"El carnaval es mi religión"
el selfie de ... 'Los peregrinos'
Ramoni descubre algunos de sus rituales antes de emprender el camino hacia el templo del Teatro Falla
Mientras los integrantes de 'Los peregrinos' apuran los detalles del maquillaje y el tipo en la Peña El Purri, en Pericón de Cádiz, uno de sus míticos integrantes, Ramoni, nos descubre algunos secretos suyos y de su comparsa.
-¿Ha hecho el camino de Santiago?
-No, pero quiero hacerlo.
-Un camino muy distinto al del Falla... ¿Cómo lo vive?
-Este camino es mucho más bonito. Yo tengo mi propia liturgia cada vez que estreno y son ya 37 los años que llevo, los que más tiempo se han llevado conmigo como Faly Mosquera lo saben.
-¿Qué ritual es?
-Me meto 48 horas antes de estrenar la comparsa y no salgo ni a por tabaco. Me meto en capilla visualizando el repertorio y pidiendo a mi padre y a los que tengo por arriba que todo venga bien. Me gusta entrar en el escenario con el pie derecho.
-Confiese. ¿Usted reza?
-A mi forma. Le rezo a los que tengo por ahí arriba. A los míos.
-¿Hay algún capillita en la comparsa?
-Más que capillitas, los hay cargaores, como Manolín Santander. Yo mismo cargué en mi juventud.
-¿El Carnaval es otra religión?
-Es la mía. El Carnaval es mi religión. Como dice mi madre cuando habla con las vecinas en la macetilla, yo he ido más veces al Falla que al colegio.
-Una religión que, además, despierta mucho fanatismo.
-Pues sí que despierta mucho fanatismo. Una palabra que además es negativa porque hay gente a la que se le va de la manos, que no filtra la pasión y por eso cae en el fanatismo. Es una pena.
-Pero vuestra comparsa, aparte, tiene muchos devotos.
-Sí que los tiene. Muchos devotos, gente pasional y fieles. Pero antes eran más, ahora hay más agrupaciones con más fanáticos que la nuestra, parece ser. Algo que no voy a criticar, por su puesto.
-¿Quién tarda más en aprenderse la letra que trae Juan Carlos?
-Tengo que confesarlo, este año soy yo. Están agobiaitos conmigo. Juan Carlos escribe como escribe y yo llevo 37 años ya saliendo. Antes no me pasaba esto, con los Majaras y Quiñones, era capaz de aprenderme dos o tres pasodobles o cuplés en una noche. Era más joven. Ahora no hay manera (ríe).
-¿Algún peregrino ha osado a echar para atrás una de sus letras?
-No. Es un sacrilegio echar atrás una letra suya, una ofensa contra la literatura. Hemos seleccionado, eso sí, pero nunca desechado.
-¿Cómo sentó la filtración del atrezzo?
-Como una patada en la cara, pero es que no se puede luchar contra los carajotes. Piensan que es una gracia y el verdadero aficionado quiere que se lo muestren todo en el estreno.
-¿Quién va primero siempre en vuestro peregrinaje, el más fatiguita?
-Javi Bohórquez, que es muy pesado, pero en el lado positivo, ¿eh?. Porque se desvive por la comparsa y no lo cambiaría por nadie. Lo lleva todo para adelante, ensayo, letras, contratación... todo.
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