"Lo único que pido es encontrar a mi hija Mari Luz, bien... o mal"
El padre de la pequeña desaparecida en El Torrejón hace ya tres semanas, Juan José Cortés, habla con los ojos empañados en lágrimas de los recuerdos de su hija y de su afán inagotable por recuperarla
Se ha revelado como un personaje mediático, sin quererlo y en la peor de las situaciones: su hija, la pequeña Mari Luz, lleva 21 días desaparecida. Juan José Cortes mantiene el tipo y la serenidad de una forma sorprendente. Juan José Cortés, el padre, está roto en mil pedazos hasta llegar a hablar de su hija en tiempo pasado.
-¿Después de 21 días de búsqueda, le siguen quedando fuerzas?
-Las fuerzas las voy a mantener hasta el último día de mi vida, no me voy a morir sin saber que pasó con mi hija.
-Usted es miembro de la Iglesia Evangélica ¿la fe le está ayudando?
-Por su puesto, si no fuera por la fe, la esperanza y por el Dios que tengo, no estaría aquí. Yo hubiera hecho cualquier cosa, que es lo normal en un padre.
-Su movimiento religioso además ha movilizado a toda España, de rincón a rincón. Está muy arropado.
-Ha sido increíble. Las muestras de cariño que yo he notado, desde Madrid hasta el último rincón han sido impresionantes, eso también me ha dado fuerzas porque ante una cosa así, nosotros que somos personas de mucho coraje y de mucho sentimiento, que lo mismo somos fríos que calientes, hubiera pasado cualquier cosa... En la familia es normal que estos sentimientos salgan a flor de piel, pero que gente que no te conoce de nada esté ahí me da mucha energía.
-¿Y cuando se ha sentido solo?
-El único momento que me siento solo es en la noche, cuando me enfrento solo a la realidad y tampoco me siento demasiado solo, porque entiendo que Dios está ahí ayudándome. Los momentos más duros son cuando termina la jornada, después de no encontrar pistas o que nadie diga nada, llegas a casa y te encuentras la habitación de tu hija vacía.
-Cuando cierra los ojos, ¿como ve a su hija?
-La veo una niña alegre. A todos mis hijos les he enseñado a ser duros en la vida, a depender de si mismos, y a ella también le enseñé eso. Uno de los últimos momentos que recuerdo de mi hija fue cuando se cayó del coche. Mi otro hijo abrió la puerta de atrás, se cayeron los dos y ella en un charco (todavía tengo el pantalón manchado), ella lloraba, y le dije que se levantara, ese llanto, esas lágrimas en los ojos...
-Y después de tres semanas sin verla, si piensa en ella ¿como la ve?
-La veo rebelde, como ella es, porque aunque era una niña muy tierna por las buenas, era muy rebelde a las malas. La veo luchando por su libertad y llamando a su madre, que es la que siempre reclamaba ella cuando se veía en apuros.
-Cuando el 13 de enero pasan varias horas y la niña no aparece, ¿qué es lo primero que se le pasa por la cabeza?
-Que a mi hija se la habían llevado. Cuando pasaron una hora o dos, a la gente que estaba conmigo les dije, ya la niña no viene más, se la han llevado. La gente no se lo creía, decían que estarían en casa de alguien... Mi hija era una tentación para cualquier persona que la viera. Ha sido un loco, con un niña tan bonita, han dicho me la llevo y me la quedo. Lo del rapto lo apoyo porque puede ser una posibilidad más pero pienso que la vieron tan bonita, la vieron sola y se han aprovechado.
-¿Ha logrado dormir varias horas seguidas en todos estos días?
-Muy pocas, te levantas escuchando ruidos, crees que es ella, no eres capaz de quedarte profundamente dormido. Anoche dormí algo y soñé que mi hija apareció como si nada, todos llorábamos y ella decía que era una broma, quizá sea el deseo que llevas dentro el que aparece en el sueño.
-Hay un comentario en la calle, ha dado la impresión, en ocasiones, de que en algún momento usted sabía algo más y se lo calla...
-No. Yo siempre he mantenido la esperanza de encontrar a mi hija, por ese doble sentido de padre. Cuando yo sabía que mi hija había desaparecido y no estaba en casa de nadie, tuve ese sexto sentido de que no iba a aparecer. Igual sé que Mari Luz está viva. Yo siempre me he puesto en la parte peor, me he mantenido en ella pero esa primera hipótesis que hubo está ahora muy cerrada y yo estoy más esperanzado. Aunque barajaba esa hipótesis y daba muestras de mucha fortaleza, por dentro estaba roto. Al cerrarse más esa hipótesis y abrirse la del secuestro, barajo la esperanza de que está viva y eso es mucho.
-¿El silencio que hay en la calle podría venir de que haya gente que conocieran a los que se la llevaron y tienen miedo por eso?
-Es otra posibilidad. Pero la diferencia entre el daño que se puede hacer al callarse y el bien que pueden hacer si se habla es muy grande para que mantengan eso callado. Aquí lo verdaderamente importante es la niña. Por eso hemos ofrecido la recompensa, hay un montón de dinero en juego que le puede solucionar la vida a esa gente que no habla. El que lo haya hecho, aunque sepamos quien es, ni le vamos a pedir ni cuentas, lo dije desde el primer día, no va a haber recelo ni venganza. Lo único que quiero es a mi hija con nosotros y por eso la gente no tiene que tener miedo. Lo único que pido es encontrar a mi hija, bien o mal.
-Cuando han ido pasando los días y ha comprobado que los ojos que había en la calle no quieren hablar, ¿le extrañó?
-Aquí la gente es muy reservada. Habrá gente que no quiera decir nada porque, una de dos, o no han visto nada o creen que se van a meter en un problema, pero no hay esa posibilidad porque los datos de las personas que aporten algo se van a guardar con total secretismo, no se va a revelar nada. Esas personas, que se pongan en contacto en privado con nosotros.
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