En territorio amigo antes del momento final
Juanma Moreno recorre entre ánimos el barrio de los Remedios de Sevilla antes de cerrar la campaña
Último día de campaña y territorio amigo para el momento final. Juanma Moreno acudió ayer al barrio sevillano de los Remedios para celebrar sus dos últimos actos antes del mitin de cierre de su carrera electoral. En los Remedios ocho de cada diez personas votaron al Partido Popular en las últimos municipales. Es zona amiga y se nota en el ambiente. Juanma Moreno se mueve entre saludos, besos y achuchones, no tanto como José Ignacio Zoido, que aquí es el rey, pero se mueve cómodo el aspirante.
Ya no le hace falta darse a conocer tras dos semanas de vértigo y mucha exposición mediática, pero aunque no hubieran pasado estos 15 días aquí no habría sido necesario esa campaña para recibir parabienes. El paseo empieza con un canutazo a los medios que se retrasa porque al candidato lo paran cada dos por tres para darle ánimos y desearle lo mejor. Tampoco es que le hagan falta esos parabienes a Moreno, que ha terminado la carrera por las urnas con la moral bastante alta y mejores expectativas de las iniciales. Pero todo se agradece.
La improvisada rueda de prensa en mitad de la calle no ofrece especiales novedades, si acaso alguna señora que se mete en el círculo de periodistas y le reclama al aspirante que eleve la voz porque "Juanma no se te oye". Respuesta inmediata y tono redoblado, que no vayamos a provocar algún enfado.
Tras atender a los medios, Juanma Moreno recorre varias calles hasta llegar a la cafetería La Cigarrera en la que se ha citado con miembros de Nuevas Generaciones. Vamos mal de hora y a la carrera, y hay quien le pide al candidato que se pare para hablar porque "parece que vas a apagar un fuego". Rápida reacción, beso, abrazo, sonrisa y petición de apoyo. Respuesta: "Apoyito todo el del mundo, Juanma".
En La Cigarrera, donde no cabe un alfiler, reciben al candidato en pie y entre aplausos. Los jóvenes del PP son buena parroquia y loan las virtudes de su candidato. A la salida, Moreno se encuentra con dos señoras que se declaran seguidoras de Vox porque "nos habéis defraudado". Sin embargo, aquí es donde este se mueve bien, razona, convence y acaba logrando que las dos mujeres se alejen con una sonrisa en la boca y la promesa de votarle y "darle una oportunidad".
Es el momento de buscar la calma y el candidato se dirige a comer a su casa para preparar en familia su último discurso de la campaña. El descanso del guerrero tras dos semanas en el camino de Málaga para comer con los que no ha parado más que un par de ratos para ver a su mujer y a sus tres hijos. Hoy tocará disfrutar de ellos, darse una carrerita de relax por el río y después coger el coche para almorzar en Málaga con los suyos y dar un paseo reparador. Quedan 24 horas para saber si esto ha merecido la pena y hay que recargar pilas por lo que pueda pasar.
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