"Estáis cobrando, ¿verdad? Pues mejor os calláis"
Los ex trabajadores de Delphi recibían certificados de empresa de las asociaciones de Ángel Ojeda durante su etapa formativa Las quejas a los sindicatos no surtieron efecto
A lo largo de los años 2009, 2010 y 2011, el ex consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía entre 1987 y 1990, Ángel Ojeda, lograba una sucesión de subvenciones con cargo a distintas asociaciones para la formación de los ex trabajadores de Delphi. Este periódico publicó recientemente las órdenes del Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) en las que se apreciaba que, entre los tres años, la Administración autonómica había destinado más de 33 millones a cinco entidades: la Asociación de Empresas Aeronáuticas, la Asociación de Apoyo al Medioambiente (Natura), la Asociación para la Sociedad de la Información (Innova), la Asociación de Apoyo a la Integración (Humanitas) y la Asociación para la Calidad Europea (Inteca).
Pero lo que no había trascendido hasta ahora es el tipo de relación contractual que esas entidades formalizaban con los centenares de ex trabajadores de Delphi. La teoría decía que estos alumnos recibían clases en diferentes materias para lograr su futura recolocación.
Este periódico ha tenido acceso a uno de los documentos que recibían los ex Delphi en esos cursos. Como se aprecia en la imagen, se trata de un certificado de empresa firmado por el propio Ángel Ojeda, en este caso de Inteca. Lo llamativo es que, en el apartado referente al "trabajador", se aprecia que se trata de un contrato por obra o servicio, y para el que el contratado debía realizar labores de montador de estructuras metálicas. Igualmente, se aprecia la relación de mensualidades en las que se realizaban los pagos.
Para conocer más detalles acerca de este tipo de contratos, este periódico ha contactado con quien fuera en su día uno de los representantes sindicales del comité de empresa de Delphi el día de su cierre y firmante del protocolo de 4 de julio de 2007, el ex representante de CGT, Isidro Jiménez. Aseguró que "no sólo es cierto lo de este contrato, sino que era lo que se hacía con cada uno de nosotros y, por supuesto, no realizábamos labores ni parecidas a las que ponía el documento. Sólo recibíamos clases inservibles que, como se ha demostrado después, no nos han llevado a ningún sitio".
Jiménez continuó explicando que el tipo de contratación que figura en el documento que acompaña esta página "no era muy descabellado, porque se dieron casos, y existen esos documentos, en los que la denominación del contrato era montador de carpas o mantenimiento de espacios recreativos".
Pese a todo, Isidro Jiménez recuerda que no era el único que, en su momento, se daba cuenta de la realidad de aquellos cursos. "Se supone que éramos alumnos, que teníamos que recibir conocimientos para nuestra recolocación. Pero ya cuando empezamos con la formación en la etapa de Ojeda, la mayoría nos dimos cuenta de que no servían para nada. El problema es que cuando hablábamos con los responsables de los sindicatos y se lo decíamos, ellos respondían siempre con lo mismo: estáis cobrando ¿verdad?, pues mejor os calláis porque o esto o nada. Era un puro chantaje". Es más, según Jiménez, "por esta razón puede entenderse que Durante nuestra etapa de formación desapareciera de las listas del paro en el sector industrial de Cádiz un número muy coincidente con el de nuestro colectivo".
En ese momento, recuerda Jiménez, "la mayoría de compañeros hacía lo que decían los sindicatos, porque no les quedaba otra, porque lo único que tenían era esa paga que teníamos y sobre todo porque creían que les iba a servir para el fin último, que era la recolocación". En este sentido, asegura que "yo nunca hubiera firmado el protocolo de 2007 si en él hubiera aparecido la palabra prejubilación, porque me parece una estafa".
Volviendo a los cursos en la etapa de Ángel Ojeda, el ex representante de CGT asegura que "no es de recibo que la Junta dé tantos millones de euros a una serie de empresas o asociaciones cuando estamos hablando de fondos públicos. ¿Por qué no utilizaron los recursos del Servicio Andaluz de Empleo o los propios técnicos de la Administración?", se pregunta aún hoy.
Pero no es la única historia rocambolesca. Otro de esos alumnos en aquella época era Miguel Ángel. A diferencia del documento que parece junto a estas líneas, fue contratado por Prescal (otra de las asociaciones de Ojeda) y destinado al colegio SAFA-San Luis, en El Puerto. De hecho, en el año 2009, esa entidad recibió otra subvención de la Junta para la formación de los ex Delphi. Miguel Ángel explica, aún con asombro, cómo cuando se iniciaron los curso de formación en el centro educativo, comprobó que "se me quedaban pequeños porque mi formación académica los superaba". Rememora que el curso en cuestión era de administración, "y yo tenía una licenciatura en psicología y varios másteres, uno de ellos en dirección y administración de empresas. Hablé con el responsable del centro y, para mi incredulidad, cuando le expliqué mi curriculum, me dijo que los datos que a él le habían facilitado eran que yo solo tenía estudios primarios".
Tras esta aclaración, Miguel Ángel acabó dando clases en el SAFA-San Luis de El Puerto a alumnos discapacitados, eso sí, cobrando la beca que cobraba el resto de sus compañeros de Delphi. De hecho, guarda un certificado que él pidió al colegio en el que el director firma el siguiente texto: "Miguel Ángel ... con DNI ... ha prestado sus servicios, desde el 1 de septiembre de 2009 al 28 de febrero de 2010, ejerciendo labores de Orientación y Apoyo a la Integración en el Departamento de Orientación de nuestro centro".
Miguel Ángel guarda esta etapa como la mejor de todo el periodo formativo de los ex Delphi porque, dice, "al menos pude sacar rendimiento y partido a mi propia formación". Pero hay más. El resto de ex trabajadores de la multinacional, asegura, acabaron "reformando por completo el colegio, desde albañilería a pintura, pasando por informática y comunicación. Hasta el punto de que el director nos dijo al final que le daba una enorme pena que nos fuéramos al cabo de nueve meses".
No fue el único caso. Como también explica Isidro Jiménez, los alumnos de Delphi que tenían como sede una nave del polígono Río San Pedro, en Puerto Real, bajo la tutela de la Fundación Forja XXI, "acabaron haciendo, entre otros trabajos, la colocación de placas solares en el centro de mayores Joaquina de Vedruna, en Puerto Real".
Hoy, la justicia investiga todo lo ocurrido en este periodo formativo con Ángel Ojeda como protagonista. No obstante, el titular del juzgado de instrucción número 2 de Cádiz decretó la libertad con cargos para el ex consejero, al que le imputa falsedad documental, fraude en subvenciones, apropiación indebida y delitos contra la Administración Pública.
Ojeda salió de los juzgados gaditanos tras siete horas de declaración repitiendo una frase: "señores, en libertad sin fianza". Ahora será la jueza Alaya la que se encargue de seguir adelante con esta investigación.
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