Las claves actuales y futuras del sector agrícola andaluz

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Bartolo Ramírez es el presidente de la Cooperativa Andaluza Nuestra Señora de las Virtudes, constituida en 1963 en Conil, analiza la situación actual y el futuro del sector agrícola andaluz.

Bartlo Ramírez
Bartolo Ramírez

29 de octubre 2021 - 02:00

La Sociedad Cooperativa Andaluza Nuestra Señora de las Virtudes fue constituida el 9 de Febrero de 1963. Desde entonces, es una de las organizaciones más emblemáticas de la localidad gaditana de Conil. Formada por agricultores de la zona para comercializar frutas y hortalizas, la cooperativa cuenta con 400 socios, poseyendo un carácter netamente comarcal y teniendo como objetivo principal brindar el mejor servicio y los mejores productos a unos clientes que llevan confiando en una experiencia de más de 55 años.

Su presidente es Bartolo Ramírez, el cual señala que el presente de los agricultores es muy complicado debido al encarecimiento de las materias primas. Apunta que se ha incrementado el precio, por ejemplo, del plástico un 40 por ciento, del cartón un 50 por ciento o de la luz.

Asimismo, los socios de la cooperativa manejan una previsión de 500.000 euros “fuera de lo previsto porque los productos están bajando de precios y, todo ello, lo asume el agricultor”. Otras subidas que ha explicado Ramírez son en los abonos o en los fitosanitarios. Es decir, “se está vendiendo por menos del coste de su producción”, explica el presidente de la cooperativa. Sin embargo, comenta que los productos “llegan a donde el consumidor y sus necesidades quieran”. Es decir, copan todo el territorio español y trabajan con muchas de las principales firmas, de las que son proveedores. Se trata de una característica que hace que no dependan de una sola empresa y el futuro se bien salvaguardado. Además, aunque quieren llegar a todos los puntos de la geografía española, tienen en cuenta los orígenes e intentan ayudar a las empresas de la zona gaditana y andaluza.

La cooperativa trabaja con 70 variedades de productos como tomates, fresas, puerros, coles o acelgas, entre otros. Bartolo Ramírez señala que “tenemos absolutamente de todo y hemos abierto incluso un ala nueva para reforzar nuestras instalaciones en torno a la fruta, de la que nos hemos hecho mayoristas pero, a veces, con la compra de los mayoristas y la gran demanda, nuestros productos se agotan rápido”.Lo que empezó como una cooperativa para la compra en conjunto de semillas y abono en los años 60, ahora es una gran entidad porque ha ido ampliando su negocio. A finales de esa década de los 60, se decidió hacer la venta directa de los productos y, en los 90, se dio un impulso espectacular y se ha evolucionado en paralelo con el crecimiento de las hortalizas de la zona. Los avances tecnológicos han ayudado mucho en este proceso y la instrumentación ha ayudado a ser lo que actualmente es la cooperativa. En este sentido, se hace mucho hincapié en adaptar las diferentes innovaciones que van saliendo en el sector en el que trabajan.

Estos son ejemplos a lo largo de los años pero, sin lugar a dudas, el crecimiento de la cooperativa se ve en los trabajadores; al principio eran 3 ó 4 trabajadores y, actualmente, son más de 120. Es decir, se ha creado un valor añadido que es realmente lo que enriquece al campo y a la zona.

Además, tienen una tienda donde los vecinos de la zona pueden ir en cualquier momento a comprar lo que necesiten. Poco a poco, van superando los problemas que ha supuesto el coronavirus pero, según Ramírez, lo “han pasado mal y con mucho miedo”. Se tomaron todas las medidas de seguridad, fueron meses de una tensión constante y no hubo ningún caso que provocara el cierre de las instalaciones por una posible cuarentena.

Cooperativa.
Cooperativa.

Soluciones ante el futuro

De cara al futuro, Ramírez señala que “hay que tener sentido común y dignidad” por parte de las administraciones y del resto de actores en la cadena de suministro con los agricultores porque “se está exprimiendo” al hortelano y “se está vendiendo por menos del coste de producción”. Asimismo, explica que ellos “no pueden ponerle precio a nuestros productos”y se necesita mucha documentación para la gestión de la cooperativa. Por lo tanto, para cambiar el futuro insiste en el cambio de ideas para que el campo pueda desarrollarse plenamente.

En otro orden de cosas, Ramírez comenta que tampoco se ha podido celebrar la Feria de Colorado, “una fiesta muy bonita en la que se monta una carpa con un concurso de exposición donde cada uno lleva lo mejor de su huerta y se premia a una persona dándole su peso en verduras que más tarde dona a alguna organización benéfica”. Se trata, por tanto, de una de las fechas más bonitas e importantes de la localidad de Conil.

Ramírez insiste en que el futuro lo “observa mal por cosas como los precios”. Aún así, los miembros de la cooperativa están acostumbrados a luchar con temporales de agua, viento y sequía y no se van a echar tan fácil. Asimismo, sentencia que “el sector no puede rendirse y más en Conil donde hay una plantilla de agricultores, los cuales son los más jóvenes de la comunidad”. En definitiva, augura un futuro incierto pero, desde la Sociedad Cooperativa Andaluza Nuestra Señora de las Virtudes de Conil no se rinden ante las distintas adversidades que puedan aparecer en el horizonte y a las que ya se han enfrentado durante muchos años, destacando en los últimos tiempos la pandemia del coronavirus, y quieren seguir viviendo de la agricultura para ofrecer los mejores productos del campo a todas las personas que los consuman.

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