El juez condena a tres años a la madre que pegó a una maestra por un bocadillo
La agresora tiene pendiente una sentencia de un año de prisión por pegar a un guardia civil
La primera vez que Estefanía Cortés declaró ante un tribunal por haber agredido a la maestra de su hijo de 5 años, se marchó de los juzgados asegurando que "si lo llego a saber, la mato", porque el fiscal había solicitado para ella pena de prisión por delito de atentado a funcionario.
Una semana después en el juzgado, la acusada bajó el tono, asumió la falta de lesiones, pidió perdón ante el juez y aseguró estar muy arrepentida. Ayer, Cortés fue condenada a tres años de prisión por atentado contra funcionario público. La sentencia recoge íntegramente las peticiones de la Fiscalía y la acusación particular. Sin embargo, aún no es firme, ya que las partes tienen un plazo de cinco días para presentar recursos.
Con todo, la entrada en prisión de la agresora, Estefanía Cortés, parece inapelable, ya que tiene una condena anterior de un año de cárcel, también por atentado, por haber agredido a un sargento de la Guardia Civil.
Durante el proceso judicial, la madre reconoció que el 18 de noviembre irrumpió en una clase del CEIP Federico García Lorca de Fuente Vaqueros y, ante 20 menores de entre cuatro y cinco años, agredió a A. M. L., a la que acusaba de dejar a su hijo sin bocadillo en el recreo.
La agredida es una maestra interina, de 23 años, que cubría la baja de la tutora habitual de la clase. La agresora relató que se abalanzó contra la docente, le tiró del pelo, la zarandeó contra la pizarra y le arañó. Cortés justificó su agresión diciendo que la maestra "se había puesto muy chula" y la "había cogido del brazo". Pese a que Estefanía aseguró que no llevaba armas, la maestra afirmó que gritaba que "la iba a rajar".
A. M. L. sufrió lesiones leves en la cabeza y arañazos en los brazos y necesitó la baja médica debido a la ansiedad, que le ocasionó una "reacción aguda al estrés". Cortés se encontraba en libertad debido a que la agresión a un guardia civil era su primera condena firme con pena de cárcel. La entrada en prisión estaba en suspensión y no se haría efectiva, a menos que cometiese nuevos actos delictivos. Pese a que se han producido numerosas condenas en Andalucía por atentados contra docentes, ésta sería la primera vez que la agresora ingresaría efectivamente en prisión.
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