo aumento del consumo. Las bebidas denominadas energéticas llevan lustros experimentando un extraordinario auge. La energía, naturalmente, es el reclamo publicitario de un concentrado cuyo principio activo es la cafeína, el mismo estimulante del café de toda la vida. “Te da alas”, decía, repetía y reiteraba el popular eslogan de una marca de bebidas. Los investigadores y médicos alertan sin embargo de los efectos a medio y largo plazo de unas bebidas que pueden llegar a tener las alas muy cortas.

El Colegio Profesional de Dietistas y Nutricionistas de Andalucía maneja la cifra de que casi la mitad de los jóvenes consume estas bebidas. El más reciente informe del Observatorio Española de Drogas y Adicciones, elaborado por el Ministerio de Sanidad, señala que son los andaluces los españoles más afines a estos productos, sólo por detrás de los canarios. Aunque pueda asociarse a los sudores a los que obliga el clima meridional de canarios y andaluces, que también encabezan otras estadísticas de consumo de otras bebidas, no son pocos los que bromean con que es el ansia de aire, aire libre, el que debe de pesar en este fulgor en las regiones del sur de España.

El aire, la concentración, la atención, la vigilia... Éstos son los efectos que buscan los jóvenes cuando se les pregunta por las motivaciones de beber estos mejunjes. El diablo, como es habitual, está en los efectos secundarios. Entre los ingredientes de las bebidas energéticas destacan de lejos por su volumen la taurina, el azúcar y la cafeína. La taurina no es más que un mero aminoácido presente de modo natural en el organismo y en ciertos alimentos. Los efectos de la adición de cantidades de taurina en este tipo de productos carecen aún de una suficiente evidencia científica, explican los dietistas. Luego, aparte, está el azúcar, un viejo conocido de diabéticos y obesos de toda condición.

La cafeína, un estimulante que genera dependencia

En la composición de las bebidas energéticas, únicamente la cafeína estimula el sistema nervioso central, condición de una sustancia para ocasionar dependencia. Las repercusiones para la salud que comporta el abuso de las bebidas energéticas, llaman la atención los especialistas, puede transformarlas de mágicas pócimas a bebistrajos más próximos a un esencial grano de café. Por eso, el Colegio Profesional de Dietistas y Nutricionistas de Andalucía ha recomendado vetar la venta a los menores de edad de bebidas con más de 150 miligramos de cafeína por litro.

Los efectos perniciosos, aclaran los sanitarios, están vinculados al sistema neurológico y al metabólico. Además de las conocidas alteraciones del sueño o el aumento de la tensión arterial sobre las que obra la cafeína, son igualmente sabidas las consecuencias del excesivo consumo de azúcar: problemas dentales, a la obesidad, incidencias cardiovasculares tales que el colesterol o la diabetes.

La Junta de Andalucía pretende la prohibición a los menores

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria consideró en 2009 el riesgo del abuso de las bebidas energéticas. El Ministerio de Sanidad y la Asociación Española de Pediatría desaconsejan también el consumo de este tipo de bebidas estimulantes en niños y adolescentes. En tanto que el consumo no deja de crecer, las administraciones empiezan a anunciar medidas de control. El presidente de la Junta de Andalucía adelantó en noviembre del pasado año la prohibición de la venta de bebidas energéticas a menores de edad. Aún falta que se materialice, porque la que no vuela es la Administración.

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