8 de cada 10 turistas eligen Andalucía por su gastronomía
El perfil de viajero gastronómico se sitúa entre los 35 y los 55 años y cuenta con un poder adquisitivi medio-alto.
El turismo gastronómico se ha disparado hasta el 18%, situando a la gastronomía a la altura del patrimonio arquitectónico o una visita a los museos más emblemáticos. A través de la comida se consume tradición y se conoce a las gentes del lugar. Y a la cabeza se sitúa Andalucía, según el análisis realizado por el comparador de seguros de viaje Acierto.com.Acierto.com
Entre los platos más demandados se encuentran la tortilla de patatas, la paella, el gazpacho y los potajes. La paella incluso cuenta con su propio emoji y es la receta más buscada de internet.
El tapeo constituye otro de los símbolos de identidad de nuestro país -que cuenta incluso con su propio día-. Una celebración que facilita la cantidad de bares que pueblan nuestras calles: más de 260.000 establecimientos (uno por cada 175 personas, aproximadamente).
La creciente demanda ha provocado, al mismo tiempo, que sea uno de los segmentos laborales y de negocio con mayores opciones de desarrollo. Por no hablar de lo que supone para la economía y el empleo en general -afecta al comercio, distribución, agricultura, ganadería, etcétera-.
A pesar del atractivo gastronómico español en términos generales, existen algunas provincias especialmente exitosas. Es el caso de Andalucía, Galicia y el País Vasco, que lideran la clasificación del ránking de destinos gastronómicos preferidos.
Andalucía, destino gastronómico favorito
Andalucía se encuentra a la cabeza de la lista de destinos favoritos. Y no es de extrañar teniendo en cuenta el sol, el magnífico clima, la costa y la variedad de cultura y gastronomía que ofrece a los turistas. Además cuenta con opciones para todos los gustos: gazpacho, salmorejo, migas, pipirrana, pescado frito, tortillitas de camarones...
En Andalucía también triunfa el oleoturismo y, de hecho, quizás el producto más típico de la zona sean sus aceitunas y aceites. Incluso existe lo que se conoce como rutas del olivo y escuelas de cata. Este tipo de turismo es también otra alternativa al turismo tradicional y sus actividades giran en torno a este líquido dorado (desde la recogida, hasta los tratamientos de belleza y degustaciones).
El perfil del turista gastronómico
En cualquier caso y aunque 8 de cada 10 visitantes escogen este destino condicionados la gastronomía del lugar, la mayoría de ellos no son turistas gastronómicos puros (estos representan sólo el 28%). Eso sí, el perfil está bastante marcado: hombres y mujeres de entre 35 y 55 años con un poder adquisitivo medio-alto que viajan en pareja y habitualmente en verano (en estancias de dos o tres jornadas, durante las que gastan un mínimo de 250 euros diarios).
Además, se trata de un tipo de turista informado -que visita webs y sitios especializados previamente-, cuyas actividades preferidas son comer en restaurantes, ir de tapas, comprar productos e ingredientes locales y visitar mercados.
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