Las tabernas del mosto de Trebujena
La temporada del vino salvaje
Recorrido por las capillas del vino "turbio" donde se encuentra una gastronomía singular y sin más crujiente que el de los rabanitos que acompañan el ajo caliente
Aquí no hay manteles de hilo, ni copas finas de cristal que tintinean cuando las sirve el camarero. El único crujiente que te vas a encontrar es el de los rabanitos que acompañan el ajo caliente, uno de los "novios" tradicionales del mosto. Estamos en plena temporada y acercarse hasta Trebujena para recorrer sus tabernas es una actividad más que recomendable para el fin de semana.
En la calle doctor Ramón y Cajal número 5 tiene su casa Antonio Valderas Valderas. La puerta está abierta y si se asoma la cabeza se comprueba que el salón de Antonio es un museo. Las paredes están llenas de aperos y artilugios relacionados con el vino y la labranza. Todo está perfectamente ordenado. No te explicas como puede haber algo así, allí. Antonio hace de guía, conservador y 20.000 oficios más de cualquier museo. Ya jubilado, su pasión es enseñar a los que vienen sus piezas y las fotos que cuelgan de las paredes, con viejas etiquetas o estampas de lo más llamativas. Dentro, en una segunda habitación, junto a la cocina de su casa, descansa el mosto que también se puede tomar en el singular local con conversación de Antonio, de regalo. No tiene nada de comer pero admite que los visitantes se traigan algo de comer para acompañar su mosto y la conversación.
A Juan Francisco Pulido Cabral lo conocen en Trebujena por «El Piraña». En Trebujena son muy de motes y a él le cayó el suyo porque de joven se parecía mucho al personaje del mismo nombre de la serie Verano Azul. Juan Francisco ha obtenido ya varios premios con el mosto que elabora con las uvas que planta en la finca «Alventus». Además del mosto, la gente va por sus tapas, cuya carta se refuerza, sobre todo, los fines de semana. No falta el ajo caliente con sus rabanitos o unos camarones al ajillo. El local está en la calle Cantes de Trilla
El sitio de Elisabeth Ramírez se llama Ca Moña y cualquiera que vaya a Trebujena a conocer sus mostos tiene que comenzar su visita en esta casa. Otro mote, lo de Moña, le viene por su bisabuela, que era una adelantada a su tiempo y que lucía en el pelo este abalorio. En teoría es una tienda gourmet con productos de la zona, pero el sitio se ha convertido en un referente del turismo gastronómico.
El mosto de Juan de la Vara está situado en la calle Málaga es uno de los sitios más característicos para beber el vino salvaje. También ha conseguido algún premio. Está en un garaje y por dentro, además de los barriles, aperos de labranza, cuadros y mesas para sentarse y degustar el vino junto a alguna tapa, especialmente en el fin de semana.
Otro espacio singular es La Estancia o lo de Juan Chica. Está situado en el centro de la ciudad, en la avenida de Jerez. Sólo abre los fines de semana y en temporada, desde noviembre hasta marzo, más o menos. El sitio es muy conocido por sus tortillitas de camarones y sus guisos.
La Tasca El Bollao es otro sitio de lo más singular situado en la calle Huerto, tiene una primera zona de barra con barriles de mosto y luego un comedor, todo decorado con aperos de labranza, carteles y motivos alusivos al vino. Regentado por la familia Bustillo, además del mosto el atractivo está en los guisos que sirven, bastante conseguidos. Abren todos los fines de semana (viernes, sábados y domingos) para almuerzos.
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