Una ciudad blindada
Francotiradores de la Policía española y de EEUU se apostarán en el recorrido que tiene previsto hacer Obama por Sevilla. Se están revisando tiendas, viviendas y alcantarillas.
La ciudad que espera la llegada de Barack Obama el sábado es una urbe blindada, que a medida que avance la semana irá siendo tomada por la Policía, en la que se ha revisado hasta el último centímetro de las zonas por las que tiene previsto pasar la comitiva del hombre más poderoso del mundo libre, como lo definiría su homólogo en la ficción Frank Underwood. Cientos de policías se desplegarán por el centro el sábado y el domingo, para garantizar la seguridad durante las escasas horas que el presidente de EEUU pasará en Sevilla.
Barack Obama llegará a la capital andaluza a bordo del Air Force One, que partirá la tarde del sábado desde Varsovia, donde el presidente norteamericano participará en la cumbre de la OTAN. El avión de Obama aterrizará en el aeropuerto de San Pablo sobre las once de la noche. Allí, a pie de pista, y si no hay cambio de planes de última hora, será recibido por el rey Felipe y por la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. Desde la terminal aérea, Obama será trasladado hasta el centro de Sevilla, donde tiene previsto dormir en el Hotel Colón. Este establecimiento tiene aproximadamente ochenta habitaciones reservadas para la llegada de Obama y su séquito, si bien tampoco es descartable que haya algún cambio de última hora y el presidente se aloje en otro hotel o incluso en el Real Alcázar.
Todavía no está definida oficialmente la agenda de la visita privada de Obama a Sevilla, pero todo apunta a que será una estancia relámpago en la ciudad. El líder demócrata visitará por la mañana la Catedral, donde se entrevistará con el arzobispo, Juan José Asenjo, y el Alcázar. Una vez terminado el recorrido por ambos monumentos, Obama volverá fugazmente al hotel y de ahí partirá a la base naval de Rota, donde pasará la revista a las tropas estadounidenses destinadas allí. Desde Rota seguirá camino a Madrid, donde arrancará su visita oficial a España. Allí se verá con Mariano Rajoy, con el que coincidirá en la cumbre de la OTAN, y con la reina Letizia. No hay prevista, que se sepa, ninguna comida con los Reyes en Sevilla.
Desde que se anunció que Obama viajaría a Sevilla, la Policía Nacional está realizando numerosas gestiones para garantizar la seguridad del mandatario norteamericano. La unidad de Subsuelo lleva semanas revisando todo el alcantarillado del centro y, en especial, de los alrededores del Hotel Colón, mientras que se está revisando con perros el itinerario que seguirá la comitiva. Las tiendas próximas al Hotel Colón también han sido inspeccionadas, la Policía ha identificado a los trabajadores y les ha pedido que les avise ante la presencia de cualquier persona o vehículo sospechosos.
La brigada de Información, por su parte, ha estado recorriendo toda la zona monumental para identificar a las personas que residen en las calles por las que pasará el presidente. En la Avenida de la Constitución, por ejemplo, han ido preguntando casa por casa quién es el propietario y quién estará en la vivienda durante el fin de semana. Todo este trabajo se completa con una fuerte presencia policial que estos días ya puede apreciarse por las calles del centro, donde se han incrementado las patrullas en moto y a caballo.
El pasado viernes se celebraron dos reuniones, una de seguridad y otra de protocolo, para preparar la visita. Obama trae su propia cápsula de seguridad, compuesta por decenas de personas, que trabajarán de manera coordinada con la Policía española. En las unidades especiales de la plantilla de Sevilla se han levantado los permisos y descansos de los agentes a los que correspondía descansar este fin de semana. Se ha reforzado el dispositivo con funcionarios llegados de toda España. Habrá, como cada vez que viene el Rey, francotiradores de la Policía apostados en las azoteas de los edificios por los que discurrirá la comitiva. En este caso también habrá francotiradores estadounidenses. Un despliegue que no sólo afecta a la Policía, pues al servicio de emergencias sanitarias del 061 se le ha movilizado para que todo el personal esté en activo desde las diez de la noche del sábado hasta las cuatro de la tarde del domingo.
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