El cambio incierto
Los nuevos ayuntamientos
Juan Manuel Moreno se empleó a fondo con Juan Marín y Rajoy para conservar Jaén, Almería y Granada. Los alcaldes socialistas en minoría esperan consolidar los gobiernos con una ampliación de los pactos. El PSOE acaba con la hegemonía urbana popular al gobernar en 17 de las 29 ciudades de más de 50.000.
EL PP entró en modo pánico a medio día del viernes pasado. Los populares daban por perdidas Huelva, Cádiz, Sevilla, Córdoba, Jerez y Marbella en lo que suponía el hundimiento de su hegemonía territorial, pero no contaban con lo que estaba sucediendo en Andalucía Oriental. Granada, Almería y Jaén también iban a estar gobernadas por alcaldes socialistas en un acuerdo de última hora con concejales de Ciudadanos. Las elecciones municipales tienen mucho de intrahistorias locales, y en Granada, Luis Salvador, de Ciudadanos, no podía votar al alcalde José Torres Hurtado después de que éste lo machacase durante la campaña electoral. Algo parecido le pasaba al regidor de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, que guardaba una vieja enemistad con el líder de Ciudadanos, Miguel Cazorla, un antiguo militante del GIAL, un partido independiente. El presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, movió todas las fichas que tenía a su disposición, y entre éstas también estaba Juan Marín, el líder de Ciudadanos en Andalucía, a quien ha conocido durante los 80 días en que Susana Díaz ha estado negociando la investidura. Marín, llamadas a Rajoy, a María Dolores de Cospedal, Rajoy a Albert Rivera, Arenas y más teléfonos, hasta que a eso de la una de la madrugada del sábado, Moreno se pudo ir a descansar tranquilo, cuatro de las ocho capitales de Andalucía.
Las elecciones municipales del 24 de mayo han sido las del cambio, el PSOE ha recuperado ayuntamientos en los que no gobernaba desde hace 20 años, como Torremolinos o Marbella, y otros donde nunca mandó, como el de Córdoba, y Podemos se ha hecho con Cádiz capital, que se une a la escasa pero brillante nómina morada donde también figuran Madrid, Barcelona, Zaragoza y Coruña. Los socialistas andaluces tenían una deuda pendiente con el municipalismo, elección tras elección fracasaban en las grandes ciudades, pero el PSOE de Susana Díaz se ha apuntado uno de sus éxitos más notables al lograr colocar alcaldes en 17 de las 29 poblaciones andaluzas de más de 50.000 habitantes.
Los pactos de izquierda han facilitado este cambio que, no obstante, se presenta incierto, puesto que las alcaldías se sostienen sobre tripartitos y cuatripartitos, cuando no sobre un acuerdo de investidura que no garantiza, sin embargo, una mayoría en los plenos. No hay duda de que el alabado final del bipartidismo y de las mayorías absolutas lleva irremediablemente a las alianzas, pero las marcas que ha apoyado Podemos no han querido entrar en los gobiernos municipales lo que añade inestabilidad al mandato. En Jerez, la alcaldesa socialista Mamen Sánchez gobernará sola y en minoría, como Isabel Ambrosio en Córdoba y Juan Espadas en Sevilla. En Cádiz, José María González, Kichi, también se enfrenta a un pleno donde su gobierno está en franca minoría frente al PP y al PSOE, que aunque le apoyó en el día de ayer, no va a acompañarle en la dirección.
Un caso excepcional es el Ayuntamiento de Marbella, donde hasta cuatro partidos se han aliado contra la anterior alcaldesa popular, María Ángeles Muñoz, a la que le faltaron 600 votos para ganar por mayoría absoluta. El PSOE ha conseguido este avance gracias a una mejoría de los resultados en las urnas, pero sobre todo a su habilidad para llegar a acuerdos con todos los partidos de izquierdas. Ahora tocará gobernar.
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, se estrenó, por ejemplo, con una llamada al diálogo entre todos los partidos, buscando, quizás, la complicidad de los ediles de Ciudadanos, mucho más estables que los podemitas, que le han apoyado a regañadientes. No hay que descartar este deslizamiento socialista hacia Ciudadanos una vez que pasen las elecciones generales, la prueba final para el partido de Albert Rivera.
Pero si el PSOE debe de estar atento a ello, no menos los alcaldes del PP que se apoyan en Ciudadanos. En Granada, Luis Salvador ha conseguido que Torres Hurtado anuncie su marcha para otoño, será senador y dejará el Ayuntamiento. Juan Manuel Moreno tuvo mucho que ver en esta solución de última hora que le permite conservar la plaza granadina. En Almería, fue la dirección nacional de Ciudadanos la que tuvo que intervenir. Su concejal José Cazorla iba a darle la Alcaldía al socialista Juan Carlos Pérez Navas a pesar de que al alcalde del PP sólo le faltaba un concejal para la mayoría absoluta. Y en Jaén ocurrió algo similar. A cambio, el PP entregó Mijas a Ciudadanos a pesar de que tiene la mitad de concejales que los populares. El acuerdo de Mijas le permitirá a Elías Bendodo conservar la Diputación de Málaga. Pero Moreno también ayudó al PSOE. El alcalde socialista de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones, vio cómo el PP alcalaíno daba marcha atrás en un pacto que había forjado con IU y el PA.
Ciudadanos se ha convertido en el verdadero partido bisagra en Andalucía. Marín, que parece que ha ganado peso político en su formación, ha establecido un difícil equilibrio de alianzas que le permiten apoyar Susana Díaz en la Presidencia de la Junta, o al alcalde socialista de Sanlúcar, mientras respeta al PP en aquellas ciudades donde los populares no han ganado por mayoría absoluta, pero sí se han acercado. Este partido tendrá en estos cuatro años la llave de la estabilidad en muchos municipios, aunque antes se tendrán que conocer a sí mismos. En Jaén, por ejemplo, Vicente Castillo, jiennense pero vecino de Tarragona, vigiló a los suyos.
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