El votante de Vox es centralista, antifeminista y europeísta
Encuesta Metroscopia
Cree que se ha llegado muy lejos en la acogida de inmigrantes, pero está a favor de las medidas contra el cambio climático y de la sanidad pública universal
Vox es el menos común de los partidos. Si Podemos supuso hace cuatro años la llegada de un partido que rompió con los consensos básicos de la Transición, la de Vox es similar, pero mitigada. El votante de Vox no pone en duda estos pilares, pero sí tres políticas sobre las que el resto de partidos sólo se diferenciaba por matices: la España autonómica, las políticas de igualdad de género y la acogida de inmigrante. Son estos tres factores, más que cualquier otro, lo que define al simpatizante del partido de Santiago Abascal.
Por el contrario, el votante de Vox es partidario de la sanidad pública, y de seguir profundizando tanto en la cohesión de la Unión Europea como en las medidas en contra del cambio climático. En esto, Vox no se parece a otros movimientos populistas de derechas, como el de Le Pen en Francia o Salvini, en Italia, que son claramente contrarios a la federalización europea. Los movimientos ultras en Estados Unidos son negacionistas del cambio climático. Ésa es otra diferencia.
El primer elemento diferenciador de Vox es su posición respecto a los planteamientos feministas. Un 70% de los sondeados opina que se debe seguir profundizando en las medidas de igualdad de género, y en eso no hay dudas entre los electores del PP, de Cs, PSOE y Podemos. En todo caso, hay más dudas entre los populares. Sin embargo, el simpatizante de Vox es claro: el 66% considera que se ha llegado demasiado lejos.
Hay una identificación del votante con el propio partido de Abascal, que solicita la abolición de las leyes de igualdad y contra la violencia de género.
El segundo elemento diferenciador es es el de la acogida de inmigrantes en Europa. Estas políticas dividen a los votantes de derechas y de izquierda, pero incluso así, poco más de la mitad considera que sería bueno seguir ampliando estas políticas. Pero el 83% del electorado de Vox cree que han sido políticas equivocadas, y que se han aceptado a demasiados migrantes en el continente. El rechazo a los flujos masivos de personas es común a todas las formaciones europeas de la derecha populista.
Los simpatizantes populares (un 66%) también son contrarios a ampliar la acogida, así como la mitad de los electores de Ciudadanos.
El último factor diferenciador es el de la organización territorial del Estado, sobre el que Vox es partidario de centralizar hasta acabar con la España de las autonomías, uno de los grandes consensos de la Constitución de 1978. El 82% de los simpatizantes de Santiago Abascal considera desproporcionado el traspaso de transferencias hacia las comunidades. Aún hoy son mayoritarios el conjunto de sondeados que desea que se siga profundizando en la descentralización, un 49% frente a un 39%.
Pero ésta también es una política diferenciadora entre derechas e izquierda. El votante del PP y de Ciudadanos también es centralizador, pero en mucha menor medida que el de Vox.
En lo que apenas hay diferencias es en la opinión sobre la Unión Europea. Casi siete de cada diez simpatizantes de Vox considera que hay que seguir profundizando en las políticas de unión. Lo mismo ocurre con el cambio climático, es algo que no ponen en duda las bancadas de electores de todos los partidos.
Con respecto al acceso a la sanidad universal, ocurre lo mismo. La mayoría cree que hay que insistir en ello. Sólo hay un tercio de votantes de Vox que es partidario de retroceder en ello.
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