Dos independientes custodiarán los pilares del bienestar en Andalucía

Salud convoca mañana una reunión de la Mesa Sectorial que los sindicatos abandonaron

Educación debe afrontar la bajada de la ratio como una de las claves de estos dos años

Juanma Moreno fía los ejes de su nuevo Gobierno a dos mujeres, profesionales e independientes

Rocío Hernández y Carmen Castillo en la toma de posesión del nuevo Gobierno de la Junta.
Rocío Hernández y Carmen Castillo en la toma de posesión del nuevo Gobierno de la Junta. / Raúl Caro / EFE
Óscar Lezameta

05 de agosto 2024 - 06:00

La remodelación que la semana pasada acometió Juanma Moreno en el Ejecutivo de la Junta para afrontar la segunda mitad de la legislatura de la mayoría absoluta, sorprendió a todos. Primero porque no fue tan cosmética como se sospechaba. Los cambios afectaron a la mitad de su gobierno; hasta siete consejerías vieron modificados sus titulares o sus competencias. Lo más significativo, no obstante, fueron los dos nombramientos. Las incorporaciones al Ejecutivo andaluz afectaron directamente a los dos pilares básicos de lo que se conoce como el estado del bienestar: sanidad y educación. La sorpresa continuó cuando se conocieron los nombres. Ni la de Salud, Rocío Hernández Soto, ni la de Educación, Carmen Castillo, proceden de las filas populares. Un giro de timón que nadie supo ver y que responde a tratar de parar un descontento que podría llevara empañar una legislatura que se preveía confortable.

Ningún Gobierno hace cambios y mucho menos con mayoría absoluta. Es en este contexto en el que caben analizarse los relevos en las dos consejerías claves. Sencillamente, no funcionaban. Los nuevos aires van a dar algo de respiro a dos departamentos que tienen una afectación más directa sobre un mayor número de personas. La salud y la educación afectan a la totalidad de la población; cualquier distorsión en ambas, se traduce en unas protestas que amenazaban con empañar la pacífica andadura del ejecutivo de Moreno. 

Salud ha sido la Consejería más contestada de este mandato. La totalidad de representantes de los sindicatos de la plantilla del SAS, incluído el Sindicato Médico, pidieron abiertamente su dimisión en repetidas ocasiones. Catalina García se quedó sin interlocución alguna hasta tal punto de que en la última reunión de la Mesa Sectorial, en teoría para presentar un Plan Verano que amenaza con colapsar el sistema sanitario a lo largo de las próximas semanas, les presentó un documento en contra de la financiación autonómica, lo que motivó que todos ellos se levantaron de la misma y amenazaron con no volver más por más que les convocaran.

La sustituta, Rocío Hernández, al menos empieza con mejor pie. A pesar de las fechas en las que nos encontramos, este periódico ha podido saber que mañana mismo, a las nuene de la mañana, ha convocado una reunión de la Mesa Sectorial a la que sí acudirán todos los sindicatos. “Empieza con buen pie. Se ha dado prisa”, señalaron fuentes de los mismos.

Retos sanitarios

Antonio Macias, representante del sector de Sanidad de UGT reconocía que “es prioritario retomar dos asuntos fundamentales. Por un lado, el aumentar el protagonismo de la sanidad pública y apostar verdaderamente por ella y por sus profesionales”. Por otra parte, reclaman “diálogo y cumplimiento de los acuerdos. La Mesa Sectorial debe de volver a ser protagonista de mejoras para los profesionales y solucionar los graves problemas que acucian a estos”.

Sobre el tapete está la habilitación de “una bolsa de trabajo ágil y actualizada, la renovación de los eventuales y la carrera profesional”. Por último, apuntan en su lista de peticiones “el acercamiento de los pacientes a nuestros centros con naturalidad y sin tener que desesperarse para poder coger una cita con los profesionales o para una intervención o una prueba diagnóstica. En poco tiempo hemos perdido mucho terreno en favor de la sanidad privada y es más que necesario recuperar la buena imagen del sistema público”.

Es cierto que el deterioro del sistema en los últimos años que tiene en unas listas de espera insostenibles el problema más visible de todos, tiene compleja solución, pero los temas de fondo son mucho más complejos y, todos ellos, pasan por la confianza en unos profesionales a los que, especialmente en los últimos meses, no se ha tenido en cuenta.

La educación, a mejorar

Quien sí la tuvo, al menos en los primeros meses de su andadura como consejera de Educación fue Patricia del Pozo. No obstante, la desaprovechada oportunidad para reducir las ratios de alumnos por clase aprovechando la bajada de natalidad, así como los problemas surgidos con una plantilla que no acababa de consolidar, han hecho que su regreso a Cultura sea bienvenido entre los representantes sindicales.

Según reconocieron a este periódico desde la UGT, entre los retos de la nueva responsable educativa de la Junta, señalan como prioritaria “la tan ansiada bajada de ratios, unida al aumento generalizado de las plantillas, así como la puesta en marcha de las medidas de desburocratización de los centros”. A estos retos globales, “habría que añadirle la bajada de horario lectivo del profesorado, así como aumento de orientadores en los centros educativos. Es importante reforzar la atención al alumnado con necesidades educativas especiales”. 

Otra cuestión que es fundamental para UGT y “que se ha convertido en otra de las demandas históricas de nuestra organización es que exista personal sanitario en los centros educativos. Igualmente consideramos que se debe continuar sacando ofertas de empleo público con el 120% de tasa de reposición puesto que la ley lo permite”.

Los cien días de gracia que se conceden a los nuevos cargos nos llevarían a finales de año, aunque las formas deben cambiar de manera inmediata. Los frutos deben entreverse antes. El final de la legislatura está en juego y no es la primera vez que un Gobierno se pierde por el malestar causado por una de las dos consejerías de la Andalucía del bienestar.

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